La promesa del IRA no les alcanza
Los protestantes en Irlanda del Norte quieren ver el desarme
Trimble, líder del Partido Unionista del Ulster (UUP), dijo que la oferta del Ejército Republicano Irlandés de inutilizar su arsenal "de forma completa y verificable", realizada a través de la Comisión Internacional de Desarme, no alcanza para relanzar las negociaciones.
"Lo que necesitamos es ver que comience el decomiso (del armamento)", dijo a los periodistas Trimble, quien el mes pasado dimitió como primer ministro del gobierno de Irlanda del Norte por el tema de las armas,.
"Nosotros, como partido hemos dado grandes pasos para formar un gobierno ante la expectativa de que se produciría el desarme, y por dos veces, el movimiento republicano nos ha decepcionado", añadió.
Trimble, criticado por la línea dura de su partido, dijo que el IRA tiene que aportar acciones concretas, no palabras, si quiere que la fórmula de paz del gobierno angloirlandés tenga alguna oportunidad de éxito.
Martin McGuiness, importante miembro del Sinn Fein, aliado político del IRA, dijo que Trimble debería dejar el espinoso tema de las armas de la guerrilla al general canadiense John de Chastelain, jefe de la independiente Comisión Internacional de Desarme (IICD). "Es hora de que David Trimble abandone la escena internacional, y deje al general Chastelain y a sus colegas hacer su trabajo con los grupos armados", dijo.
Londres y Dublín presentaron a las partes enfrentadas una serie de propuestas "definitivas" encaminadas a superar el estancamiento sobre temas que incluyen la reforma de las fuerzas policiales, dominadas por los protestantes, y la retirada de las tropas británicas. Gran Bretaña e Irlanda dieron de plazo hasta la medianoche de ayer a partidos católicos y protestantes para aceptar o rechazar el paquete, fecha que ha expirado sin resultado.
La actual crisis estalló en julio cuando Trimble dimitió como primer ministro del gobierno de poder compartido entre partidos protestantes y católicos, en protesta porque el IRA no ha depuesto las armas. Si los bandos rivales no pueden coincidir en el nombramiento de un nuevo primer ministro para el domingo 12, Gran Bretaña debe convocar a elecciones generales en la provincia o suspender el gobierno semiautónomo instaurado por el Acuerdo del Viernes Santo de 1998 y restablecer el control directo de Londres.
Disturbios en Escocia
LONDRES (ANSA) - Un joven kurdo muerto en la ciudad escocesa de Glasgow y otro herido en Hull, en el East Yorkshire, evidenciaron con crudeza las tensiones raciales en Gran Bretaña y los problemas sociales vinculados a la inmigración.
En forma simultánea, se escucharon duras críticas al gobierno por la decisión de enviar a los nuevos inmigrantes a zonas de desocupación.
Los dos hechos de crónica policial constituyen la punta del "iceberg" del malestar en algunas áreas del país. El joven muerto, Fisat Yildiz, era un kurdo de 22 años; el herido, también kurdo y de la misma edad, fue agredido por una banda de delincuentes locales que le cortaron la garganta y se salvó por milagro.
En la ciudad escocesa los inmigrantes son 3.500, y sólo a Sighthill, un barrio deprimido con una alta tasa de desocupación, llegaron en los últimos meses más de 1.500 personas.
La llegada de éstos provocó enfrentamientos y envidias y desencadenó acusaciones de injusticia de parte de los locales, que sintieron que se los trataba peor que a los recién llegados. Este fue el hecho que encendió la mecha de la discordia. En Sighthill, donde se produjo la muerte del joven kurdo, se verificaron en los últimos meses unos setenta enfrentamientos entre las dos comunidades
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