Lunes 13 de agosto de 2001
 

No todo queda entre "Los tres mosqueteros" del PJ

 

Los principales dirigentes están lanzados para la presidencial del 2003. Ruckauf, Reutemann y De la Sota dependen de sus gestiones. Kirchner corre de atrás y Menem apuesta al regreso.

  Buenos Aires (ABA).- "La verdad es que el justicialismo parece una confederación de partidos provinciales", reconoció Rubén Marín, gobernador pampeano y presidente en ejercicio del principal partido de la oposición. Prefiere decir la frase a grabador apagado, y luego agrega que "ojalá que esta crisis nacional nos ayude a unirnos".
Eduardo Duhalde, titular del PJ bonaerense y candidato a senador para las elecciones, coincide: "Hoy funciona mucho mejor la liga de gobernadores que la cúpula partidaria. Y eso no es usual en un partido piramidal como el nuestro".
A pesar de que la Alianza parece vivir su trance terminal y que la UCR sigue poniéndole palos en la rueda a la gestión delarruista, el peronismo no logra encausar los problemas ajenos para fortalecer el molino propio.
Según todas las encuestas, la oposición podría ganar en la mayoría de los distritos del país -a excepción de la Capital -, aunque las disputas internas por el liderazgo partidario y, sobre todo, por la candidatura presidencial del 2003, producen un cúmulo de desconfianzas y recelos que continúan entorpeciendo la renovación justicialista.
Según una encuesta que circuló en los últimos días en la sede partidaria de Matheu 130, donde se efectuó una nueva cumbre, el 71% de los consultados opinó que la imagen del PJ era "mala" o "regular".
El viernes pasado, los gobernadores y principales dirigentes intentaron buscar un mensaje en común para las elecciones parlamentarias del 14 de octubre.
"Por encima de las coincidencias generales, sigue primando el interés individual de los candidatos", se quejó un diputado menemista, al término de la cumbre.

Los tres mosqueteros

Carlos Ruckauf, mandatario bonaerense, aparecía hasta hace poco tiempo como el candidato "natural" para el 2003, pero los graves problemas financieros de su provincia lo corrieron momentáneamente de la carrera. Buena parte de los trabajadores estatales y jubilados provinciales aún no cobraron sus salarios; y cuando lo hagan, recibirán una parte en los ya polémicos "Patacones", los bonos que ya habrían perdido un 15% de su valor según la estimación del bloque de legisladores radicales.
"El problema de Buenos Aires es que no puede resistir las gastos que insumen dos campañas presidenciales", opina un diputado nacional del PJ , en referencia a la candidatura de Duhalde en el "99 y el lanzamiento ruckaufista para el 2.003.
"Ruckauf cree que no es momento de hacer campaña, pero no se bajó de la candidatura", repite su vicegobernador, Felipe Solá. Aunque reconoce que la situación económica de Buenos Aires es "complicada". Hasta hace 15 días, Germán Ruckauf, hijo del gobernador y jefe proselitista, reunía todos los martes en el primer piso del café porteño Malas Artes a su equipo publicitario para ir preparando la campaña 2003; sin embargo, los encuentros se suspendieron hace 15 días. Justo cuando el mandatario viajó a un spa del norte de Brasil para curarse su "estrés" y recibió una catarata de críticas.
Ahora, José Manuel de la Sota parece haber tomado la posta. Con una gestión apoyada por sus coprovincianos y una imagen en alza, el gobernador cordobés volvió a impulsar su candidatura presidencial. El llamado a un plebiscito para suprimir la cámara de senadores provinciales y ajustar los gastos políticos, con un triunfo del más del 70%, le dio mayor credibilidad pública. Pero pronto podría tener un tropiezo. Según Luis Stulhman, director de la consultora Analogías, "el radical Mario Negri encabeza hoy los sondeos para elegir a los próximos senadores nacionales".
El tercer "candidateable" es Carlos Reutemann. Aunque el santafesino sigue cultivando su "perfil bajo", está entre los peronistas con mejor imagen nacional. Pero tampoco le faltan problemas: Santa Fe tiene un índice de desocupación que supera el 20% y su candidato a senador, Oscar Lamberto, no es muy conocido en la provincia. El radical Horacio Usandizaga, que va por la reelección, le lleva entre cinco y diez puntos de ventaja en la mayoría de las encuestas.
"Mire como andará de mal el partido, que no tenemos ni originalidad. Los tres candidatos son los gobernadores de las provincias más grandes. ¡Un poco de imaginación, muchachos!", se ríe Jorge Asís, el último intelectual menemista y candidato por un movimiento peronista que correrá por afuera del partido en las próximas elecciones porteñas.
Asís es uno de los principales impulsores de la promoción Menem 2003 "post-cárcel". Los menemistas más ultras están convencidos que Carlos Menem volverá a la Casa Rosada en dos años, mientras el jefe detenido lanza a su mujer, la chilena Cecilia Bolocco, como su representante afuera de Don Torcuato y él se distrae mirando Gran Hermano 2 por Direct TV. Aunque el ex presidente no recibe el apoyo popular: según un sondeo de la consultora Aresco, Menem está último en la lista de dirigentes nacionales, con sólo el 11,6% de imagen positiva y el 71,5% de imagen negativa.
Por su parte, un patagónico también quiere llegar a la Rosada. Se trata de Néstor Kirchner, gobernador de Santa Cruz, que espera representar al "progresismo" en la próxima interna presidencial. Su principal dilema es cómo hacerse conocer en todo el país, porque deberá luchar contra el desconocimiento del electorado. Por lo pronto, ya está pensando su estrategia: podría lanzar a su mujer, la senadora Cristina Fernández, con muy buena imagen, como candidata a senadora por la Capital Federal.

El regreso de Duhalde

Lo más novedoso en el atlas peronista es la resurrección de Eduardo Duhalde, lo que era impensado luego de su derrota frente a De la Rúa hace dos años. El ex gobernador, que le lleva 15 puntos de ventaja a Raúl Alfonsín para la elección de octubre, tenía un proyecto no tan ambicioso: quiere ser el jefe de la bancada de senadores peronistas a partir de diciembre y, desde ahí, posicionarse como el interlocutor con el gobierno; para luego regresar a la gobernación de la provincia. Sin embargo, Duhalde estaría reconsiderando su estrategia: la candidatura presidencial para el 2003 no parece una utopía, sobre todo si Ruckauf termina derrumbándose junto a sus "patacones".
"Ya pasó mi tiempo", dice, modesto. Pero su figura cobró nuevo protagonismo últimamente: fue esencial en las negociaciones para el apoyo peronista a la Ley de Déficit Cero y es el principal sostén para el proyecto de gobierno de unidad nacional que encabeza Alfonsín. (ABA)

     
     
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