Miércoles 8 de agosto de 2001

 

La compra de Alto Valle es una "inversión muerta"
 

CALF ya no es dueña de acciones en la central. Sólo es propietaria de una porción de Hidroeléctrica Cerros Colorados. Perdió el 36% de la usina térmica que adquirió en 1992 cuando su socia Duke fusionó, el año pasado, ambos negocios. Rodolfo Inda dijo que el contrato de compra de energía es un "agujero negro" en las finanzas de la cooperativa neuquina.

  NEUQUEN (AN).- La cooperativa CALF dejó de ser dueña de la Central Térmica Alto Valle cuando quedó como única titular del hólding del mismo nombre que pasó a poseer el 6,55% de las acciones de Hidroeléctrica Cerros Colorados. Rodolfo Inda, aspirante a presidir el consejo de administración de la entidad después de la asamblea del sábado próximo, dijo que la compra de Alto Valle "fue una inversión muerta de casi 20 millones" para la cooperativa, y el contrato que la obligó a adquirir la energía exclusivamente a su socia representó "un agujero negro que se llevó todo".
Inda calculó el quebranto en 31 millones de pesos en lo ejecutado del contrato hasta la fecha y calificó como "escandalosos" algunos negocios realizados por la administración anterior de la entidad.
Osvaldo Bonvín, ex titular de la entidad, removido por la intervención judicial dispuesta en abril pasado, recordó que en octubre pasado Duke Energy, socia mayoritaria de CALF en Alto Valle -que valía "unos 20 millones de dólares"-, decidió fusionarla con Cerros Colorados, con activos que superaban los 100 millones de dólares. Automáticamente, Alto Valle Hólding, con CALF como única capitalista, pasó a participar de Hidroeléctrica Cerros Colorados (HCC) "en una proporción accionaria que aseguró un capital equivalente a la inversión inicial en la central térmica", aseguró Bonvín. Calculó la valuación de esos activos en 10 millones de dólares.
En su origen, CALF aportó unos 9 millones de dólares para comprar el 36% de las acciones de la Central Alto Valle. En ese año -1992- compartía capital con Dominion Generating -54%- y los empleados -10%, en propiedad participada-, y firmó un contrato por el cual se comprometía a adquirir a un precio fijo la energía eléctrica a distribuir en carácter de exclusividad. Esa cláusula fue cuestionada por la oposición a Bonvín ya que encorsetaba a la cooperativa y le impedía -según los críticos- vender a tarifas promocionales y le generaba déficits operativos.
Por el contrario, Bonvín defendió ese contrato como "razonable" ya que le permitió vender a Aga y a otros grandes usuarios del parque industrial neuquino "a 28 milésimas el kilovatio".
Hace dos años, Dominion vendió todos sus activos en América Latina a Duke Energy, y el año pasado se evaluó que la central Alto Valle "no era rentable como unidad independiente", por lo cual se realizó la fusión mencionada y el contrato de compra de energía quedó "en manos de HCC".
Inda triunfó en las elecciones de octubre pasado para renovar las autoridades de CALF sobre Bonvín. Dijo que en la asamblea, "pediremos la renuncia de todos los consejeros cuestionados por la justicia y desplazados por el juez". El dirigente, que encabeza la lista celeste, confió en lograr ese desplazamiento que se producirá "sobre la base de obersvaciones y análisis del balance", que será el primer punto del orden del día. Aunque las elecciones se realizaron para renovar cuatro de los doce consejeros -es decir, un tercio del cuerpo-, Inda y los suyos confían en desplazar a los ocho restantes, vinculados con la lista blanca de Bonvín. Los celestes contarán con 47 delegados, 41 serán de los blancos y 4 representarán a los azules, que orienta el hematólogo Roberto Raña. Estos últimos se votarán a sí mismos tal como lo anunciaron, mientras los blancos "esperamos que todo transcurra normalmente, dentro de la ley y que no tengamos que impugnar nada", según Bonvín.

"Desguazan la cooperativa"

NEUQUEN (AN).- Osvaldo Bonvín, repantigado en el sillón principal de su despacho, disparó: "(Teodoro) Aspesi quiere desguazar la cooperativa para tercerizar la gestión del contrato" de distribución de energía eléctrica. No contento con ese mazazo, el ex presidente del consejo de administración de CALF insinuó que la intervención intentará transferir el gerenciamiento a Edersa porque "el objetivo final" es producir el desmantelamiento de la entidad.
Mencionó como ejemplos el despido de 150 personas desde la asunción de Aspesi en la intervención; la intermitencia en las operaciones del salón de ventas de electrodomésticos -CALF Hogar, que "están liquidando a un punto sin retorno"-, la clausura de la planta de gas y "desarticuló la organización popular creada para la distribución de la revista".
Además, se demostró "que la cooperativa no padecía ninguna crisis financiera y económica", pero "precisamente la gestión de la intervención la pone en riesgo, ya que comprometió medio millón de dólares en acuerdos por indemnizaciones por retiros y nuevos juicios laborales". Dijo que las declaraciones de Aspesi relativas a la incidencia negativa de la figura del comercializador de energía eléctrica para las cooperativas indican que "no sabe nada del negocio" ya que son "descabelladas, irracionales e ilógicas".
   
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