Viernes 10 de agosto de 2001

 

Suspendieron las clases en una escuela por actos de vandalismo

 
  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Los alumnos de la Escuela Primaria 295, ubicada en el barrio Alto de la ciudad, no pudieron regresar a clases después de las vacaciones de invierno porque en sucesivas incursiones un grupo de vándalos provocaron daños a la caldera y al sistema de distribución de aire caliente.
El primer hecho ocurrió durante la madrugada del domingo y obligó a suspender las clases que debían reanudarse el lunes.
Después de superar un muro y abrir un boquete en una construcción de mampostería que comunica con la sala de calderas, los vándalos descargaron los matafuegos en las tuberías de distribución de aire. Luego, al poner en funcionamiento la caldera, el contenido químico de los matafuegos se volatilizó y distribuyó por las aulas y áreas de espacio común del edificio, haciendo que los ambientes se llenaran de un polvo nocivo e irrespirable.
Las autoridades de la escuela hicieron aspirar el polvo químico de las tuberías y repararon el boquete en la sala de calderas el martes, pero el miércoles por la mañana advirtieron que los delincuentes habían logrado ingresar nuevamente por la misma vía y provocaron un daño todavía mayor.
En este caso arrojaron una docena de piedras de tamaño similar a un pomelo y un bloque de cemento dentro de la caldera, ocasionando la destrucción de la turbina que impulsa el aire caliente que se distribuye en los ambientes.

Grietas en pisos y paredes

La Escuela 295 funciona en un amplio edificio de concepción moderna y funcional, pero presenta serios vicios de construcción que se advierten en los pisos y las paredes, quebrados por el reacomodamiento de las bases fundacionales.
El alto muro perimetral no impidió que los vándalos ingresaran, valiéndose de un alto tirante en el que clavaron varios travesaños.
La flamante directora del establecimiento, Alicia Pérez, tomó su cargo el martes en medio de la reparación de un siniestro, y descubrió otro en su segunda jornada de trabajo.
Ni ella ni la Policía encuentran una explicación a los sucesos, porque los daños no fueron acompañados con sustracciones de elementos, y prefieren atribuirlos al probable deseo de algunos de prolongar las vacaciones de invierno.
   
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