Miércoles 15 de agosto de 2001

 

Condenaron a 21 años a un peligroso delincuente

 

Con un compinche realizó un violento atraco en Neuquén.Se habían fugado de la alcaidía de Roca cuando cometieron el asalto.Los capturaron al momento de intentar cruzar el puente hacia Cipolletti.

  NEUQUEN (AN) - La justicia neuquina condenó a 21 años de prisión a un joven delincuente que junto a un compinche protagonizaron un violento atraco a una familia del barrio Bouquet Roldán. Durante el atraco golpearon ya sus víctimas y las amenazaron de muerte con un revólver Magnum 357 y un cuchillo, para luego de abandonarlos atados huir en el auto de las víctimas con el botín.
Se llevaron 90 pesos, artefactos electrónicos y ropas. Por este hecho le dieron ocho años de cárcel, pero le sumaron los quince de una pena que le había impuesto un tribunal de Río Negro. Su compañero deberá purgar siete años de cárcel.
La condena más dura recayó sobre Jorge Rafael Cárcamo, de 20 años, quien tenía un frondoso prontuario judicial, incluidas varias condenas por robos, cuando fue detenido por la Policía neuquina por el asalto en esta ciudad. Su compañero, Hugo Marcelo Romero (28 años), también tenía antecedentes delictivos y cuando cometieron el atraco ambos estaban prófugos. Habían escapado de la alcaidía de Roca.
Los miembros de la Cámara Criminal Segunda destacaron particularmente el alto grado de violencia que desplegaron los asaltantes para consumar el hecho.
No trepidaron en apuntar con el arma de fuego a una menor de ocho años para amedrentar al resto de las víctimas y "convencerlos de que estaban dispuestos a todo si no obtenían el dinero que buscaban", señalaron en el fallo los jueces José Andrada, Emilio Castro y Antonino Gagliano.
El atraco se produjo el 16 de noviembre pasado a las 4.30, en la casa de la dueña de un comercio del barrio Bouquet Roldán. Los delincuentes los sor-prendieron cuando dormían y tras amenazarlos de muerte los despojaron de los bienes. A un joven le aplicaron un culatazo con el Magnum -que estaba cargado y en condiciones de ser usado, provocándole una herida en el cuero cabelludo, para terminar de dominarlos.
Una vez que les entregaron el dinero cargaron en el Fíat Uno de una de las víctimas un centro musical, una videograbadora, una cámara fotográfica, otros artefactos y numerosas prendas de vestir, y huyeron.
La familia, que había sido encerrada en el baño y un dormitorio, pidió ayuda y de inmediato se irradió el alerta a las unidades policiales que patrullaban la ciudad. En la ruta 22 y Paimún, una patrulla de la Comisaría 19 interceptó a los ladrones y recuperó el rodado, el dinero y los elementos que habían sustraído.
Cárcamo y Romero dieron identidades falsas, pero el ardid no les dio resultado al verse desbordados por las evidencias. Encima tenían hasta el arma que fue reconocida por las víctimas.
En el juicio Cárcamo se abstuvo de hablar, pero Romero admitió el hecho aunque trató de desincriminar a su compinche y dijo que no emplearon violencia.
El defensor de ambos, Hugo Cáceres, cuestionó el acta policial que se labró cuando se les secuestró el auto y, particularmente, el arma. Sostuvo además que el robo no llegó a consumarse, pero su planteo fue desestimado por los jueces.
El tribunal opinó que la acusación de la fiscal Lucía Piñeiro estuvo ampliamente respaldada por las pruebas y aceptó el monto de penas que pidió. También propuso que se inicien acciones contra los condenados, para que se los investigue por el presunto delito de tenencia ilegítima de arma de guerra.
   
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