Viernes 3 de agosto de 2001

 

Histórica condena a general por genocidio en Bosnia

 

El serbobosnio Radislav Krstic se transformó en el militar de más alto rango condenado por el Tribunal Penal Internacional para crímenes en la ex Yugoslavia por la masacre de Srebrenica.

  La Haya - El Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) pronunció ayer una sentencia histórica, al condenar a 46 años de prisión al ex general serbio de Bosnia Radislav Krstic, el militar de más alto rango que irá a prisión y el primero en ser declarado culpable de genocidio.
Krstic fue considerado responsable por la matanza de 7.000 a 8.000 hombres musulmanes ocurrida en 1995 en el enclave de Srebrenica, en el este de Bosnia.
Con esta sentencia, el máximo órgano penal de las Naciones Unidas acepta los argumentos de la fiscalía, dirigida por Carla del Ponte, pero no dio curso a la petición original que era de cadena perpetua contra el militar.
Con semblante sereno pero tenso, tras gruesos cristales a prueba de balas, Krstic, de 53 años, escuchó en la sala oval del TPIY el relato de los hechos en Srebrenica, en una audiencia retransmitida a todo el mundo, a través de la televisión. El militar permaneció sentado, debido a que sufrió la amputación de una pierna al pisar una mina en 1994.
El presidente de sala, el juez Almiro Rodrigues, explicó los detalles de la operación lanzada sobre ese enclave por las fuerzas serbobosnias, comandadas por el general serbio Ratko Mladic, acusado también por La Haya, y actualmente prófugo de la justicia internacional, al igual que el ex líder serbobosnio Radovan Karadzic, quien dio la orden de lanzar la ofensiva.(ver aparte)
Rodrigues dijo que aunque el general Krstic cumplía órdenes de sus superiores, ello no lo exime de responsabilidad penal.
"Usted es culpable, al saber que mujeres, niños y ancianos de Srebrenica fueron deportados, al haberse adherido al plan de ejecución masiva de todos los hombres en edad militar. Usted es culpable, general Krstic, de genocidio", dijo el juez.
Vestido con traje negro, corbata amarilla a juego con dibujos negros y una impoluta camisa blanca, Krstic recordó a la fuerza la narración de los hechos, como si de un verdadero "flash back" se tratara.
El juez aludió al día 11 de julio de 1995, cuando Mladic, junto con varios oficiales serbobosnios, entró victorioso en Srebrenica, enclave teóricamente "protegido" por "cascos azules" de Naciones Unidas holandeses, entonando cánticos nacionalistas serbios. El 12 de julio, Srebrenica era ya una "ciudad fantasma" en manos de las fuerzas serbobosnias, dijo el magistrado.
Los cerca de 60.000 civiles buscaron ayuda en la base de Naciones Unidas en la cercana Potocari y en concreto el apoyo del comandante del batallón holandés de "cascos azules", Ton Karremans.
Los fusilamientos comenzaron al día 13 de julio de 1995, según el juez. No obstante, las fuerzas holandesas del "Dutchbat" nada pudieron hacer para evitar la masacre, dicen varios informes oficiales.
La defensa de Krstic había solicitado la absolución del general, quien en su audiencia inicial ante los jueces se había declarado inocente en todos los puntos de la acusación. En el acta de acusación se incluyen los delitos de genocidio, deportación, y graves malos tratos a la población civil, entre otros, enmarcados en operaciones de "limpieza étnica" en pro de una Serbia étnicamente "pura" durante la guerra de Bosnia (1992-1995).
Aunque la fiscalía admite que cuando Krstic entró en Srebrenica ésta estaba casi vacía, el general "tenía que saber" lo que había ocurrido con los civiles, dada su proximidad en la línea de mando con Mladic.
El proceso de Krstic en La Haya incluyó la declaración en el Alto Tribunal de 128 testigos, muchos de ellos sobrevivientes de la masacre, y la presentación de cerca de 1.100 pruebas de cargo, informó hoy la Corte.
De momento, se desconoce el lugar en el que Krstic purgará la pena, dado que la cárcel que el TPIY posee en la localidad balnearia de Scheveningen, a cuatro kilómetros de La Haya, no dispone de las instalaciones adecuadas para ello.
Actualmente está detenido allí, entre otros, el ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, en espera de juicio en relación con crímenes cometidos durante la guerra de Kosovo.(dpa/EFE)

