MAS INFORMACION

Un terrorista suicida enluta a Jerusalén: al menos 16 muertos

Niños víctimas del odio

Los cadáveres de bebés y niños yacían en medio de los restos del atentado. Judíos ultraortodoxos encargados de recoger cadáveres utilizaban pinzas para asir los restos de carne humana de un cochecito para bebés tirado sobre el pavimento enfrente del restaurante, que fue devastado por la explosión.
En cumplimiento de las leyes religiosas, los hombres depositaban cuidadosamente en bolsas plásticas los restos humanos, para luego darles sepultura.
"Lo peor que yo vi, que creo que me perseguirá durante el resto de mi vida, fue un bebé sentado en un cochecito fuera del comercio, muerto", dijo Naor Sharab, un soldado que caminaba cerca de la congestionada intersección de la Calle Jaffa cuando se registró la explosión, a la hora del almuerzo.
"Después de la explosión, la madre del bebé salió del comercio y comenzó a llorar, histérica", dijo Sharab a la televisión israelí. "Ella vio a su bebé ante sus ojos, muerto".
El restaurante Sbarro"s estaba atestado de padres de familia que habían llevado a sus hijos a comer pizza, en un día de verano.
Jason Kanar salió del restaurante minutos antes de la explosión para comprar un periódico y volvió corriendo después del estallido. "Vi a un niño de cuatro años en las brazos de alguien, muerto, muerto, asesinado", dijo Kanar, de apenas 20 años
Varios otros bebés y niños fueron internados por las heridas que sostuvieron en la explosión. Un transeúnte logró revivir a una pequeña que yacía inerte sobre la calle donde estaban dispersas esquirlas de vidrio y restos humanos. Otra chica, de no más de 12 años, fue llevada en andas a una ambulancia, con uno de sus zapatos colgando de una pierna bañada en sangre.
Varios niños israelíes y palestinos han muerto en otros incidentes de violencia desde que estalló la revuelta palestina.

Foto: El atacante suicida del Hamas poco antes de inmolarse.