Lunes 20 de agosto de 2001

 

Las Cataratas, envueltas en una polémica en el Brasil

 

En el parque brasileño, las quejas contra la privatización amenazan con desatar protestas en Foz de Iguazú, donde el 65% de la economía gira en torno del turismo que genera el parque.

  Cuenta una leyenda indígena que el dios Mboi, con forma de serpiente, penetró un día la tierra y retorció su cuerpo, formando una enorme grieta en el curso del río Iguazú, que hoy divide Brasil y Argentina.
Mboi formó con ello una majestuosa cadena de cataratas por donde cayó la hija del cacique Igobi, la bella Naipi, cuando intentaba huir en una canoa con el guerrero Tarobá para evitar su consagración al dios serpiente.
Esas mismas 275 caídas de agua surgidas de la ira de la deidad indígena conforman las Cataratas del Iguazú, un impresionante espectáculo acuático que atrae anualmente a millares de turistas de todo el mundo.
De las caídas distribuidas en forma semicircular y con una altura promedio de 65 metros, se desprenden nubes de agua que impregnan la rica vegetación a su alrededor, en un parque de 185.000 hectáreas en la parte brasileña, con especies vegetales y animales únicas en Sudamérica.
Pero Mboi se revolcaría en su tumba si supiera de la disputa que rodea al parque en el lado brasileño de la catarata.
La belleza de la región llevó a la UNESCO a declarar a los parques de Brasil y Argentina Patrimonio Natural de la Humanidad en 1984, como un tesoro natural cuya preservación es de interés del mundo entero.
Pero en el parque brasileño, las cataratas se convirtieron en el centro de una polémica que amenaza con desatar protestas en la ciudad de Foz de Iguazú, donde el 65% de la economía gira en torno del turismo que genera el parque nacional.
El concejal Edson Mezomo presentó un reclamo a la procuraduría de Justicia para impugnar la forma en que el gobierno privatizó la administración del parque nacional, que a su juicio se hizo pensando en el lucro de la concesionaria, sin beneficiar a la población.
Entre tanto, la UNESCO puso en dudas la declaratoria del Parque Nacional Foz de Iguazú como Patrimonio Natural de la Humanidad, a causa de una carretera que atraviesa el parque causando problemas para su fauna. El parque brasileño entró así en la lista de "patrimonio en riesgo".
Con ello, el parque corre peligro de perder el título de patrimonio mundial, un selecto grupo de sitios naturales que incluye a las Islas Galápagos de Ecuador y la región pantanosa de los Everglades, en Estados Unidos, con lo cual dejaría de ser acreedor de los programas de ayuda de la UNESCO.
"La preservación del título de Patrimonio Natural de la Humanidad es extremamente importante para Brasil, porque reafirma ante la comunidad internacional el compromiso de Brasil con la preservación del ambiente", sostuvo el ministro del Medio Ambiente José Sarney Filho.
Convencido de que con ello preservará el título internacional del parque, el ministro consiguió en junio el cierre de la controversial carretera, considerada vital para los pobladores de las comunidades aledañas al río Iguazú.
"La carretera fue cerrada y ya está en proceso de plantación de árboles", dijo un portavoz de la administración del parque.
Aunque el gobierno consideró que el parque quedó fuera de peligro de perder su título, pobladores de la zona protestaron por el cierre del camino de tierra que cortaba unos 80 kilómetros en su trayecto alrededor del parque.
La UNESCO también reclamó por el vuelo de helicópteros con turistas sobre el parque y la falta de reformas en las deterioradas pasarelas para los visitantes del parque. Ello fue el centro de la acción de Mezomo en la Justicia: "La forma en que fue hecha la privatización fue pensada sólo en el lucro, no en el beneficio para la comunidad". (Reuters)

Denuncian que no se cumplen los acuerdos de la privatización

El concejal brasileño Edson Mezomo precisó que existen 18 puntos del acuerdo de privatización que no han sido acatados, incluido el hecho de que la concesionaria se comprometió a trasladar a los turistas dentro del parque con un transporte ecológico, pero en su lugar usa autobuses a diesel.
Al mismo tiempo, las autoridades permitieron a la empresa concesionaria hacerse cargo del cobro de las entradas sin completar las obras de reforma de las pasarelas, aseguró Mezomo.
"Las únicas obras que construyeron fueron el puesto de cobranza y dos tiendas de souvenirs, porque es lo que les da lucro", sostuvo el político en una entrevista. Pero un portavoz del parque afirmó que todos los que han criticado la forma en que fue hecha la concesión serán llevados a la Justicia para que presenten pruebas de sus denuncias.
Mezomo citó el caso del parque en Argentina, cuya administración también fue privatizada, como un modelo que debería ser seguido en Brasil.
Dijo que la empresa concesionaria en Argentina ya reformó las pasarelas e inició la construcción de un tren ecológico para trasladar a los visitantes, y sólo comenzará a cobrar la entrada cuando complete las obras.
"Si la Procuraduría no se pronuncia sobre la ilegalidad del proyecto (en Brasil), muchos en la comunidad vamos a organizar una protesta de dos días en agosto, y estamos dispuestos a hacer una huelga de hambre", advirtió Mezomo.
Las protestas por la privatización del parque comenzaron en marzo, cuando los taxistas locales bloquearon durante tres días el acceso al lado brasileño de las cataratas en protesta por la intención de impedir su acceso al parque con los turistas. El bloqueo fue levantado luego de que los administradores del parque accedieran a autorizar la entrada de los taxis de la región. (Reuters)
   
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