Lunes 13 de agosto de 2001
 

Acuerdo con el FMI, más difícil de lo previsto

 

Las negociaciones no son tan rápidas como pretendía el gobierno. La misión argentina canceló los viajes de regreso. De la Rúa ahora dice que "es injustificado crear expectativas".

  Washington.- La delegación argentina que negocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un paquete de ayuda de emergencia reanudó ayer en Washington las conversaciones con los jerarcas del organismo, en un proceso que parece ser más difícil que lo previsto por el gobierno del presidente Fernando de la Rúa.
El viceministro de Economía, Daniel Marx, y el resto de la delegación mantenían en total hermetismo sus conversaciones.
Aunque el ministro de Economía, Domingo Cavallo, dijo que la delegación no volvería a Buenos Aires con "las manos vacías", en Washington las negociaciones no son tan fáciles: todos los funcionarios argentinos cancelaron las reservaciones para el avión de regreso y Marx, que iba a ser el primero en retornar ayer en un vuelo se dio cuenta que era indispensable quedarse unos días más.
En medio de la incertidumbre por las negociaciones, De la Rúa salió a bajar el tono. "Resulta injustificado crear expectativas" sobre el anuncio de un eventual acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, indicó ayer.
Señaló que "no era así", al ser consultado sobre un posible retraso en el anuncio de la obtención del préstamo que dispondría los organismos internacionales.
"Es injustificado crear expectativas de que el viernes, sábado, domingo o lunes (por mañana) iba a haber anuncios", explicó ayer el mandatario.
A última hora del sábado, Marx explicó a los periodistas que lo esperaron durante casi diez horas en el hall de entrada del Fondo mientras los argentinos negociaban adentro, que el acuerdo recientemente alcanzado en el FMI por Brasil llevó "varias semanas de negociaciones".
El viernes, primer día de negociaciones, lo dedicaron a revisar el acuerdo vigente y finalizaron esa etapa, lo cual para Marx fue un "progreso muy importante", y el sábado se inició la dura tarea de mostrar las últimas medidas adoptadas por el gobierno, como la ley de déficit cero o los acuerdos con las provincias para achicar el gasto público, y acordar cada cuánto se va a controlar su cumplimiento, así como convencer a los jerarcas del Fondo de que todo eso se va a instrumentar, y cómo.
Marx no ocultó su cansancio el sábado en la tarde, cuando tras diez horas de negociaciones y un almuerzo que consistió en un trozo de pizza que ordenaron a las oficinas donde conversan bajo estricta confidencialidad, bajó a conversar diez minutos con periodistas. "No se puede hablar de montos ni cifras", dijo, pero aseguró que las negociaciones para "ir más allá del acuerdo actual", es decir, por más ayuda financiera, avanza en forma "veloz".
Y volvió a continuar unas negociaciones que se extendieron hasta la noche y que se reanudaron ayer, domingo, a primera hora. Negocian en medio del verano en el hemisferio norte, teniendo que contactar a cada funcionario que hay que consultar buscándolo por celulares y rastreándolo por el destino turístico que eligió con su familia, protegidos por el aire acondicionado que los aísla de los 39 grados , la humedad y las tormentas con copiosas lluvias que inundan las calles de Washington.
Nadie sabe cuántos días más puede tomar esta negociación.
Argentina pretende hacer valer las medidas que adoptó, especialmente la ley del déficit cero, y también quiere hacer pesar el temor al contagio hacia Brasil, Chile, la región o todos los mercados emergentes, a favor de que el Fondo apruebe un paquete de hasta 9.000 millones de ayuda multilateral, la mayor parte del cual provendría del propio FMI. (DPA y DYN)
     
     
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