Miércoles 22 de agosto de 2001 | ||
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El viaje al Mundial es una realidad |
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Argentina extendió su invicto al ganarle a Islas Vírgenes. Ya tiene un objetivo cumplido y ahora debe ir por el título. |
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Aunque sea imaginariamente, ya es hora de que la selección argentina pueda comenzar a preparar las maletas. El objetivo de máxima, el acceso al Mundial de básquet que se jugará el año próximo en Indianápolis, ya es un hecho. La victoria de anoche por 98 a 77 (55-36) sobre Islas Vírgenes garantizó uno de los objetivos -quizá el más importante y que se presentía que no habría razones de que se frustrara- y ahora queda por demostrar en las cinco noches que restan del certamen que se desarrolla en el Ruca Che, que este equipo de Rubén Magnano puede llegar a decorar su gran actuación también con lo que más ansía la gente: el título y el grito de campeón, como el que ya comenzó a tronar el lunes en la victoria sobre los brasileños. Las diferencias para el encuentro de ayer parecían estar cantadas desde el momento de la iniciación. El quinteto base -Sánchez, Ginóbili, Sconochini, Oberto y Wolkowyski- empezó pronto a producir beneficios. Con una marcación firme sobre el goleador Heywodd -por algo es uno de los principales artilleros del certamen-, la escuadra nacional capitalizó la potencia de los internos y la velocidad para contragolpear. De esa forma fue sacando diferencias sustanciales que estuvieron muy cerca de duplicarse al cabo del primer cuarto, cerrado 36 a 19. La cosa se niveló después. Es que la entrada de Blyden le permitió a los isleños mejorar una faceta primordial como era la defensa. Y ello se fue notando en una caída notoria de la producción argentina, que redujo a casi la mitad el goleo en los siguientes diez minutos de acción. Y en contraposición a lo que sucedía en los locales, el ataque de Islas Vírgenes encontró a su mejor disparador, Heywood, quien sacudió varias veces el cesto nacional. El tramo fue muy equilibrado y Argentina apenas pudo sacar extender ahí a un doble la diferencia (19-17). La cosa, en términos escénicos, no mejoró en la reanudación. Hasta pareció tornarse tedioso el desarrollo, con Argentina marrando en demasía desde posiciones cercanas. Aun así, todo estaba sentenciado desde mucho antes, porque el equipo de Islas Vírgenes ya no tendría posibilidades ni resto para cambiar una historia que terminó de edificarse en lo que siguió después. En realidad, no hubo tanto empeño en ganar por demolición y con marcador abierto -estabilizado en la veintena de puntos- y tiempo disponible, Magnano aprovechó para mover el banco, darle actividad a todos y así ir regulando energías. Esta noche será con Panamá, que como viene entonado porque ayer derrotó a Brasil, no deja de ser un rival interesante para este poderoso conjunto argentino que con el pasaporte asegurado para Indianápolis, ahora queda por ver si puede darle lustre a ello con el título de este torneo. Y para eso, todavía hay que pelear. El arrastre de los puntos En la segunda fase que se inició anoche, los equipos que lograron la clasificación arrastran los puntos conseguidos en la primera, con excepción del partido que cumplieron con los elencos eliminados -México en el grupo "A" y Estados Unidos en el "B"-. En esta fase no se vuelven a medir entre ellos los integrantes de un mismo grupo, sino que se cruzan. Esta vez el estadio no estuvo lleno Aunque el resultado del partido implicaba -triunfo mediante de Argentina- la clasificación para el Mundial, hay que decir que la de anoche fue la menor concurrencia que recibió el "Ruca Che" en las jornadas donde participó el elenco nacional. Foto: Wolkowyski va a perforar el cesto del equipo isleño, a pesar de la marca de Heywood y Blyden. |
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