Son miles los fieles de Ceferino que ya llegaron a Chimpay

El Valle Medio es hoy el centro de la escena religiosa de la Patagonia.Como hongos, afloraron carpas por los alrededores del santuario. La recesión actual provocaría una concurrencia mayor a la del 2000.

CHIMPAY (AVM).- Caminando, a caballo, en bicicleta, en auto, cualquier forma es buena para llegar a los festejos por el nacimiento de ceferino Namuncurá, en Chimpay, señalada como la cuna del "lirio de la Patagonia". Para algunos la fe no tiene barreras ni distancia. Se calcula que ya hay en la localidad cerca de cinco mil personas.
Los fieles comenzaron a llegar a la localidad durante los últimos dos días y a poblar el santuario, erigido en memoria de Ceferino, y donde hoy se celebrarán las principales celebraciones en el marco del denominado mes de la fe. Y aunque es importante el número de feligreses que arribó, se espera que la mayor afluencia se produzca hoy por la mañana.
Ya el viernes había llegado una importante cantidad de peregrinos, sorprendiendo de esta manera a los organizadores y vecinos de Chimpay, que esperan que la mayor afluencia de público se produciría durante este fin de semana.
Los fieles ocuparon lentamente cualquier lugar en el camping que estuviera seco. Las carpas, como hongos, aparecían en cualquier sitio descampado, no sólo en el parque sino también en los alrededores de la ciudad, y hasta se vieron carpas en algunos patios de viviendas.
Decenas de vendedores armaron sus kioscos en la avenida Julio Argentino Roca. Desde la comuna se mencionó que se vendieron más de 70 stands. Pero, a pesar de las ofertas y los precios bajos, la crisis mostró sus uñas, dado que hasta ayer a la tarde era poco el movimiento en la zona de los vendedores ambulantes.
"Creemos que por la crisis este año la afluencia va a ser aún mayor que la del año pasado" habían resaltado días atrás, tanto desde la parroquia local como desde el municipio.
Aunque algunos escépticos habían marcado que podría producirse el efecto contrario y la llegada fuera menor, ante la falta de recursos. Los caminantes y fieles que transitaban por la ruta 22 rumbo a Ceferino por ahora le están dando la razón a los organizadores.
"Yo vengo desde Neuquén todos los años", dijo Raúl, extenuado por haber llegado corriendo hasta la imagen de Ceferino, mientras que su familia le sacaba algunas fotos.
La postal se repitió a cada minuto.
Dos pibes que dejaron sus bicicletas y se arrodillaron frente al venerable señalaron que "es una cuestión de fe llegar todos los años. Y saber que si le pedís a Ceferino te lo va a cumplir".
Seguramente, sostienen fuentes municipales, durante el fin de semana algunos funcionarios visitarán el santuario. Sabido es que el gobernador Pablo Verani visita año tras año, muchas veces sin anunciar su presencia, el parque. Aunque esta posibilidad se estaba diluyendo teniendo en cuenta que Verani viajaba ayer con rumbo a Bariloche.
Para muchos, Ceferino se ha convertido en un hecho religioso que ha sobrepasado las fronteras de la provincia. Así lo demuestran la cantidad de feligreses que llegan de otras partes del país y las consultas telefónicas que a cada instante se reciben en la comuna para saber si todo está bien para llegar, temiendo tal vez que algún inoportuno corte de ruta o protesta los detenga en el camino.
Hoy, Ceferino convoca, más que nunca, a multitudes ávidas de esperanza. Para seguir viviendo.

Daniel caminó desde Allen, junto con un amigo

• A caballo, a pie: no importa.-
Como desde hace seis años, una de las llegadas más esperadas fue la de los jinetes que partieron desde el Alto Valle. En esta oportunidad fueron 65 los que partieron desde distintos puntos de esa región, como Neuquén, Centenario, Allen, Roca y Cervantes.
Para algunos fue una verdadera travesía dado que partieron desde su localidad, el martes. Pasaron así cinco días viajando a caballo. Pero, lejos de ser un castigo, fue una experiencia de unión para jinetes de distintas localidades. Así lo remarcó Miguel Martín, presidente del club tradicionalista "gauchos Libres", entidad organizadora de la cabalgata de la fe y la esperanza.
Uno de los jinetes dijo que hicieron por día alrededor de 50 kilómetros y que cada una hora y media descansaban.
Pero, no llegaron solos. A los jinetes se les unió Daniel Cide de Allen, que junto a un amigo, llegaron al santuario caminando desde Allen. Los últimos kilómetros, los caminantes fueron apoyados permanentemente alentados por los jinetes, dado que el calzado les había lastimado los pies y la caminata era lenta y esforzada. Daniel, de 44 años, resaltó a este medio que salió el miércoles desde Allen, y que desde hace seis años hace el mismo trayecto a pie.
"Esta vez no me preparé: tuve que terminar apurado por el trabajo", dijo Daniel que es albañil. "Si bien a mí ya me cumplió la promesa, viene igual a agradecer", acotó Martín.
A su llegada al santuario fueron recibidos por el padre Martín. Muchos de los jinetes agradecieron poder llegar al parque no solo a pedir sino a "darle las gracias" a Ceferino.
Los protagonistas de la cabalgata fueron acompañados por una importante cantidad de vehículos, que además de los víveres para los hombres llevaban los alimentos para los caballos, que en algunos casos fueron preparados con casi un mes de anticipación para cumplir con esta travesía.

