Domingo 5 de agosto de 2001 | ||
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La Policía Fronteriza no trajo la paz al lago |
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El 9 de agosto de 1911 y a dos meses y cuatro días de haber asumido como jefe de la flamante Policía de Fronteriza de Río Negro, el capitán Adrián Del Busto suscribió en Bariloche un minucioso informe de dos mil palabras dirigido al ministro del Interior Indalecio Gómez. Se quejaba por la falta de apoyo oficial para sus funciones y porque la frontera a la que se lo comisionó para echar al bandolerismo, estaba socavada por rencillas locales: era un caos. Antes que revisar esos contenidos conviene repasar la situación y perfilar algunos personajes. Del Busto era joven y ungido en las viejas tradiciones. Con prole numerosa y honrado, pero temperamental y constituido por un orgullo nacional incontenible. Se lo creía descendiente, nieto tal vez, de Eugenio Del Busto, el montevideano -pero militar argentino- que murió casi centenario en ese mismo año once. Marty, el malquerido ¿Por qué un caos? A las funciones del comisario Alanís le habían superpuesto las de un cuestionado comisario Gabriel Marty, personaje abrumado por denuncias en su contra. Desde estupro a corrupción, además de violencia, como la del 23 de enero del mismo año cuando derribó de un trompazo a Juan Riveiro, el dueño del hotel Perito Moreno, sólo porque la esposa, María Lestrade -una francesa de 50 años-, le negó servirle una cena para media docena de amigos suyos. Para marzo, el conflicto lo tuvo Carlos Boos –alemán, de 29 años, soltero-, gerente de la compañía Chile-Argentina y por un reclamo que le hizo a Marty (le debía dinero). A Boos le propinaron una paliza en las sombras pero sus quejas llegaron al Ministerio del Interior. El Dr. Indalecio Gómez (del 9 de mayo de 1911) le escribió al gobernador Carlos R. Gallardo sobre las denuncias "de extranjeros, vecinos importantes de Bariloche contra la conducta de comisario D. Gabriel Marty. Un alto funcionario que merece la mayor fe –seguía el ministro-, ha apoyado estas quejas…" Pero nada mejoró con el alejamiento de Marty (anticipándose al conflicto, el 17 de abril Gallardo le había propuesto al Ministerio destinar en Conesa a Marty, "desde hace tiempo … víctima de injustos ataques por parte de los corresponsales de diarios y de vecinos poco escrupulosos en sus relaciones con las autoridades". Diferencias territoriales Las policías fronterizas, claro, no trajeron la paz deseada. Fueron creadas para combatir a bandoleros norteamericanos –de los cuales, los mejor dotados para el delito ya habían sido abatidos en Bolivia- pero las autoridades nacionales invirtieron todo en las huestes del Chubut. Lo peor fue gobernarlas por un austríaco un tanto grotesco. Mateo Gebhard era un "extranjero mercenario", como más tarde lo llamaría Del Busto, o "una vergüenza nacional", si se prefieren los calificativos escuchados en una reunión secreta de gobernadores. El otro error fue reclutar personal de desconocidos antecedentes y entre ellos a no pocos chilenos más ignorados aún. Curiosamente la Policía Fronteriza persiguió y vejó a legiones de ciudadanos chilenos hasta ganarse no pocas protestas diplomáticas. Bariloche llegó a hacinar a 40 capturados por esas policías y las quejas dieron trabajo al periodismo y la diplomacia. Al menos la Fronteriza del Chubut tuvo armamento, caballada y uniforme. La de Río Negro sólo consiguió una jefatura para mandar las pocas y mal alineadas policías del territorio que deambulaban en la frontera lacustre además de enfrentar la burocrática fórmula de peticionar y sentarse a esperar. Empiezan las balas Todo empezó el 29 de diciembre de 1909. Los norteamericanos Evans y Wilson -con el argentino Mansel Gibbon hijo de galeses - asaltaron la sede de Arroyo Pescado de la Compañía Mercantil del Chubut y mataron al gerente, el ingeniero galés Llwyd Ap Iwan. Poco después, un reportaje porteño encubrió al entrevistado que daba pautas para cómo apresar a los bandidos. Se trataba de Mateo Ghebard ex comisario de Neuquén quien por conflicto con el gobernador Carlos Bouquet Roldán renunció el 14 de octubre de 1903. Tan sólo tres días después, el presidente Roca lo reemplazó por Alejandro Benavídez. Gebhard buscaba ubicación nuevamente y lo logró a principios de 1911 poniéndose al frente de la fronteriza chubutense. La Fronteriza de Río Negro debió esperar hasta el 28 de abril de ese año cuando el presidente Roque Sáenz Peña firmó la creación, no de un cuerpo armado, sino tan sólo "una jefatura de