Domingo 26 de agosto de 2001

 

Deplorable y peligroso estado de una escuela en San Martín de los Andes

 

Los techos no tienen cielo raso, las puertas están deterioradas y hay agujeros por donde pasan los roedores

  SAN MARTIN DE LOS ANDES (ASM).- Penoso. El estado de deterioro de la escuela 89 de esta ciudad, ubicada sobre faldeos del cerro Curruhuinca, se mostró con crudeza ante los ojos de los concejales que recorrieron las instalaciones, a instancias de una denuncia de los directivos del establecimiento.
No son sólo problemas edilicios surgidos de abandonos o arreglos parciales nunca terminados, sino de focos de verdadero riesgo para la integridad física y la salud de las personas que conforman la comunidad educativa de esa escuela.
Agujeros en las puertas por los que pueden pasar -y pasan- roedores, cables de electricidad colgando, cielos rasos sin terminación y chapas al descubierto, calefactores desvencijados; son algunas de las dificultades que a diario deben sortear 351 alumnos en dos turnos, 20 docentes, personal directivo y de portería.
La concejal aliancista Nora Ramírez Tobío anticipó el urgente pedido de un peritaje para determinar con certeza técnica las condiciones de seguridad del edificio, que "a simple vista resultan deplorables", dijo.
Advirtió que se pedirán informes sobre los fondos girados por la provincia en mayo pasado y que, trascendió, alcanzaron sólo para arreglos parciales en los techos, incluyendo materiales y mano de obra.
Precisamente, el intendente Schroh (MPN) realizó gestiones en las últimas horas en procura de obtener fondos que permitan al municipio acometer esta y otras refacciones de edificios escolares, aún pendientes.
La evidencia pública sobre el deterioro de la Escuela 89 surgió primero de una recorrida preliminar realizada por Ramírez Tobio, quien luego llevó la inquietud al Deliberante.
En la última sesión, la directora Nora Silva precisó detalles ante los ediles, que finalmente resolvieron hacer una recorrida por el establecimiento.
El informe previo que se expuso en el Concejo resulta en verdad una síntesis apretada de lo que en realidad exhibe la escuela:
* El techo del salón de usos múltiples y el departamento de educación física carecen de cielo raso. Sólo tiene las chapas a la vista, lo que imposibilita el calefaccionamiento en invierno por falta de aislante térmico.
Del mismo modo, las jornadas de lluvia hacen casi inaudible cualquier clase, porque las gotas repiquetean sobre las chapas descubiertas.
* Existen cables de la instalación eléctrica que cuelgan sobre soportes de metal.
* En las aulas se utilizaron placas de telgopor para el cielo raso, sin el debido tratamiento, lo que provoca que las planchas se vuelen con el más mínimo viento y se revelen los agujeros del techo.
Con la visita de ayer se constataron puertas roídas, carcomidas y con agujeros por donde pasan los roedores. La escuela está en una zona de faldeos muy cerca de donde se declaró, semanas atrás, un caso de hantavirus.
   
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