Viernes 24 de agosto de 2001
 

El daño será mayor en las chacras que aún tienen agua

 

La baja de caudales de los ríos trajo alivio en las chacras. Un relevamiento del INTA llegó a la conclusión de que las pérdidas no fueron significativas en sectores que el agua ya dejó libres.

  ROCA (AR).- Aunque la situación continúa siendo complicada, las aguas del río Negro comenzaron lentamente a retirarse de las chacras de la región y con ellas, la amenaza de desastre económico. La conclusión se obtiene a partir de un relevamiento que los profesionales de la Estación Experimental Alto Valle del INTA realizaron durante los últimos 30 días sobre los terrenos inundados por la crecida.
El informe de los especialistas concluye que "no se puede afirmar que el fenómeno de anegamiento esté provocando pérdidas significativas a nivel región, aunque sí lo hará en aquellos productores que viven aún hoy el fenómeno".
Según ellos, la situación más grave se registra en las chacras plantadas con frutales de carozo y que aún tienen agua en la superficie. Mientras tanto, advirtieron que la situación mejora en las tierras que producen peras y manzanas, el mayor porcentaje de hectáreas plantadas, "máxime si se tiene en cuenta que estos cultivos recién están empezando a mover sus yemas y estamos a un mes de la floración".
Mientras tanto, al margen del trabajo del INTA, "Río Negro" pudo saber que hay chacareros que perdieron la totalidad de la producción y que además tienen sus plantas con serios riesgos de morir.
La realidad de las tierras es definida por los técnicos como un "abanico de situaciones" con "muchas chacras bajo agua que están volviendo a la normalidad en forma paulatina mientras que en otras aún existen cuadros anegados en sectores bajos".
Las complicaciones en general están dadas porque "todavía la capa freática está muy cercana a la superficie, lo cual dificulta la oxigenación del sistema radical" y por el hecho de que "aún no existe un piso seco para que las maquinarias puedan circular y este hecho conlleva a la no-realización o realización tardía de los tratamientos fitosanitarios (curas) que son muy importantes para asegurar la calidad de la producción".
Enrique Sánchez, uno de los técnicos de grupo Fruticultura del INTA que están recorriendo las chacras afectadas con la intención de realizar una radiografía de la zona, indicó que uno de los puntos más preocupantes advertidos es el desarrollo de enfermedades tanto aéreas como del sistema radical de las plantas que podrían ser favorecidas por el ambiente húmedo producto del actual anegamiento en el que está la zona, aunque aseguran confiar que "con el correr de los días el río siga bajando permitiendo así la oxigenación del suelo y de las raíces".

Recomendación

Para esos cuadros afectados el INTA recomienda "no mover el suelo con el fin de no eliminar aquellas raíces superficiales que no son las más activas frente a casos de anegamiento subsuperficial". Es por eso que "el productor deberá enfrentarse a la encrucijada de realizar la defensa pasiva contra las heladas o dejar el suelo sin mover".
La poda es otra de las prácticas culturales de rigor que aborda el informe de los técnicos que sobre ese punto advierten que a causa de no haberse "efectuado en término" se debe actuar "de inmediato con el fin de regular la carga de fruta y la renovación de madera".
Aunque "las mediciones que se están haciendo de cuaje, crecimiento, producción y calidad de fruto en los sectores que han estado bajo agua determinarán el grado de daño con el correr de la temporada" cierto es también que aún hoy los técnicos registran chacras en donde "el agua continúa circulando entre el monte en suelos arenosos y factibles de ser erosionados".
Esto favorece la incertidumbre a la hora de medir los daños reales que provocó el comportamiento del río. Ante esto, el análisis del INTA Alto Valle expresa que recién podrán evaluar cuánto es lo que perdieron "con el avance de la temporada".
Las aguas bajaron por estos días y se espera que el deshielo no complique más la situación, que hasta un mes atrás había afectado a unas 8 mil hectáreas costeras en producción, zona de las tierras de más elevado costo y con plantaciones de variedades de punta de distintas especies.
En algunos sectores del valle ayer se podía observar las plantaciones de frutas de carozo cargadas de flores, lo que marca la evolución de la temporada.

El alerta por los deshielos aún se mantiene

Uno de los aspectos más importantes que destaca el informe del INTA y que recomienda tener en cuenta es "la evolución que sufrirá el caudal del río a causa de los deshielos y posibles precipitaciones en la alta cuenca que provoquen elevamiento freático en las áreas ya afectadas".
Ese es uno de los temores más grandes que tienen por estos días los técnicos de la Estación Experimental Alto Valle, que se preparan para la estación primaveral, cuando el aumento de las temperaturas provoque incrementos en el total de metros cúbicos que se trasladan por los cauces de la región. Entre los profesionales, Enrique Sánchez aseguró que pese a que después de las crecidas se puede decir que la situación en las tierras productivas no es tan grave como se pensó en un primer momento, "recién una vez que el agua se haya retirado del todo será posible medir si hay o no efectos residuales".

El balance final debe esperar

Aunque el profesional descartó la posibilidad de considerables pérdidas económicas, prefiere "no arriesgarse a dar un certificado de defunción o a decir no pasó absolutamente nada" porque los daños sólo se harán evidentes "con el avance y el balance de la temporada". (AR)
   
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