El horror de Srebrenica

La masacre de Srebrenica, cometida entre el 12 y el 18 de julio de 1995 ocurrió casi al final de la guerra de Bosnia-Herzegovina (1992-1995) pero está considerada la matanza de civiles más grave en suelo europeo desde el Holocausto judío en la Segunda Guerra Mundial.
La ciudad, actualmente en el territorio de la República Serbia de Bosnia , era un enclave musulmán en la Bosnia oriental controlada por los serbios. Estuvo tres años bajo asedio hasta que fue proclamada "zona protegida" de Naciones Unidas.
El entonces jefe de Estado Mayor serbo-bosnio, general Ratko Mladic ordenó el ataque final contra la ciudad. El 11 de julio los serbo-bosnios irrumpieron con la división Zvornik, comandada por el coronel Dragan Obrenovic, hoy detenido.
Después de la caída de Srebrenica, los 40.000 habitantes huyeron hacia la base de la ONU de Potocori, al norte. Unos 7000 lograron entrar a la base, ocupada por apenas 100 "cascos azules" holandeses que deberían haber defendido la ciudad y asistieron impotentes a la masacre .
El término "limpieza étnica" es incapaz de describir con lujo de detalles lo que ocurrió hace seis años en el este de Bosnia.
Los testigos declararon que los serbios asesinaban a los musulmanes "como animales", en especial Mladic contra mujeres y niños. Hasta ahora fueron encontrados 4000 cadáveres en fosas comunes . Incluso hoy miles de personas están desaparecidas
En la masacre participaron milicias destacadas por su ferocidad, como los Tigres del comandante Arkan, un contrabandista y violador asesinado en el 2000 en Belgrado.
Los crímenes (asesinatos, violaciones, mutilaciones) se cometieron bajo la luz del día y ante testigos, porque sus autores no contaban con tener que rendir cuenta por ello algún día.
En la concepción política de los serbobosnios no tenían cabida allí los ciudadanos de otras nacionalidades o convicciones. Si no eran serbios, tenían que desaparecer, aunque fueran vecinos desde hace generaciones y algunos hasta parientes.
Los fanáticos nacionalistas pusieron en marcha una mortal maquinaria para conseguir la expulsión y exterminio de miles bosnios de origen croata o musulmán. Los artífices de la "limpieza" pretendían que los expulsados no quisieran volver al lugar que hasta entonces había sido su hogar. Y, si capturaban a un hombre en edad militar, se celebraba un "proceso rápido": en siete días asesinaron a "entre 7.500 y 8.000 musulmanes".
Los investigadores sabían desde el principio claro que la masacre no se llevó a cabo en medio de un arrebato de ira. De lo contrario, no habrían sido fletados autobuses en gran cantidad para llevar a cabo la "evacuación". Tampoco habría habido excavadoras disponibles para construir grandes fosas comunes.
Los jueces también están convencidos de otra cosa: la aniquilación de los hombres iba destinada a evitar que se volviera a formar una comunidad musulmana en Srebrenica. En opinión de los jueces, si no murieron más personas fue porque los responsables no tenían mayor capacidad asesina. (DPA/ANSA

Ahora van tras los jefes: Karadzic y Mladic

La condena de 46 años de cárcel impuesta ayer al general serbio Radislav Krstic renueva las presiones para que se detenga a quienes el Tribunal considera máximos responsables de la masacre de Srebrenica: el ex líder serbobosnio Radovan Karadzic y su ex jefe militar, el general Ratko Mladic.
Se supone que tanto Karadzic como Mladic, que encabezan ahora la lista de prófugos del tribunal de La Haya, siguen escondidos en algún lugar de Bosnia oriental, hoy República Serbia de Bosnia
El primer ministro de la república serbobosnia, Mladen Ivanic, afirmó sin embargo que Karadzic y Mladic no se encuentran actualmente en ese territorio. Karadzic, psiquiatra y poeta aficionado de 56 años, y Mladic, de 58 años, son fugitivos desde el 11 de julio de 1995, cuando libró orden de captura contra ellos el ex fiscal jefe del TPIY, el juez sudafricano Richard Goldstone, acusándolos de genocidio, crímenes de lesa humanidad y violaciones del derecho de guerra.

     
     
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