Marets 28 de agosto de 2001 | ||
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Sartor, un salto largo que viene de lejos |
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Se sabía que Sartor iría tarde o temprano a la cartera de Desarrollo Social. La UCR necesitaba un "operador" propio en ese ministerio. No asumirá en soledad. Tiene una activa relación con importantes ejes de la conducción nacional del radicalismo. No descartan un futuro con mayor poder para el rionegrino. |
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No sorprendió en términos elocuentes en el seno del radicalismo y gobierno rionegrinos, la elección de Daniel Sartor como viceministro de Desarrollo Social de la Nación. A lo sumo, la escasa cuota de sorpresa se localiza en el sigilo con que se manejó en las últimas semanas un tema al que se le reconoce una dilatada historia. Las que siguen son algunas de las reflexiones con que hombres del gobierno y el partido interpretan la designación. Veamos. * Sartor encaja perfectamente en un proyecto que el radicalismo alienta desde que se instaló el gobierno de la Alianza: tener un hombre propio y con características muy definidas en un cargo como el de viceministro de Desarrollo Social. ¿Qué características? Experiencia en el manejo de la madeja de intereses que son propios de esa cartera y que muchas veces deben abordarse desde lógicas duales y sin ruborizarse. * Sartor "cierra" para esa ecuación. Es un hombre pragmático, renuente a someterse al rigor de principios que condicionen operaciones destinadas a acumular poder. O sea, tiene una inmensa elasticidad de convicciones para avanzar en procura de objetivos de poder. No es un dirigente de elucubraciones intelectuales exigentes. Es un capitalizador del poder. * En camino a plasmar aquel proyecto, el radicalismo jamás descartó incluso que el titular del área sea un hombre de su propia tienda. Pero había que cumplir con el compromiso de mantener el sitio para un ministro del Frepaso. Hoy, con la Alianza hecha hilachas a nivel nacional y la amenaza de que se termine de deshilvanar tras las elecciones, no resulta aventurado para muchos radicales rionegrinos estimar que el cargo que ahora va a ocupar Sartor lo pone en línea de suceder a Cafiero, cuya instalación en el gobierno tose mucho. * Sartor no es un "nuevo" en relación con los planos del radicalismo nacional. En los primeros tramos de la transición militó en la Capital Federal en el marco de la Parroquia 19, que en el organigrama porteño del partido es la de mayor inserción en la clase media. De ahí nace una vieja amistad con Raúl Alfonsín -con quien se tutea-, y se gesta una agenda que lo vincula muy estrechamente con, entre otros, Enrique Nosiglia. Estos vínculos le garantizan acceso pronto al sistema de decisión nacional del jaqueado partido fundado en El Parque, lo cual no es poco a la hora de buscar palenque. * Con Sartor en Desarrollo Social, Verani coloca a 50 metros de la Casa Rosada y con el guiño de De la Rúa, al hombre de su mayor confianza y a quien le debe mucho de la reproducción de su poder. Situarlo en ese punto implica, sin duda, disponer de un espacio interesante para jugar en favor temas inherentes a Río Negro. * En medios del radicalismo provincial se señalaba ayer que el respaldo de De la Rúa a la designación de Sartor bien puede ser también interpretado -ligeramente- como el resultado de una compensación del presidente al gobernador. Un ida y vuelta que un miembro del gabinete definió ayer así: "No te puedo ayudar con plata, pero pongo un hombre tuyo en un lugar desde el cual se te puede ayudar". Reunión con Cafiero y asunción el lunes |
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