Viernes 10 de agosto de 2001

 

Internaron a cinco menores intoxicados con psicotrópicos

 

Los adolescentes, de entre 13 y 17 años, ingirieron fármacos y cerveza a modo de experimento. Fue en Bariloche

  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La ingestión de un poderoso antipsicótico mezclado con cerveza les provocó fuertes calambres y contracturas a cinco menores que pusieron su vida en grave riesgo y debieron ser hospitalizados.
Los menores comenzaron a llegar a la guardia del hospital en forma individual horas después de la ingesta, pero más tarde se presentaron juntos porque los síntomas persistían en todos.
Los profesionales establecieron que habían ingerido una droga cuyo núcleo activo es el alopurinol, un tranquilizante mayor que actúa en forma directa sobre el sistema nervioso central y se utiliza para hacer cesar las alucinaciones en pacientes psicóticos.
La droga tiene un bajo costo pero sólo se expende con receta por duplicado en la que el comprador debe consignar sus datos y dirección, y entre las sospechas se menciona que pudo provenir de uno de los recientes asaltos a farmacias.
El hecho se originó cuando cinco adolescentes de entre 13 y 17 años, domiciliados en el barrio Lera, se reunieron para tomar cerveza y experimentar con psicotrópicos. Según confesaron, uno de ellos introdujo en la botella varios comprimidos de Alopidol y entre todos bebieron el contenido sin saber qué consecuencias podría ocasionarles.
A la mañana siguiente los cinco concurrieron a la guardia del hospital en forma individual, aquejados por contracturas en todo el cuerpo y muecas involuntarias que afectaban sus facciones. Los síntomas desconcertaron a los profesionales porque los menores todavía no habían querido revelar su secreto, pero debieron regresar esa misma noche, juntos y preocupados, porque los calambres continuaban y temían consecuencias peores. Después de confesar que habían mezclado la cerveza con "una pastilla azul", cuatro de los adolescentes quedaron internados y el restante continuó su tratamiento como paciente ambulatorio porque ya había superado la crisis.
Los profesionales consultados están acostumbrados a tratar con chicos que inhalan pegamentos y otros tóxicos. "Generalmente son chicos de la calle o en estado abandónico de otro núcleo social. El año pasado debimos atender a muchos, pero este año el fenómeno decayó, probablemente porque existe un mayor control en la venta de esos tóxicos", reveló un profesional. Sin embargo, se manifestaron preocupados por el episodio "porque ignoramos la dosis que consumieron y pensamos que pudo provocarle a alguno una muerte súbita".
Un farmacéutico explicó que "el Alopidol es más barato y más fácil de conseguir que los psicotrópicos más comunes, como el Artane y el Roipnol, pero el que lo toma sin control profesional pone en riesgo su vida", advirtió el profesional.
   
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