Domingo 19 de agosto de 2001 | ||
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En Neuquén roban más de 50 pasacasetes por mes |
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Los hurtos están en auge. En los 30 días últimos hubo medio centenar, pero la cifra sería mayor, porque la gente no los denuncia. En el mercado negro se cotizan según calidad y marca. |
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NEUQUEN (AN)- Durante julio pasado la policía recibió un centenar de denuncias por robos a vehículos estacionados en la vía pública, que fueron cometidos en la zona céntrica, en el alto y el bajo de la ciudad. La mitad de esos robos fue de pasacasetes, que ingresan a un mercado negro donde se los consigue desde 25 pesos, los más comunes, hasta 80 pesos (los de marcas líderes y con lectora de compact disc). El auge de la sustracción de pasacasetes es sorprendente porque casi nunca bajó su nivel, lo cual lleva a pensar que hay un mercado insaciable que demanda esos aparatos. Además es un robo que para la víctima acarrea otros perjuicios porque seguramente para acceder al interior de su vehículo le rompieron un vidrio o le destrozaron la cerradura. Sin embargo la intensidad de esta modalidad delictiva no empaña a los preocupantes robos con arma, que se repiten a un ritmo de casi dos por día. Así surge de las estadísticas que maneja la Policía de las cuales se desprende un dato curioso: los viernes a la tarde se roba más que en cualquier otro horario o día de la semana (ver aparte). Los investigadores dicen que es poco lo que se puede hacer para neutralizar el constante robo a vehículos, salvo intensificar la prevención y recomendar a los automovilistas que extremen sus precauciones. Se calcula que en los horarios pico circulan y estacionan 40.000 vehículos por el macrocentro de esta capital; para los ladrones son otras tantas posibilidades de apropiarse de lo ajeno. Los delincuentes aprovechan todas las ventajas que les dan las propias víctimas, y ni siquiera se detienen ante las alarmas. "Por empezar, muchas personas se olvidan de activarlas; para seguir, ¿cuántas veces se ven vehículos con la alarma sonando y nadie les presta atención? Si el dueño dejó el vehículo estacionado y está lejos del lugar ni siquiera la escucha; el ladrón puede alejarse mientras está sonando, pero llega un momento en que se desactiva sola. Ahí regresa y aprovecha para actuar", relató a "Río Negro" una fuente que presume de conocer los movimientos de los especialistas en pasacasetes. También se sabe que cuando un automovilista deja su vehículo estacionado, hay ojos dedicados a observar sus movimientos. "Si es una mujer y se baja sin cartera, quienes se dedican al robo se aproximan a mirar porque es muy probable que la haya dejado entre los asientos. Si es así, no tardan en sustraerla". El mismo destino pueden correr las bolsas con las compras, abrigos, maletines y cuanto elemento haya quedado en el vehículo y represente un interés potencial para los delincuentes. Las fuentes consultadas recordaron el caso de un hombre al que le robaron dos raquetas de tenis que había dejado en el asiento trasero de su rodado; a otro le desmontaron las hermosas ópticas de su camioneta importada. Hay dos técnicas para acceder al interior del auto. Una es destruir un vidrio con una bujía atada a un elástico, que se dispara como una gomera o un latigazo. "No hace ruido; triza el vidrio y después con darle un golpecito basta", explicó una fuentes. Otra es con una ganzúa en forma de cruz que destroza la cerradura y hace "saltar" el seguro. El objetivo preferido son los pasacasetes. "Algunos se roban por encargo", señaló un investigador. "De cualquier forma siempre es negocio para quienes se dedican a esto. Tarde o temprano se lo venden a un interesado o incluso al propio dueño". Esta otra faceta también es conocida: a veces que la víctima del robo termina pagando rescate por lo que le robaron. Según averiguó este diario, en el mercado negro los pasacasetes cotizan a 70 u 80 pesos si son de marca reconocida y tienen lectora de CD (en un comercio cuestan 250 pesos o más). Los más económicos pueden conseguirse por 20 o 25 pesos. Pero el comprador tiene que tener cuidado: no sólo está convirtiéndose en cómplice del ilícito, sino que puede a su vez ser estafado. Muchos compran a las apuradas y le venden uno que no funciona porque lo rompieron al sacarlo, o tiene un código indescifrable. Claves para entender la vigencia del fenómeno Las estadísticas reflejan números y características del delito más común que sufren los automovilistas. Alguno aspectos a tener en cuenta. |
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