Italia le teme al fantasma de las "Brigadas Rojas"
Los últimos atentados e intimidaciones a funcionarios preocupan al gobierno. Un grupo de violentos de izquierda pretende "vengar" la represión en el G-8.
Los denominados Núcleos Territoriales Antiimperialistas (NTA), justificaron su acción como "represalia" por la acción policial durante la reciente cumbre de Génova, lo que hace temer que el terrorismo busque ahora un nuevo caldo de cultivo en el ala más violenta del movimiento antiglobalización.
"La temática debatida en Génova será el nuevo caballo de batalla de la lucha subversiva", aseguró ayer el juez veneciano Carlo Mastelloni, quien juzgó a los autores del atentado como el resultado de "una clonación de las antiguas Brigadas Rojas".
El magistrado, experto en la lucha antiterrorista desde los "años de plomo" en la década de los setenta, propuso que la Unión Europea cree una estructura policial coordinada para vigilar a los grupos antiglobalización, no sólo como fuerza antidisturbios, sino también para prevenir la posibilidad de atentados.
Los NTA aparecieron por primera vez en el Nordeste italiano en diciembre de 1995 y hasta ahora habían perpetrado atentados de poca entidad, como el incendio del automóvil de un militar estadounidense que prestaba servicio en la base de Aviano (norte).
Una llamada telefónica anónima a dos periódicos locales informó ayer de la existencia de un comunicado de este grupo encontrado en un cubo de la basura en la localidad de Mestre (cercana a Venecia), y en el que se declaraban autores del atentado.
Aunque la policía considera "verosímil" esta reivindicación, el fiscal de Venecia Felice Casson recordó que los NTA pueden haber aprovechado la ocasión para "alcanzar visibilidad", pero no ser los verdaderos autores del atentado.
Algunos investigadores comparten estas reservas, basadas en el hecho de que la llamada del grupo se produjo más de 24 horas después de la explosión de la bomba, aunque todos coinciden en considerar auténtico el comunicado.
Durante la madrugada del pasado jueves un artefacto compuesto por unos cinco kilos de explosivo destruyó parcialmente un lateral del Palacio de Justicia veneciano, en el centro histórico de la ciudad de los canales, cerca del Puente de Rialto. El atentado se produjo pocas horas antes de la visita del primer ministro, Silvio Berlusconi, a la "Ciudad de los Canales".
Para el fiscal de Verona (norte), Guido Papalia, la utilización de cinco kilogramos de explosivos es "un salto cualitativo" en las acciones llevadas por este grupo, "que sigue las huellas de las Brigadas Rojas".
Papalia ha insistido en que se trata de una organización de pequeño tamaño pero que trata de sacar provecho de "la onda emotiva creada tras los sucesos de Génova entre el movimiento antiglobalización".
El fiscal nacional antimafia, Pier Luigi Vigna, ha alertado igualmente ante el riesgo de minimizar la amenaza de estas "nuevas Brigadas Rojas" y ha advertido de que gracias a tecnologías como Internet existe el riesgo de un "contagio internacional" de los grupos subversivos.
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