Domingo 5 de agosto de 2001

 

La revolución adolescente en la Universidad

 

Cientos de chicos compitieron en los Juegos Olímpicos de Lectura. Dejaron de ver a Tinelli para leer a José Pablo Feinmann y Bonasso. Sorprendió la calidad de la preparación de los estudiantes.

  NEUQUEN (AN).- ¿Qué puede hacer un adolescente generación 2000 en medio de una galería colmada por cientos de chicos de su edad, mientras el tema "Yo tomo" de la Bersuit Vergarabat retumba desde parlantes de un metro de alto?
Es viernes por la tarde y hay paro en la universidad pública.
El ala más vieja del edificio de la UNC está inundado de chicos sub 18 que sin estar ajenos a la realidad que marca el ajuste, estudian, esperan, indagan, se conocen, festejan.
"La universidad está tomada", bromea un añejo habitante de los pasillos que confluyen en el barcito. Es que entre las paredes tapizadas de mensajes de lucha, de convocatorias y de varias imágenes de Ernesto Che Guevara hay un verdadero enjambre de adolescentes. Ellos son los dueños de todo.
En ese micromundo increíble, con la música a fondo, Elsa Anaya de Ingeniero Jacobacci y muchos otros chicos se concentran en la lectura. Ellos todo lo pueden.
Elsa tiene en la mano el libro "Operación masacre", de Rodolfo Walsh. Más atrás, con capítulos marcados con pedazos de papel, esperan los "Cien años de soledad" de García Márquez, "La borra de café" de Mario Benedetti y "Oscuramente fuerte es la vida", de Antonio Dal Massetto.
Durante 72 horas, más de 2.500 adolescentes generación 2000 se hicieron dueños de la universidad y fueron parte de la tercera edición de los Juegos Olímpicos Universitarios, en una experiencia que superó todas las expectativas. El éxito tiene que ver no sólo con la cantidad de inscriptos sino, sobre todo, con la calidad de los competidores.
"Nos dejaron con la boca abierta", admitieron las cuatro integrantes del jurado de Historia que -sin almuerzo ni merienda- durante tres días corrigieron más de 3.000 exámenes. Las evaluadoras son cuatro: Susana Campos, Carola Lavín, Milvia Bozzo, Silvia Delariva. En los primeros 2.000 exámenes de múltiple opción (definición criolla del multiple choice) "sólo nos equivocamos en dos, y por haber sumado mal", aseguraron las docentes que trabajaron fuera de hora con el mejor de los ánimos.
"Este año los pibes se prepararon con todo, se engancharon muchísimo con el tema del golpe militar y con todo lo que pasó en el país en los últimos 25 años", explicó Susana Campos.
La prueba tuvo cien participantes en la primera edición, trescientos en la segunda y más de 2.500 en esta tercera. Algunos chicos, según las profesoras, se habían presentado en las dos ediciones anteriores, pero nunca se habían preparado tanto como este año.
"Hay que pensar que estos chicos leyeron en las vacaciones y que en muchos casos han dejado de ver a Tinelli para leer a José Pablo Feinmann o a Miguel Bonasso", agregó muy satisfecha la profesora Delariva, una docente que se mortifica porque "nadie" escribe bien su apellido.
En total, los chicos de primero a quinto año de escuelas de Río Negro, Neuquén y La Pampa leyeron un promedio de 30 materiales (libros completos y obras parciales) de autores de los que, en muchos casos, nunca habían oído hablar. "No puedo creer lo que pasó, lo que le hicieron a la gente. No tiene explicación lo que pasó en Argentina", se sorprende Mariela Agüero una estudiante de 16 años al referirse a Operación Masacre de Walsh.
"Estamos impresionados por el impacto que causó La Sangre Derramada (de Feinmann), los chicos interpretaron muy bien esa obra", comentó Milvia Bozzo. El éxito de la propuesta fue todo un problema para la secretaría de Extensión de la facultad de Humanidades, la organizadora de la competencia. La lluvia de ayer impidió que la entrega de premios se hiciera en el playón de estacionamiento, el único escenario posible para semejante cantidad de público.
En tiempos en que todos sueñan con ser millonarios, la euforia que desparramaron los ganadores llevó a que algún desprevenido preguntara: ¿qué premio desató tamaño festejo? Un libro y un diploma.

