Jueves 30 de agosto de 2001

 

En busca de la molécula del amor

 

Científicos individualizaron las sustancias que generan la atracción sexual.

  Estudiosos suecos individualizaron las "moléculas del amor", encargadas de generar la atracción sexual, y las áreas en el cerebro en donde esas sustancias actúan.
Si bien no sorprende que esos espacios se hallen en el hipotálamo -una de las áreas más antiguas del cerebro-, indicó el estudio publicado por la revista norteamericana "Neuron", nadie esperaba diferencias tan claras entre los dos sexos ante los dos precisos compuestos químicos. Aún es temprano para decidir si las tan mentadas feromonas corresponden a esas moléculas -una similar a la hormona masculina, la testosterona, y la otra hormona femenina, los estrógenos. Empero, si las feromonas existen -sugirió a la revista neurocientífica "Ivanka Savic", del Karolinska Institute- deben ser muy similares, pues trabajan a nivel subliminal, como los olores, sin ser conscientemente percibidos.
Estudiosos consideran que a las feromonas se les debe atribuir la tendencia a las menstruaciones simultáneas en el seno de comunidades femeninas cerradas, como los gineceos o los conventos. Parece que en los animales, además de incidir en la sexualidad, las feromonas desarrollan un rol ligado a la marcación del territorio y ciertas especies pueden percibirlas mediante el orgánulo sensorial vómer-nasal, de la nariz.
Las ratas hembras ovulan en presencia de las feromonas masculinas. El aspecto saliente del descubrimiento -insistió Savic- es la neta diferencia en el efecto que estas dos sustancias producen, ambas sin características aromáticas particulares, en los dos sexos. Los 12 varones que participaron en el estudio no mostraron ninguna reacción frente a la "androsterona", una hormona similar a la testosterona que demostró reducir el trabajo cardíaco, un aumento de la temperatura y un estado de relajamiento en las mujeres. A su vez, las 12 mujeres que se prestaron para la investigación, reaccionaron en forma contraria bajo el estímulo de una forma de estrógeno que en los hombres relaja el tono muscular e induce a un estado de bienestar. El análisis con dispositivos a emisión de positrones y resonancia magnética en la actividad cerebral de los dos grupos de voluntarios mostró que en el hipotálamo de los individuos de cualquier grupo (en el interior del área en la que se elaboran los estímulos sexuales) se activa una cierta porción en presencia de la hormona del otro grupo.
Ya se sabía que el área cerebral interesada a los estímulos sexuales es la base del hipotálamo, pero ahora por primera vez se individualizan las porciones que tocan a cada sexo. (ANSA)
   
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