• La naturaleza siempre es sabia.-
Lo que no pudieron resolver los hombres durante muchos años, la naturaleza lo hizo en uno solo. Durante años hubo polémicas sobre si los vendedores ambulantes debían estar en el parque, cerca de donde se celebran las actividades religiosas. Nunca hubo un acuerdo sobre este tema.
Pero este año, debido a la crecida del río Negro que inundó parte del parque, dejó el sitio donde se ubicaban los vendedores sin posibilidades de ser utilizado.
Así el municipio dispuso un nuevo lugar para los kioscos cerca de la localidad y fuera del parque. Ni lerdos ni perezosos los funcionarios municipales pusieron un gran cartel en el ingreso al santuario que menciona: "prohibida la venta a vendedores ambulantes sin autorización".
(AVM)

"Vinieron a recuperar la esperanza"

CHIMPAY (AVM).- El obispo de Viedma, Marcelo Melani -conocido por sus encendidos sermones- durante la misa principal de la celebración de la figura de Ceferino sostuvo que el principal objetivo de este año es que la gente aumente su solidaridad.
Melani, en conversación con este medio, mencionó que su mensaje de hoy estará dirigido a la gente que llegó hasta el santuario. Aunque no se olvidó de reclamar a la clase política una mayor responsabilidad en sus tareas.
Sostuvo que "como siempre la expectativa es que nos podamos encontrar con mucha gente que viene a pedirle a Ceferino su intermediación ante el Gran Padre y que viene también a recuperar algo de esperanza. Esperanza que es posible, para los cambios en la propia vida y en la vida de los demás, en la vida de nuestra sociedad".
Agregó que solicitará, como dice el lema de este año, "una mayor solidaridad entre todos. Esa solidaridad que existe entre los pobres y que se hace, en cambio, más difícil entre los que en algún tiempo tuvieron bienes y los perdieron y aquellos que tienen bienes y temen perderlos, por esta crisis que estamos padeciendo".
Sobre sus palabras de este domingo señaló que "mi mensaje es siempre para la gente que está presente. Inútil es apuntar alto para querer mover la gente. El mensaje mayor es la participación de la gente, ver que de verdad la gente quiere poder participar y donde se les da esa posibilidad, que se ve que hay transparencia, que no hay otros intereses, la gente está presente".
En otro tramo del diálogo advirtió que "la clase política y la clase gremial tienen que abrir el juego a todos. Y no se tienen que olvidar de la responsabilidad de cada uno: ésto se hace cada vez más importante, y la gente reclama esa responsabilidad".
Sobre la crisis que sacude en particular en la región sostuvo que "esta es una época muy complicada, por el clima que hemos tenido y que ha arruinado tanta producción. Justamente en estos momentos es bueno recordar que Dios nunca nos abandona. Y que en medio de tantas dificultades él está presente en nuestras vidas y en la vida de los demás".

La seguridad y el tiempo

• La seguridad durante la fiesta ha sido uno de los puntos en los que más hicieron hincapié los organizadores. Hasta no hace muchas ediciones atrás, en las concentraciones de gente los pungas se hacían un verdadero festín. Claro era difícil controlar a los miles de asistentes.
Para el operativo de seguridad que incluyó agentes apostados en la ruta, desde la regional IV de policía se dispusieron más 130 efectivos uniformados. Y una cantidad no precisada de agentes que recorrían el parque y la zona de vendedores ambulantes y otros lugares de la ciudad vestidos de civil.
Igualmente la prueba de fuego para la policía será hoy cuando se congreguen miles de personas.-

• Ayer muchos de los organizadores miraban el cielo e imploraban que no lloviera. El pedido es para que el buen clima se siga manteniendo al menos hasta hoy a la noche, cuando ya se hayan celebrado los principales eventos religiosos y la gente comience su regreso. Pero también rezaban para que las nubes que poblaban el cielo se mantuvieran. Porque el calor puede llegar a provocar a los miles de jejenes que están en el parque, producto de la humedad reinante, y que en los días de altas temperaturas martirizan a los visitantes al parque.