Martes 21 de agosto de 2001

 

Los evangélicos salieron a la calle contra el delito

 

Hicieron una numerosa movilización por Cipolletti. "Le hemos declarado la guerra espiritual" en la ciudad, dijeron.

  CIPOLLETTI (AC).- "Le hemos declarado la "guerra espiritual" al delito en Cipolletti", enfatizó ayer el pastor José Penizzotto, representante local ante el Consejo Nacional Cristiano Evangélico, refiriéndose al crimen de la kinesióloga Diana Del Frari, y también al de Ana Zerdán y otros, durante una numerosa manifestación de todas las iglesias evangélicas locales.
Los fieles, más de 600, en caravana de vehículos desde las 9 recorrieron la ciudad y sus barrios y luego convergieron a la plaza San Martín, donde se hizo un acto a partir de las 11. Hubo invocaciones religiosas por paz, justicia, seguridad y trabajo.
Estuvieron también en el acto Julio Arriaga, los diputados Hugo Medina y Guillermo Grosvald, de la comisión de Seguimiento del Triple Crimen; Cristina Garrido, por los amigos de Zerdán, y Ulises González, papá de María Emilia y Paula, al igual que familiares de otras víctimas fatales.
Medina y Garrido consignaron que sigue con muchas adhesiones la organización de la asamblea pública del viernes, donde se exigirá la presencia en Cipolletti de la Comisión Interpoderes, la permanencia aquí del juez Juan Torres para una actividad casi excluyente por los crímenes de Diana y Zerdán, la institución de la recompensa para el que entregue datos que posibiliten esclarecer estas muertes, y de la figura de "testigo protegido" incluyendo el cambio de identidad.
Arriaga, tras repudiar los hechos delictivos y solidarizarse con los familiares, señaló que tomaba parte "de una expresión de fe y de oración para que no pasen más las cosas que pasaron".
En tanto, ayer y en el consultorio de la infortunada kinesióloga trabajaron toda la mañana peritos policiales colectando huellas y analizando croquis del interior, al mando del jefe de la Brigada de Homicidios de la Regional Segunda de Roca, comisario Adrián González. (Ver aparte).
Penizzoto -también presidente del Consejo de Pastores Evangélicos de Cipolletti- sentenció que "como cristianos evangélicos y de la misma manera que todo el pueblo cipoleño queremos el esclarecimiento de los crímenes. Nos oponemos a la violencia y a la muerte. Estamos por la vida. Oramos a Dios reclamando justicia y seguridad. Y vamos a ir los pastores a la asamblea del viernes".
"Desde nuestra perspectiva pensamos que hay en Cipolletti una "potestad de muerte" que se ha manifestado con mucho más contundencia ahora (con el crimen de Diana). Estamos declarando la "guerra espiritual" para destronar el señorío de esa potestad y establecer el de Cristo, que es el que da la vida", significó.
Para el alto dignatario evangélico, no falta el compromiso solidario de la gente aunque sí hay "descreimiento" respecto de determinados estamentos gubernamentales y políticos.
"Pedimos justicia, paz y seguridad. Desde nuestra fe creemos que la victoria de Dios va a cambiar la cruda realidad que hoy ofrece Cipolletti".
Ulises González dijo que halló al marido de Diana, Pablo Scilipoti, "destruido" por lo que le ocurrió a su esposa. "El crimen de Diana es otro triste eslabón de lo que se vive en Cipolletti. Y hay un sentimiento de que ninguno es el último. No se hace justicia. Pareciera que hay que salir con revólveres a la cintura como en el lejano oeste. Esto no puede seguir".
En tanto, Medina puso de relieve que "sólo con un compromiso concreto podremos lograr justicia y erradicar esta escalada de muertes que enluta a nuestros vecinos y, por ende, a todos nosotros".

Buscarán datos en el registro de Salud Mental

CIPOLLETTI (AC).- En búsqueda de más huellas, y en la elaboración de croquis sobre supuestos movimientos, fijación de posiciones y otra tipología de trabajo investigativo, personal de la Brigada de Homicidios de la Regional Segunda de Policía al mando del comisario Adrián González trabajó, durante toda la mañana de ayer, y parte de la tarde, en el consultorio de la kinesióloga Diana, quien fue objeto de un feroz ataque que la llevó a la muerte.
Desde afuera, se veía un gran charco de sangre y presumiblemente un bosquejo del entorno del cuerpo, mientras los peritos cumplían su función. No era visible el pasillo donde atacaron a la profesional, ni tampoco se permitió obtener un testimonio gráfico.
Por el secreto del sumario nadie quiso adelantar nada. Rostros adustos, concentración y frases en voz baja eran las constantes en el área del crimen.
En la Comisaría Judicial, su jefe Pedro Dutra, recibió al periodismo cerca de las 14. "Usted sabe que hay secreto del sumario. No insista en precisiones que no le voy a dar. Sí le informo que estamos trabajando con todas las fuerzas, como colaboradores de la Justicia, para esclarecer este caso", señaló.
No obstante dio señales de que en las próximas horas se hará el anunciado relevamiento de datos en Salud Mental del hospital (y en otras entidades paramédicas y de rehabilitación de adicciones) en función de la pesquisa. El trámite apunta a la detección de alguna persona con facultades mentales alteradas, o aquejada de alto nivel adictivo a las drogas, que se halle en tratamiento ambulatorio, y sobre la que pudiera indagarse algún procedimiento irregular.
Hasta última hora de ayer el juez Juan Torres no había ordenado más allanamientos que los tres realizados en domicilios de amigos y familiares de la víctima.
Antes del viernes serán citados a testimoniales los miembros del Colegio de Kinesiólogos, por el anuncio de Pablo Scilipoti de que esa entidad hacía algunas de sus reuniones por la noche en el consultorio de su esposa.

   
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