Miércoles 29 de agosto de 2001 | ||
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Y con los chicos qué pasa... |
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La euforia que desató la participación de los equipos valletanos en la segunda edición del torneo Regional del Oeste de rugby se va disipando. Ante esto comienzan aflorar pequeños nubarrones que opacan todo lo bueno que intentaba poner en práctica la gente de la Unión valletana para esta temporada. Si bien el primer certamen del año de primera división y de las categorías juveniles se jugó. Hubo inconvenientes constantes que dejaron en claro que aún la competencia interna tiene algunas grietas que sería bueno solucionar para evitar problemas posteriores. Una de esas fisuras es la ligada a la actividad del rugby juvenil. La reiteración de partidos debido a la escasa cantidad de equipos y la no presentación de varios de esos representativos, en algunos casos por no pagar del seguro médico y, en otra, por la cuota social, conspiraron con el normal desarrollo de la actividad deportiva. Eso, sin duda, jugó en contra de la actividad que además de estar varias semanas sin jugar, en algunos de los casos más graves, los chicos pierden el incentivo por el juego y los clubes comienzan a perder poder de convocatoria. Y el problema así es grave para el futuro. Máxime si se tiene en cuenta que cuando el recambio de jugadores sea necesario, las entidades no tendrán una plataforma de rugbiers para mantener ese equilibrio en la divisiones superiores. El tema es claro para la unión y los clubes. La forma de atacarlo está en estudio. Pero no debe esperar mucho tiempo, porque cuando se quiera reaccionar puede ser demasiado tarde y la solución sea sólo un parche. |
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