Domingo 26 de agosto de 2001

MAS INFORMACI0N

A toda orquesta, a buscar el título

 

Una buena defensa es como una doctrina para el equipo

 

Los jugadores argentinos creen que ahí está la clave de los resultados

  "Todo lo bueno que hace el equipo es mérito de la gran defensa en cada partido", aseguró Fabricio Oberto, pero esas palabras pueden salir de la boca de cualquiera de los otros once jugadores del seleccionado argentino de básquetbol.
Es que a horas de cerrarse el Premundial y más allá del resultado final, la Argentina desplegó un juego de alta calidad y efectividad, pero todo el trabajo nace de la gran defensa que ejercen los dirigidos por Rubén Magnano.
"Acá el que no defiende sabe que tiene un lugar en el banco", dijo días atrás Emanuel Ginóbili, el escolta que se destaca por jugadas espectaculares en ataque pero que a la hora de defender se pone el mameluco como cualquier otro.
"Por ahí los errores que tenemos se disimulan con la gran defensa que hacemos. A veces tenemos lagunas en ofensiva, pero el trabajo en defensa nos permite pasar desapercibidos esos problemas", agregó Oberto en su análisis.
Se sabe que Magnano basa su trabajo en el aspecto defensivo. El técnico cordobés lo reconoce en cada conferencia de prensa después de los partidos y su mensaje llegó bien claro a los jugadores.
"Por ahí este equipo está cambiando la tradición argentina, que nunca se destacó por una gran defensa. Pero el básquet de hoy indica otra cosa y creo que nosotros tenemos la lección clara en ese aspecto", afirmó Hugo Sconochini, uno de los más duros a la hora de defender a los rivales.
Argentina demostró que su buen trabajo defensivo no evita que en ataque sea muy efectivo, sino todo lo contrario, tras cada defensa dura es muy probable que llegue una canasta fácil, con volcadas o contraataques "estilo NBA" para deleite de todos.
Los 56 puntos que Lituania pudo anotar en el Súper 4, los siete puntos de Brasil en el primer cuarto del lunes pasado y los lapsos de impotencia que los rivales sufren cuando no pueden anotar son una clara muestra del poder defensivo del equipo.
"El rival lo siente, sabe que enfrente tiene un equipo que lo va a marcar muy fuerte y que en ataque no lo va a perdonar", expresó Juan Sánchez, quien el jueves le ganó un duelo a una de las estrellas del torneo, el canadiense Steve Nash.
"Acá no importa si yo marco bien al pivote rival, el mérito es de todo el equipo marcar bien a "Piculín" Ortiz o Todd Mac Culloch. La defensa funciona en conjunto y por eso arroja resultados", analizó el "colorado" Wolkowyski.
Leonardo Gutiérrez, Leandro Palladino o Daniel Farabello traen desde el banco soluciones defensivas cuando alguno de los titulares baja la intensidad.
Andrés Nocioni, otro destacado en defensa, y Gabriel Fernández, también reconocen "el sacrificio satisfactorio" que el equipo hace sobre su aro, una tarea nada sencilla pero con significado de éxito.
"Creo que el equipo ha sido inteligente, rotó y dosificó las energías para mantener la intensidad defensiva que se necesita. Y eso es un gran mérito del plantel", aseguró Magnano.
A la hora de los hechos, la defensa se lleva el aplauso de todos. (Infosic).

Merecido reconocimiento

Varios integrantes del plantel argentino recibieron plaquetas de reconocimiento por parte de la Confederación Argentina de Básquetbol . Fue el presidente de la entidad, Horacio Muratore, el encargado de entregarles sus reconocimientos a Luis Scola, por haber integrado el plantel del combinado Sub 21 que fue tercero en el Mundial de Japón; a Rubén Wolkowyski y Juan Ignacio Sánchez, por ser los primeros "criollos" en llegar a la competitiva NBA y a Emanuel Ginóbili, por su actuación en Europa y ser considerado el jugador más valioso.

Cábalas: Si se tiene en cuenta que cuando mejor rindió el equipo argentino durante este Premundial -si bien sus actuaciones han sido muy parejas y viene con una serie de triunfos consecutivos-, ha sido cuando lució la casaca blanca, muchos especulan con que use siempre ese color en los partidos decisivos. Algo que no es posible, porque antes del inicio de la segunda ronda, cuando se confeccionó el programa de encuentros, los delegados ante la coordinación técnica de la Copaba ya definieron con que tipo de indumentaria se van a presentar. Eso no se cambia, ni siquiera por los "cabuleros" que nunca faltan.

Punto de vista: Hay pasta y de la buena, Por Oscar Sánchez

Debo confesar que como entrenador siempre tuve como obsesión la búsqueda de jugadores de gran talla, idóneos para el puesto y con el pensamiento firme en un básquetbol de alta competencia como la nuestra (ya no viene y juega cualquiera como extranjero) y aquellas con mayor nivel como Europa y la NBA.
Siempre tuvimos en nuestras organizaciones locales un alto grado de sentimentalismo en la hora de trabajar con chicos. Hubo una frase que me marco del gran maestro Ranko Zeravica: "No juega el que quiere sino el que puede". Fue así que a veces uno trabaja mucho pero mal; se gasta tiempo y no se forman jugadores de elite.
Esta introducción refleja un poco a todos los que en algún momento de nuestra carrera de entrenador nos pasó en clubes locales.
Gracias a Dios en la actualidad y desde hace ya un tiempo estamos dando énfasis a esas palabras del entrenador yugoslavo. Ya no se recluta por que si. Ahora nos fijamos que evolución puede tener el jugador convocado para ese básquetbol moderno del nuevo siglo.
Este comentario vale como introducción a una realidad argentina que estamos viendo en los últimos tiempos y en distintos tipos de torneos donde nuestra selección nos representa.
Ahora estamos observando que uno de los abundantes puestos que forman este combinado es la posición del cuatro (alapivote). Jugadores como Gutiérrez, Fernández y el "Colorado" están en condiciones de defender duramente a puestos interiores, pero con el agregado en su juego a nivel internacional y su excelente tiro de tres puntos, como lo demuestran noche a noche.
En el puesto del tres (alero) siempre se nos complicó. En el pasado fueron Camissasa y el cordobés Germán Filloy, jugadores difíciles de reemplazar. Sin embargo esta vez estamos ante jugadores que, casi con la misma altura, dan mucho más atléticamente y con tiros desde los 6,25 muy confiables como Palladino y Ginóbili (este último agregándole todo su dominio del cuerpo y mucho más rico técnicamente que los antes mencionados).
Siendo el alero uno de los puestos que más cuesta localizar a la competencia actual, debo decir que hay uno y que lo vimos por ESPN en Japón que es tremendo como Federico Kammerichs y que a opinión personal está listo para salir a la pista.
En el dos ( ayuda) encontramos a varios. "Manu" lo hace por su manejo del balón, Farabello cuenta con un talento increíble y los Delfino, Boccia esperan. Estoy hablando del tirador y... ¿Espil? Qué bueno que todavía nadie lo ha nombrado. Es un jugador fantástico.
El "play" (base), es la discusión de todos, ¿no? Me alegra que pase y si hay tres que pueden ser titulares es que estamos hablando de tener el privilegio de tener a quién elegir.
Lo mencionado es un reflejo individual por parte de quien escribe.
Pienso que conceptualmente como conjunto poderoso nos faltaría el cinco (pivote) a para un nivel superior.
A este equipo, los años le darán madurez y la tranquilidad que por momentos se pierde, algo propio de la ansiedad que manifiesta su corta edad en muchos de los mencionados.
Disfrutemos de todos ellos; especialmente los niños que emulen sus gestos, que se prendan a la televisión y se inscriban en las escuelitas de básquetbol. Estamos transitando hacia el primer mundo. De eso no hay duda, pero a no equivocarse porque lo que estamos hoy viendo, no es aún la máxima competencia.

   
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