Sábado 18 de agosto de 2001 | ||
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Argentina deglutió una presa fácil |
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En el segundo tiempo el seleccionado nacional pudo marcar con elocuencia su abismal diferencia |
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Fue tal como se esperaba. Esta bisoña formación de Estados Unidos no es ni por asomo un rival como para comprometer a equipos del nivel de Argentina, por lo que el resultado final estaba "puesto" desde mucho antes. Quizá sólo faltaba decorar el tablero, que se cerró así: 108 a 69 (47-38). Categórico, incuestionable. Pudo ser mayor la diferencia y si no se logró, quizá haya que atenerse a la displicencia del elenco nacional. En el arranque dio toda la sensación que Argentina despegaría rápidamente por el ritmo que le imprimió, pero Estados Unidos lo consiguió emparejar en 17. Es más, hasta consiguió pasar al frente. Lo consiguió con una buena elección de lanzamientos. A esta altura quedaba claro que la representación del norte no tenía casi semejanza con la que se presentó en la fecha inaugural del certamen. Prolijo y agresivo, el equipo duramente criticado el día anterior anoche llamó la atención por su despliegue. Argentina se apresuró, y por lo tanto se equivocó en la búsqueda de los caminos hacia el aro, sin encontrar la solución para vulnerar a la firme defensa rival. Entonces apareció en escena Luis Scola para darle mayor movilidad al ataque. Paralelamente dos triples consecutivos de Gutiérrez y Palladino, terminaron por abrir los caminos. Argentina pareció alejarse recién en los últimos tres minutos. En el final del primer tiempo quedaron dos imágenes: la de Argentina que estuvo lejos de lo que puede dar, y el cambio radical que experimentó Estados Unidos respecto del primer partido. Fue más agresivo y además todos aparecieron en el marcador. El tercer cuarto fue el del despegue. Argentina apareció en toda su magnitud. Los errores del rival beneficiaron a los pivotes. Entre Oberto (13 puntos) y Wolkowyski se convirtieron en los hacedores de una ventaja que a esta altura ya nadie dudaba que se transformaría en victoria. Con esa ventaja pudo Argentina trabajar el partido con mayor tranquilidad. Paralelamente Estados Unidos desnudó todos los defectos de la jornada anterior por lo que la brecha se fue estirando. Ganó Argentina y hasta pareció que le sobró tela. Se tardó un tiempo Mas alla del impresentable equipo norteamericano y de la falta de concentración que producen estos tipos de rivales, Argentina mostro dos diferentes filosofías de juego en cada uno de sus períodos. En el inicio, nuevamente se encontró con una defensa de zona y con un ida y vuelta donde ninguno producía en relación a lo que corría. |
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