La boleta de Edersa aumentará entre 2 y 10 pesos

La suba corresponde a la incorporación de servicios públicos en la factura de Edersa. En oposición, la tasa que cobra el municipio bajará el 9%. Se asegura una cobrabilidad del 97%.

"Favorece a los cumplidores"

El secretario de Obras Públicas de Viedma, Roberto Brusa, remarcó que el nuevo mecanismo favorece a los cumplidores porque pagarán menos en el total de las tasas de alumbrado público y su par de "barrido y conservación de la vía pública".
Los ingresos por mes por Edersa rondan los 70 mil pesos y la reformulación le permitirá un incremento de 40 a 50 mil pesos.
Además, Brusa aseguró que "a nadie se le cortará la luz porque no pueda pagar la tasa de alumbrado público" ya que se prevé un esquema de apoyo a los indigentes porque el municipio le entregará un certificado para que Edersa descuente de su factura esa tasa en cuestión.
Asimismo, el secretario destacó que la reforma de alumbrado público contempló además la diferencia de frente. Pero, aclaró que ese criterio no se utilizará en las propiedades de viviendas familiares.
Según la ordenanza, el cálculo "incorpora un factor de corrección en función de los metros de frente alumbrado, dada la inequidad que produce el hecho de que propiedades con significativa diferencias en cantidad y beneficio de servicio utilizado paguen igual". La tasa de alumbrado público es mensual y se contemplan cinco zonas, a partir de 10 pesos hasta 1,6 pesos. En realidad, ese valor debe duplicarse ya que la empresa Edersa cobra en forma bimestral.
Los coeficientes zonales se respetan en viviendas familiares pero en el resto de las propiedades se ajustarán "en función de metros de frente iluminados. Dicho coeficiente será el resultado entero de la división de los metros de frente por 10, teniendo un mínimo de 1 y un máximo de 20".

¿Y los vecinos?

La transferencia a Edersa de gran parte de la tasa de servicios garantiza un alto nivel de cobrabilidad. En definitiva, el esquema de la empresa privada (incluido, el corte de luz) exigirá un cumplimiento que está muy lejos de la respuesta voluntaria actual de los vecinos con los servicios públicos.
El destino de los nuevos fondos es el debate adicional. Al principio, el intendente introdujo este mecanismo en la negociación con parte del personal que sufriría una quita de un tercio en sus bonificaciones, con la consecuente baja horaria. Costanzo decía que la mitad de los "nuevos recursos" iría a un Fondo para suspender aquella reducción y el resto a servicios públicos.
Un análisis lógico y racional en un Estado que ya cedió el barrido, la basura y falta formalizar el mantenimiento del alumbrado. Una mayor recaudación permitiría mejores respuestas en servicios casi inexistentes.
Pero, esa actitud se desvaneció porque Costanzo ofreció en la última propuesta al gremio que el ingreso sobre la actual recaudación se priorizará para eliminar las quitas en las bonificaciones. Así, lo primero del Estado es recuperar la baja salarial de los 182 agentes municipales.
La actitud gremial y demagógica del Deliberante fue decisiva. Avaló la reformulación de tasas y la cesión del cobro a Edersa sólo con la expectativa de evitar esa disminución salarial. El titular del Concejo, el justicialista Pedro Pesatti, entendió que Costanzo con "la ordenanza de Edersa ya tenía en sus manos la herramienta para dejar sin efecto" la baja de las bonificaciones. Un irreconocible Pesatti acompañó además la derogación -por ordenanza- del decreto de quita que potenció el actual conflicto de poderes. El viernes, el intendente ratificó su norma. Esa pugna institucional-política exige otro análisis.
Ajenos al debate están los ciudadanos y más lejos de la realidad están sus representantes. Nadie se acuerda de los vecinos.