Viernes 3 de agosto de 2001

 

La burocracia arrincona a un proyecto solidario

 

Una mujer cobija a siete abuelas en forma gratuita, pero quieren que cumpla las normas de un geriátrico.

  NEUQUEN (AN)- Rosa, Mercedes, Sara, Julia, Sonia, Magdalena y Elvira están preocupadas, pero no pierden las esperanzas. A su avanzada edad, y con historias de vida muy diferentes, no quieren ocuparse de trámites ni normativas. Sólo pelean a diario por escaparle al fantasma de la soledad.
Sin embargo, la burocracia les pone obstáculos que pueden modificarles la vida. La vivienda que comparten con Dorita Fanella, la propietaria, no está habilitada para albergar a personas de la tercera edad, según las normas que regulan la actividad de los geriátricos.
Las abuelas conocieron a Dorita -así la llaman cariñosamente- en el hogar de ancianos las Hermanitas de los Pobres de Confluencia.
"Nos abrió las puertas de su casa y sin pedir nada a cambio, nos dio un lugar donde vivir", recuerda Julia Sánchez, una jubilada docente de 87 años oriunda de Entre Ríos, que cobra 260 pesos que los utiliza para comprar sus medicamentos y actualizar su biblioteca.
Dorita aseguró que se encarga de la atención de las abuelas y de pagar un enfermero que las visita día por medio.
"Acá no se les cobra un peso a las abuelas. Simplemente nos conocimos y nos llevamos tan bien que se vinieron a vivir conmigo", sostiene.
Sin embargo, desde mayo último y a partir de una denuncia de un geriátrico, el departamento de Fiscalización de la Subsecretaría de Salud neuquina ha visitado el lugar y conminado a Fanella a reacondicionar las instalaciones de la vivienda y contratar a los especialistas -enfermeros y nutricionistas- que indica la normativa en vigencia.
"Hoy (por ayer) vencía el plazo otorgado por la cartera sanitaria para poner en condiciones la casa", afirmó preocupada Dorita, quien aseguró que "las abuelas no tienen adónde ir y tampoco quieren terminar en un geriátrico olvidadas".
La casa que habitan las siete abuelas está ubicada sobre la calle Obrero Argentino, junto al club Butaco de esta capital. El inmueble cuenta con todos los servicios. Tiene cinco dormitorios, amplio comedor, baño, cocina, living y hasta un quincho. El terreno es de importantes dimensiones y está rodeado de un entorno envidiable.
De todos modos, desde la cartera sanitaria, el director general de Control de la Calidad, Walter Gualtieri, dijo que la vivienda "no está habilitada" porque no cumple con las normas de infraestructura e higiene. Y si bien destacó la solidaridad de Fanello, subrayó que tiene la obligación de aplicar las normas de seguridad. (ver aparte)
Aún así, las abuelas dijeron a "Río Negro" que no abandonarán la vivienda. Y cuestionaron el accionar de los inspectores que se acercaron hasta la casa porque no tomaron en cuenta su opinión.
"No nos preguntaron ni cómo estábamos", recordó Mercedes Paniagua, quien a sus 78 años asegura que jamás estuvo tan cómoda como ahora. "No estoy abandonada -aseguró-. Tengo dos hijos que viven en el Alto Valle y los visito con frecuencia".
Sin embargo, Fanella asegura que quiere conseguir la habilitación, pero solicitó que no retiren a las abuelas. En cuanto a los gastos, afirma que se sostienen entre todos y que ella no lo hace por lucro porque tiene la suerte de poseer diversas propiedades que le permiten contar con importantes ingresos.
Allí, las abuelas comparten, entre el tejido, la lectura y la infaltable televisión, la alegría de sentirse acompañadas.

Admiten que "las abuelas no están mal"

NEUQUEN (AN).- El director general de Gestión de Calidad, Walter Gualtieri, admitió que está al tanto de la situación desde los últimos meses del año pasado cuando se trabajó en conjunto con la subsecretaría de Acción Social en tareas de fiscalización de los hogares de ancianos que funcionan en esta cuidad. Pero aseguró que aún no se ha procedido porque se otorgó un prórroga para que Dora Fanella, la propietaria de la vivienda, acondicione el lugar.
Afirmó que se le dio la oportunidad de reducir a cuatro el número de abuelas a su cargo para no infringir ninguna regla y así cobrar por ese servicio en el marco de un plan nacional de hogares cuidadores, aunque hasta ahora no lo ha efectivizado.
Dijo que si bien nadie quiere salir a cumplimentar normas que suenan agresivas, está la presión de que si ocurre algo "nosotros somos los responsables porque somos la autoridad de aplicación".
De todos modos, reconoció que "las abuelas no están mal, pero tampoco podemos esperar a que ocurra algo".
Aseguró que la casa donde viven las siete abuelas no cumple los requisitos mínimos de infraestructura, seguridad e higiene. Además faltan enfermeros y nutricionistas y sobre todo, que alguien se responsabilice de cada una de las ancianas que conviven allí tal como lo hacen lo geriátricos habilitados.
En principio, dijo, "habíamos solicitado mantener ayer una reunión con los familiares, pero hasta ahora no se pudo concretar porque Fanella no colaboró para realizarla".

   
    ® Copyright Río Negro Online - All rights reserved    
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación