Lunes 27 de agosto de 2001 | ||
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Al final, el barrio se quedó sin caudillo |
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Ganaba Independiente, pero en la última jugada apareció Loeschbor y le amargó el día. |
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BUENOS AIRES (DyN) - Cuando Independiente festejaba un nuevo triunfo ante Rácing, una mala salida de Ariel Rocha arruinó la fiesta "Roja" y encendió el delirio en la "Guardia Imperial" que festejó hasta la afonía el cabezazo de Gabriel Loeschbor que selló el injusto empate en un gol. Injusto porque Independiente dominó 70 de los 90 minutos de juego. Tuvo las mejores situaciones de gol y, a los 33 del complemento, el uruguayo Diego Forlán cumplió con la cuota con un tiro cruzado y, hasta segundos del final, ganador. Lo cierto es que el partido tuvo un nivel mediocre y que merced a algunas jugadas de Pablo Guiñazú en la etapa inicial y los lujos de Livio Prieto en el complemento se vio un poquito de buen fútbol en un clásico histérico. Por actitud y aptitud, Independiente fue el claro dominador de la primera mitad del partido. En especial, los primeros cinco minutos fueron un vendaval "Rojo", justo antes que se venga la tormenta de la madre naturaleza. Rácing no logró pasar la mitad de la cancha y sufrió por el fútbol de Guiñazú que se hizo dueño de la zona de creación. El Independiente compacto gritó presente a los 8. Se vino una proyección de Pernía, macana de Loeschbor cuando intentó despejar y Silvera desperdició, por apurado nomás, frente a Campagnuolo una clarísima situación de gol. La visita se mostró contenida. Por los laterales (Arano y Vitali) nunca lastimó, Bastía no gravitó y Leo Torres y el mellizo Gustavo jamás crearon una pizca de fútbol. Eso peocupó mucho a Merlo y hacia ellos fueron las mayores indicaciones. Sus pobres recursos de ataque fueron centros inofensivos y pelotazos sin un rumbo preciso.Y con el correr de los minutos la solución no aparecía y medio Avellaneda esta preocupada, muy preocupada En tanto, a los 24, un centro desde la izquierda fue bajado por Forlán de cabeza a Silvera que desperdició otro mano a mano con el arquero de Rácing. Después de un par de cabezazos que pasaron más cerca de lo aconsejable de Silvera y Manrique, en los últimos quince minutos el partido se desdibujó y fue aburrido. En el primer cuarto de hora del complemento, Rácing se vistió de protagonista. Creció Bastía que se fagocitó a Guiñazú en la misma proporción que fueron tomando vuelo Torres y el mellizo. Trossero vio que su equipo era desbordado y encauzó el partido con los ingresos de Vuoso y el híper-solicitado Prieto. Ambos le devolvieron a Independiente el dominio de las acciones. Por eso no extrañó que el local abriera el marcador. A los 33, la tomó en la medialuna Vuoso, tapó el arquero y el rebote fue de Forlán, que ingresó libre y remató corto al gol. Justo, porque hasta allí había sido el mejor y merecía irse con tres puntos, pero aún queda tiempo y vendría la sorpresa. Después del tanto, Rácing, empujado por su gente y su amor propio, sin grandes ideas, cascoteó el área de Independiente y en uno de los "miles" de centros, el de Vitali cayó en la cabeza de Loeschbor para rescatar un punto, y por sobre todo, el honor del barrio. Ni más, ni menos. Apostillas El defensor de Independiente Gabriel Milito, quien sufrió en marzo pasado una rotura de ligamentos cruzados, podrá volver a trabajar dentro de un mes y medio, según especulaciones del cuerpo médico "rojo" que encabeza Juan Manuel Olivera. Voces: "Los clásicos no se pierden" Reinaldo Carlos Merlo se mostró "conforme" con el agónico empate ante Independiente y sentenció que "los clásicos, ante todo, no se pierden". |
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