Lunes 27 de agosto de 2001

 

Evitaron otras dos fugas de la alcaidía de Roca
 

Descubrieron un boquete en una oficina que está cerrada los fines de semana y la voladura de las bisagras de una puerta. Fue mientras se desarrollaban las visitas de los domingos.

  ROCA (AR).- La falta de personal policial y la superpoblación que desde hace más de un año se viene registrando en la alcaidía de Roca, provoca que los controles sean casi inexistentes.
En las últimas horas se evitaron dos fugas de la unidad carcelaria, una de ellas a través de un boquete y la otra luego de que "volaran" las bisagras de una puerta metálica.
El boquete fue realizado en la oficina judicial, y los autores -hasta anoche desconocidos- habrían trabajado desde el sector de la lavandería donde actualmente hay unos 30 reclusos alojados.
Los internos aprovecharon que la oficina judicial se encuentra cerrada durante los sábados y domingos, por lo que trabajaron con tranquilidad.
"No eran improvisados. Incluso encontramos un bidón con agua, que lo utilizan para mojar y debilitar el ladrillo cuando hacen el boquete", afirmó ayer el comisario Andrés Capsi, jefe de la cárcel de encausados.
El descubrimiento se realizó ayer a la tarde, cuando centenares de visitantes se encontraban en el penal.
Según las primeras estimaciones, un objetivo podría haber sido esperar hasta la noche para escapar por el boquete, o huir durante la tarde aprovechando el intenso movimiento que generan las visitas de los internos.
Pero también, a pocos metros se encuentra la guardia de la unidad. Si los fugados hubieran ido hacia ese sector, en vez de salir al exterior, al policía que cubre ese puesto lo toman de espaldas, y una guardia tomada hubiera generado una verdadera hecatombe.
Pero sea cual fuere el camino a tomar y el horario elegido para escapar, los internos tuvieron a su disposición toda la documentación judicial que se encuentra en la oficina, por lo que se estaba evaluando si faltaba algún documento.
Sin embargo, las sospechas no terminan en los internos alojados en la lavandería, ya que al ser un día de visita, a ese sector pueden acceder internos de otros pabellones.
De todos modos, trascendió que la investigación estaría bien encaminada y se sospecharía puntualmente de algunos internos, por la forma en que fue realizado el trabajo.
El otro intento de fuga, se produjo luego de que "volaran" las bisagras metálicas de una puerta de ese material.
La misma está en una escalera, donde "viven" seis internos por la falta de espacio en la unidad. En este caso las sospechas recaen sobre los seis habitantes del sector, entre quienes se encuentra Marcelo Arratia, detenido desde la semana pasada por el triple crimen de Cipolletti.
"Las situaciones se van repitiendo, pero a su vez son cada vez más complicadas. Hasta el momento las situaciones se han resuelto en los mejores términos, pero va a ser hasta que alguien se equivoque. Ojalá que este no pase, aunque con esta superpoblación es muy difícil", reconoció ayer Capsi.
El viernes 17 de agosto, se fugaron seis presos de los cuáles sólo uno fue recapturado.

Internas heridas e intoxicadas tras incidentes en el pabellón femenino

ROCA (AR)- Al menos tres internas que se encuentran alojadas en la alcaidía de Roca sufrieron una intoxicación con pastillas, lo que desencadenó incidentes en el pabellón femenino que incluyeron quema de colchones, roturas y hasta la destrucción de un televisor. Dos de las detenidas tuvieron que ser trasladadas al hospital, mientras que las otras siete alojadas sufrieron principio de asfixia debido al humo generado por el contacto del fuego con la goma espuma de los colchones.
Los incidentes se generaron cerca de las 23, y desde la alcaidía se llamó a los bomberos. En tanto, algunas de las internas estaban fuera de sí y se generaron incidentes menores entre ellas. Luego comenzaron las roturas y el aire se hizo cada vez más denso. Los policías acompañaron a los bomberos con los matafuegos. "No quisimos usar mangueras por que tal vez se iban a violentar mucho más", dijo el comisario Andrés Capsi, jefe de la unidad.
Con pañuelos humedecidos para poder respirar, varios uniformados ingresaron al pabellón para sacarlas una a una de ese lugar, ya que corrían el riesgo de morir asfixiadas. También se las puso a resguardo, ya que varias tenían tal grado de intoxicación que no podían caminar y podían autolesionarse. Tres internas fueron llevadas al exterior de la alcaidía, y en la rampa de ingreso se las dejó para que tomaran aire. Sin embargo se produjeron algunas agresiones hacia los guardiacárceles, mientras una de ellas no podía coordinar lo que decía.
Tan denso era el humo, que en un momento abrieron el portón corredizo del ingreso, y salieron los policías que estaban en la guardia a la carrera. Junto con ellos, una impresionante columna de humo salía también al exterior.
Cuando el aire volvió a ser un poco más respirable, los policías volvieron a entrar para apagar definitivamente los elementos que ardían.
Todo hacía presumir que las pastillas habían sido ingresadas durante la visita de ayer.
   
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