Domingo 12 de agosto de 2001

 

La muerte de un joven cipoleño salvó tres vidas

 

En medio del dolor, los padres decidieron donar los órganos de la víctima.Llegaron dos aviones de Buenos Aires y 10 profesionales. El chico tenía 19 años.

  CIPOLLETTI (AC).- Al sentimiento de hondo pesar por la muerte imprevista de un joven estudiante, hijo de una renombrada familia cipoleña, se sumó ayer el reconocimiento generalizado de la comunidad por la donación de sus órganos para salvar las vidas de tres personas que estaban en la angustiante lista de espera del Instituto Nacional de Ablación e Implantes (Incucai).
Luego de la decisión de los padres del joven, se montó un impresionante operativo que incluyó dos aviones con un equipo de médicos e idóneos, que transportaron el corazón, hígado, riñones y córneas a Buenos Aires y Rosario.
La zona del Policlínico Modelo fue liberada por la Policía y personal de Tránsito para permitir que las ambulancias pudieran movilizarse con la urgencia del caso, hacia el aeropuerto de Neuquén, llevando la preciada carga en contenedores especialmente acondicionados.
"Es la primera vez que en esta entidad se hace una ablación de órganos", dijo el director del Policlínico Modelo, Salvador Scafidi, quien junto al responsable en Río Negro del Incucai, Jorge García, supervisaron los pormenores del procedimiento.
"Esto es muy importante. Cada vez que pasa, la gente que aún no está decidida asume otro tipo de responsabilidad. Y ayuda a salvar muchas vidas", destacó García. Agregó que en el país hay más de 6.000 personas esperando un donante para vencer a la muerte en algunos casos, o revertir un agudo proceso de deterioro, en otros, y 500 integran el registro en la jurisdicción rionegrina (ver aparte).
Con el protagonismo del Incucai son más de 15 los casos que se referencian en la región respecto de la donación de órganos.
Los acontecimientos se precipitaron con la descompensación aguda y posterior deceso de Bernardo Vaisman (19), hijo de Víctor y Graciela Viñuela, alumno de 5º año del Colegio Estación Limay. Sus compañeros y amigos llegaron en gran número al centro de salud, donde hubo escenas de llanto y dramatismo.
Muchos hicieron una vigilia permanente rezando por la recuperación de Bernardo, aunque nunca superó el coma profundo y a la postre el desenlace resultó fatal.
El muchacho se hallaba el viernes por la tarde con algunos amigos, en un domicilio del barrio El Manzanar, cuando repentinamente se descompuso, víctima de un aneurisma.
Trasladado de urgencia a terapia intensiva, comenzó una dura aunque infructuosa batalla para recuperarlo, y falleció a última hora del mismo día.
"Es un gesto que los honra. Nada supera a la muerte, pero saber que los órganos de Bernardo van a servir para que otras personas vivan es alentador, en medio de tanta tristeza", dijo Diana, amiga de la familia Vaisman. Una vez tomada la decisión de donar los órganos de su hijo, García se comunicó inmediatamente con los responsables del Incucai en Buenos Aires.
Desde allí arribaron a media mañana a Neuquén dos aviones con 10 personas que componían el equipo de ablación, con el cardiocirujano Octavio Bertolazzi, de la Fundación Favaloro, al frente.
Primero se ablacionó el corazón, y en una ambulancia se lo llevó hasta el aeropuerto neuquino, con destino final en la Fundación Favaloro.
En una segunda etapa se hizo lo propio con los riñones, el hígado y córnea, destinados al Hospital Alemán, aunque alguno de esos órganos iban a ser derivados a Rosario.
En el Colegio Estación Limay hubo una concentración de chicos, en particular de los grados mayores, y de docentes y padres, unidos en la tristeza.

Nadie tenía consuelo.

CIPOLLETTI (AC).- Al sentimiento de hondo pesar por la muerte imprevista de un joven estudiante, hijo de una renombrada familia cipoleña, se sumó ayer el reconocimiento generalizado de la comunidad por la donación de sus órganos para salvar las vidas de tres personas que estaban en la angustiante lista de espera del Instituto Nacional de Ablación e Implantes (Incucai).
Luego de la decisión de los padres del joven, se montó un impresionante operativo que incluyó dos aviones con un equipo de médicos e idóneos, que transportaron el corazón, hígado, riñones y córneas a Buenos Aires y Rosario.
La zona del Policlínico Modelo fue liberada por la Policía y personal de Tránsito para permitir que las ambulancias pudieran movilizarse con la urgencia del caso, hacia el aeropuerto de Neuquén, llevando la preciada carga en contenedores especialmente acondicionados.
"Es la primera vez que en esta entidad se hace una ablación de órganos", dijo el director del Policlínico Modelo, Salvador Scafidi, quien junto al responsable en Río Negro del Incucai, Jorge García, supervisaron los pormenores del procedimiento.
"Esto es muy importante. Cada vez que pasa, la gente que aún no está decidida asume otro tipo de responsabilidad. Y ayuda a salvar muchas vidas", destacó García. Agregó que en el país hay más de 6.000 personas esperando un donante para vencer a la muerte en algunos casos, o revertir un agudo proceso de deterioro, en otros, y 500 integran el registro en la jurisdicción rionegrina (ver aparte).
Con el protagonismo del Incucai son más de 15 los casos que se referencian en la región respecto de la donación de órganos.
Los acontecimientos se precipitaron con la descompensación aguda y posterior deceso de Bernardo Vaisman (19), hijo de Víctor y Graciela Viñuela, alumno de 5º año del Colegio Estación Limay. Sus compañeros y amigos llegaron en gran número al centro de salud, donde hubo escenas de llanto y dramatismo.
Muchos hicieron una vigilia permanente rezando por la recuperación de Bernardo, aunque nunca superó el coma profundo y a la postre el desenlace resultó fatal.
El muchacho se hallaba el viernes por la tarde con algunos amigos, en un domicilio del barrio El Manzanar, cuando repentinamente se descompuso, víctima de un aneurisma.
Trasladado de urgencia a terapia intensiva, comenzó una dura aunque infructuosa batalla para recuperarlo, y falleció a última hora del mismo día.
"Es un gesto que los honra. Nada supera a la muerte, pero saber que los órganos de Bernardo van a servir para que otras personas vivan es alentador, en medio de tanta tristeza", dijo Diana, amiga de la familia Vaisman. Una vez tomada la decisión de donar los órganos de su hijo, García se comunicó inmediatamente con los responsables del Incucai en Buenos Aires.
Desde allí arribaron a media mañana a Neuquén dos aviones con 10 personas que componían el equipo de ablación, con el cardiocirujano Octavio Bertolazzi, de la Fundación Favaloro, al frente.
Primero se ablacionó el corazón, y en una ambulancia se lo llevó hasta el aeropuerto neuquino, con destino final en la Fundación Favaloro.
En una segunda etapa se hizo lo propio con los riñones, el hígado y córnea, destinados al Hospital Alemán, aunque alguno de esos órganos iban a ser derivados a Rosario.
En el Colegio Estación Limay hubo una concentración de chicos, en particular de los grados mayores, y de docentes y padres, unidos en la tristeza. Nadie tenía consuelo.

   
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