Rodolfo Chávez

La importancia de compartir

NEUQUEN (AN).- Elsa Anaya tiene un físico menudo, los gestos calmos, el pelo negro, y una enorme personalidad. La chica está sentada a un costado, en el medio del pasillo, en el ala vieja de la UNC. Ella y otras cinco compañeras llegaron a los Juegos Olímpicos del Comahue desde el frío de Ingeniero Jacobacci. El viernes, entrada la tarde, la chica esperaba los resultados de las semifinales. "Ella va a llegar, ella va a llegar", repetía Erica Camuyán (17), una de las compañeras que sorteó la primera etapa de la competencia en Letras.
"Qué se yo...para nosotros lo importante es haber venido... Para ser la primera vez no está mal", repetían mientras "la profe" de lengua y literatura, Susana Catillo, iba de aquí para allá esperando que la nómina de ganadores fuera pública. El grupo, donde no hubo ningún varón, estudió durante un mes y llegó "bastante bien" a la competencia. "Me parece que ésto viene re bien porque es un aporte grande a la educación que bastante mal está acá en la Argentina", afirmó Elsa Anaya quien asegura que en el Centro de Enseñanza Media de Jacobacci.

Muchísimo esfuerzo

Cada año más de 25.000 estudiantes de entre 13 y 18 años participan de olimpíadas a nivel interescolar, regional y nacional para luego llegar a las instancias internacionales donde las delegaciones argentinas obtienen excelentes resultados.
Aunque los entrenamientos son durísimos y se requiere de mucho esfuerzo no se trata de olimpíadas deportivas sino que estos estudiantes ponen a prueba sus conocimientos de las materias curriculares de la escuela.
"El objetivo no es la competencia sino elevar el nivel de la calidad educativa, por eso eso se parte de los contenidos básicos que todos ven en la escuela", dijo Alicia Hunter, coordinadora del Proyecto del Nacional de Olimpíadas dependiente del Programa de Gestión Curricular y Capacitación.
Y lo cierto es que los chicos:
• No compiten contra el otro sino con su propia capacidad,
• No compiten necesariamente por la nota sino por la experiencia.
Así lo dicen ellos. Y hay que creerles. (AR)

"Que no arancelen"

NEUQUEN (AN).- "Ojalá que no se les ocurra arancelar, porque si lo hacen esto el año que viene no se va poder hacer, seguro", clamó Ailín Bonet, de 16 años, quien cursa el cuarto año de CPEM 26 de Neuquén.
Ailín no pudo llegar a la final. Sin embargo, el viernes a la tarde estaba feliz como el que más. Es que sus compañeros Mariela Agüero (16) y Julián Pereyra (16) habían llegado hasta el último tramo de la competencia en Letras.
El CPEM 26 está en el barrio Gregorio Alvarez, y allí concurren chicos de casi todos los sectores que componen el gigantesco mosaico de Gran Neuquén Norte. La docente que los orientó, que implora no ser identificada, destaca la importancia de que los chicos hayan llegado adonde llegaron. "La mayoría de las veces se nos conoce por cosas que no tienen nada de bueno", destacó la profesora.
Mariela, que es todo entusiasmo, está maravilla por la obra Antígona, de Sofocles e impresionada por Operación Masacre, de Rodolfo Walsh. Si bien se define como una buena lectora -lee desde que tenía 10 años- "nunca había leído tanto" como en esta oportunidad. El grupo, que completa Viviana Mercado (18), leyó "casi" todos los libros que presentó la secretaría de Extensión de la facultad de Humanidades.
El "casi" se lo deben a Julián que, sincero, admite que "hubo un par que no leí, pero que ellas me lo contaron". El muchacho de pelo largo dice que al principio "íbamos a ser ocho pero después quedamos nosotros cuatro".

   
    ® Copyright Río Negro Online - All rights reserved    
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación