Sábado 18 de agosto de 2001

 

Los artesanos y cómo sobrevivir a los "todo por $ 2"
 

Hace seis años, un grupo de artesanos de El Bolsón descubrió al Alto Valle como un potencial mercado para sus productos. Hablan de sus trabajos y las dificultades de estos tiempos.

  ROCA (AR)- Difícil es ubicar hoy el valor de un producto artesanal, si por ello se entiende a la pasión que una persona pone en la creación de un objeto bello o útil, que tiene como destino satisfacer a alguien que todavía no conoce.
Los artesanos de la región y de todo el país también enfrentan una dura batalla para hacer valer la particularidad de sus obras dentro del mercado. Cada vez son más los productos que se consiguen a muy bajo costo y que con formas similares intentan reemplazar a una artesanía.
Pero de esto habló mejor un grupo de artesanos que están en Roca -como hace 6 años- para presentar junto a productores regionales, la feria "El Bolsón expone" que se podrá visitar hasta el lunes en las instalaciones del Club Del Progreso.
"Somos un grupo de soñadores con las manos ocupadas y los pies sobre la tierra", dice Roberto Salvo, barilochense y tercera generación de artesanos que trabajaban con lana, soga y madera. Con esa frase abrió la entrevista con "Río Negro".
-¿Cómo vive un artesano cuando cada vez son más los productos similares que se venden en serie y a muy bajo costo?
- El tema de la importación produjo un gran impacto en la industria nacional y los microemprendedores y artesanos la sufrimos muchísimo. Pero tratamos de hacer que todo sea más potable a través de la calidad y mejores precios.
- ¿Cómo es el perfil de la gen-te que compra artesanías?
- Es muy diversa la gente que concurre a una feria. Ultimamente hay quienes se interesan por los productos alimenticios, los dulces que son de un nivel de excelencia. Si bien las distancias son enormes nosotros promovemos la producción del lugar de donde venimos.
-¿Cómo se dan cuenta quién es artesano y quién vende cosas ocasionalmente?
- Hay de todo. Hay competencias desleales. El conflicto se plantea con las personas que revenden. Eso en El Bolsón se cuida mucho porque no se puede hacer.
- ¿Cómo es eso?
- Tenemos un grupo de artesanos que se van renovando, en distintas áreas que fiscalizan y se aseguran que la persona que vende un producto sea quien lo hace. Hubo casos que fueron separados de la feria, se los sancionó porque habían cosas no eran hechas por ellos.
- ¿Cómo es un día en su taller?
- Muy temprano en la mañana prendo el tacho para calentar el ambiente mientras mateo, imagino qué voy a hacer con los pedazos de madera que tengo. Cada vez que fabrico un portarretratos pienso que la persona que lo compre seguramente podrá la foto de algún ser querido. Ese es el espíritu con el que trabajamos.
- ¿Sobrevivirá la artesanía?
- Creo que sí y aún en estos tiempos. Son muchos los alientos que recibimos. Tenemos una producción limitada, porque cuando se industrializa se pierde calidad y calidez. Pero realmente hay gente del exterior inclusive que se ha interesado por nuestros productos, pero bueno, no tenemos la infraestructura necesaria.
   
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