Viernes 10 de agosto de 2001

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Un terrorista suicida enluta a Jerusalén: al menos 16 muertos

 

El estallido sin fin

 

Análisis

  El "Gran Estallido" era esperado desde hace tiempo. Sólo con una gran dosis de suerte y gracias a la precaución de sus ciudadanos, Israel logró evitar en los últimos días al menos cuatro intentos de ataques suicidas, con los cuales los grupos extremistas palestinos pretenden vengar los "asesinatos selectivos" de sus militantes por parte de Israel.
El tiroteo del domingo pasado, donde un palestino hirió a 10 soldados antes de morir, fue el anticipo y la masacre de ayer en el restaurante "Sbarro", donde murieron 6 niños, no será seguramente un hecho aislado.
El Hamas y la "Yihad Islámica", dijeron ayer que esta "es la primera puerta hacia el infierno que se ha abierto hoy para (el primer ministro israelí) Sharon". Los extremistas pretenden demostrar que la política de represalias israelí no frenará los actos de venganza ejecutados por sus "kamikazes".
Desde hace semanas estaba claro que no aguantaría mucho más el mal calificado "cese del fuego". E l ala moderada del gobierno, representada por Shimon Peres, está quedando afuera de las decisiones. El insistente "no" de Sharon a negociar en medio de la violencia complace a la mayoría de la población de Israel, sumida en el miedo, pero en los territorios palestinos sólo lleva a una mayor radicalización.
Los primero signos de desmembramiento de la Autoridad Nacional Pelestina y el miedo al colapso del apenas desarrollado sistema político en los territorios autónomos, amenazan con arrojar al líder palestino Yasser Arafat en los bazos de los extremistas.
Arafat no ha perdido el control en Cisjordania o la Franja de Gaza, pero es incapaz de controlar la desbordante violencia debido a la falta de salida políticas a la situación.
Israel prepara su previsible represalia, de la cual dio alguna muestra anoche. Tras el ataque, judíos furiosos gritaban "venganza y muerte a los árabes". A pocos kilómetros, los palestinos gritaban con igual fervor felicitando a sus "mártires" de ayer.
El único actor con el poder suficiente para frenar a los "halcones" de ambos bandos es Estados Unidos. Pero hasta ahora el gobierno de Bush no parece decidido a actuar, más allá de reclamar la investigación de los ataques y pedir moderación. Negro panorama.
     
     
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