Policía en la Gobernación de Río Negro dependiente del gobernador del expresado Territorio, con asiento en Bariloche". Fijó 150 pesos de gasto para imputar a la nueva jefatura, y el 5 de junio, el comisario Gabriel Marty, todavía a la espera del pase, telegrafió al gobernador del territorio que "se ha presentado el Sr. Adrián del Busto y se hizo reconocer como Jefe de la Policía Fronteriza en los departamentos de Bariloche y 9 de Julio". Lo primero que hizo el recién llegado fue pedirle a Marty las monturas. "Aquí no hay monturas", le contestó Marty, por lo que Del Busto corrió al telégrafo para señalarle al gobernador el faltante. Al mediodía siguiente le despachó otro telegrama reclamándole contestara y si estaban en marcha 17 gendarmes, 2 cabos y 1 sargento que le prometieron transferirle. Siguió con la lluvia de telegramas y a 48 horas de arribo, de los tres que despachó ese día, en uno pidió monturas, uniformes, ponchos y armamento, además de útiles y muebles de escritorio. (Los que les donó la Chile- Argentina, desde la pelea de Mary con Carlos Boos decidieron facturarlos). Aún así, y apenas tuvo unos matungos que montar, y alistó a los pocos gendarmes que le llegaron, Del Busto salió a batir las cordilleras, acordó en la frontera perseguir a los supuestos bandidos y con el sargento honorario Cirilo Sosa patrulló hasta Cochamó y fue a Puerto Montt a comprobar las filiaciones de los bandidos. Por todas las falencias iniciales es que Del Busto decidió mandar la nota del 9 de agosto al ministro Indalecio Gómez. Allí incluyó el relato de esa batida. Dijo que el vicecónsul argentino en Puerto Montt denunció 40 bandoleros en acción, pero Del Busto comprobó que no había más de 14. Y que 4 fueron muertos en la perdida huella entre el Manso y Cochamó. Testimonios recientes (En marzo de 1985 quien esto escribe recorrió la zona y vio el lugar donde enterraron a uno de aquellos. Casi junto al hito cayó Basilio Pozas, y según Luis Aníbal Monteros -quien lo guió hasta el lugar junto al Paso del León-, lo habrían enterrado vivo, porque al día siguiente –aseguró- una mano asomó para que desde entonces lo crean milagroso. Otros dos cayeron en lo de Aguilar, vecino del Manso. Pero en Cochamó, los bandidos abatieron al carabinero Abdón Romero, y "fue aquí donde unos temucanos lo mataron, fue un tal Maturana entre siete. Hubo un cartel que homenajeaba al carabinero" le dijo al suscripto Aaron Morales González, un ex seminarista de Ancud, hace 16 años, en la esquina casi rural de la calle Catedral y la pomposamente llamada avenida Cochamó, frente al Pacífico). Estando Del Busto en Puerto Montt, el vicecónsul argentino le dio un telegrama que desde Bariloche envió Carlos Boos al gerente de la Chile Argentina Gustavo Wilker. El motivo: otra vez unos cuarenta bandidos asechaban a la agencia Ñorquincó de la empresa. Del Busto mandó un telegrama al comisario Alanís para que armar una patrulla. Pero él mismo se impuso regresar al gran lago. Vendrían amarguras. Porque la Policía Fronteriza de Río Negro no fue un éxito, aún con la ayudaría del médico belga del Gutiérrez. Pero valdrá la pena volver sobre el tema de esta historia doméstica pero cierta. • El 6 de agosto de 1909 el Ministerio del Interior formó el expediente 3118 con el decreto de reserva del Ministerio de Agricultura "con destino a la formación del Parque Nacional creado por decreto del 17 de enero de 1908" de las tierras fiscales "que circundan los lagos Nahuel-Huapi y Traful en el territorio de Neuquén, con la extensión y límites …" que se señalaban. • En esta semana de 1939 estaba de visita Modesto Fernández Seijo, colaborador fotográfico de La Nación, El Mundo, Caras y Caretas y El Hogar. En esta oportunidad emprendería la filmación de las bellezas circundantes para el noticiero Sucesos Argentinos y también lo haría enfocando a otras bellezas: las chicas que triunfarían ese fin de mes -por más votadas- entre 32 postulantes. A tres semanas de la final encabezaba la lista Nelly Boock. • El 5 de agosto de 1943 se bendijo la Virgen de la Nieves en la gruta natural donde concurrieron las autoridades (fue en acción de gracias por el primer aniversario de salvar la vida en un accidente el Tte. Cnel. Napoleón Irusta, militar de actuación local) • La Voz Andina publicó el jueves 11 de agosto de 1938 nota y foto del joven Camilo Pefaure. Con el título "Un buen esquiador local" el texto elogiaba su estilo pero se esperaba más de él ya que "necesita más seguridad en sus virajes". " "fnjuarez@interlink.com. |
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