Jueves 16 de agosto de 2001

 

La selección dio el paso que faltaba para ratificar su poderío

 

La altura de Quito no fue problema y ya consiguió el pasaje al Mundial. En líneas generales, el equipo tuvo un rendimiento muy convincente. El peligro que presagiaba Ecuador se fue diluyendo de a poco.

  QUITO (Gustavo Yarroch, enviado especial de DyN) - Ahora sí: la AFA ya puede reservar los pasajes para el mundial de Japón y Corea 2002.
El seleccionado argentino volvió a pisar fuerte fuera de casa y ni la altura de Quito ni los pergaminos que arrastraba Ecuador fueron capaces de frenar a su espléndida marcha por las Eliminatorias. El 2-0, al cabo, le aseguró la clasificación al Mundial con cuatro fechas de anticipo, todo un récord histórico.
Aquí, en el mismo "Atahualpa" donde Ecuador había ganado seis partidos y empatado otro, 50 argentinos se dieron el gusto de vivir en el lugar de los hechos la clasificación para el próximo Mundial y de festejar a rabiar el golazo de Verón y el penal anotado por Crespo.
El seleccionado de Bielsa se sumó a la lista de clasificados e inclusive llegará al mundial asiático como uno de los principales candidatos para luchar por el título que tienen los franceses.
Los diez minutos iniciales fueron todo de Ecuador con la multitud que colmó el estadio gritando "¡Sí, se puede!" y la Argentina eligió la opción más aconsejable para jugar en la altura: esperar en campo propio para ahorrar energía y apuntar al movimiento asociado para progresar en ataque.
Aquel ímpetu de Ecuador le llevó complicaciones a la Argentina, que debió soportar cinco córners en apenas 8 minutos. Pero fue suficiente que Verón se adueñara de la pelota y comenzara su festival futbolero para que el juego se emparejara y el conjunto nacional saliera de su encierro.
Argentina, se sabe, es un equipo que mata por su contundencia. Y, a los 20, en su primera entrada con riesgo, no perdonó la mala salida de Espinoza. Verón interceptó su pase, avanzó unos metros y, al ver que nadie le salía, sacó un remate bárbaro desde 30 metros para el 1-0.
A partir de allí, Ecuador se contagió extrañamente del juego sereno que propuso Argentina y el desarrollo decayó en emociones. Hubo que esperar hasta los 31 para que Ecuador estuviera a tiro del empate, con aquel remate de Iván Kaviedes que pasó por encima del travesaño. Dos minutos más tarde Argentina respondió con un contragolpe en el que Verón le puso un pase magistral a Crespo, cuyo remate fue enviado al córner por el arquero.
El segundo tanto llegó sobre los 35. Ibarra tapó un remate de Vivas, nuevamente de gran actuación, y Simeone conectó un cabezazo que Chalá evitó que ingresara volando como un arquero. Roja para el ecuatoriano por ley de último recurso y toque esquinado de Crespo para llevarle tranquilidad a Argentina.
Herido en su orgullo, Ecuador intentó jugársela en el segundo tiempo. El "Bolillo" Gómez dispuso enseguida los tres cambios posibles y su equipo buscó y buscó, pero chocó contra un Burgos que se sobrepuso a ciertas dudas iniciales y a un equipo cada vez más maduro como tal.
En líneas generales, Argentina supo hacer valer su hombre de más y controló el desarrollo con el ritmo que más le convino.
La defensa estuvo firme, el mediocampo cumplió una actuación para el elogio, con un Verón sobresaliente, y Crespo obligó siempre desde su condición de único delantero neto.
Los elogios ya parecen estar de más, pero ahora se viene Brasil y este equipo, dueño de una impiadosa mística ganadora, seguramente pretenderá continuar el show.

La "rompió" Verón en una formación muy pareja

Germán Burgos (6): En el segundo tiempo se sobrepuso con dos grandes atajadas a algunas dudas que había dejado en la primera parte, en especial en la contención de centros.
Nelson Vivas (8): El mejor de la defensa. Sigue asombrando con su altísimo nivel en el seleccionado. Casi no falló en ningún cruce y tuvo enorme seguridad en todas las secuencias de la marca. A su vez, no desentonó en el manejo de pelota, salvo por un par de pases fallidos.
Roberto Ayala (7): Impasable en el juego aéreo, también controló siempre al peligroso y hábil delantero Kaviedes.
Wálter Samuel (5): Desconocido, como confundido y sin sintonía con sus compañeros de zaga, en especial con Burgos. Por suerte mejoró en el segundo tiempo y terminó más o menos afirmado.
Javier Zanetti (7): A su despliegue generoso le agregó una interesante cuota de claridad para salir jugando por derecha.
Diego Simeone (6): Tuvo un arranque magnífico, con criterio en ubicarse justo donde era necesario y determinación en la marca. Su tarea fue de mayor a menor, pero sin desentonar nunca.
Juan P. Sorín (7): Un ida y vuelta infernal, como si estuviera jugando en el llano. Está en un gran momento y volvió a demostrarlo. Fue casi un delantero más, y con presencia casi perfecta cuando le tocó bajar y desbaratar ataques por su sector izquierdo.
Juan S. Verón (9): Tremenda actuación. Descollante en todo momento y con el plus de un golazo de 25 metros. Manejó todos los ritmos, pausas, tiempos. Su mejor partido en eliminatorias.
Pablo Aimar (6): Actuación puramente funcional, en favor del equipo y no priorizando su gestión individual. Por eso se sacrificó en la marca, recuperó muchas pelotas pero a su vez le faltó ese sello de distinción de calidad que suele caracterizarlo.
Cristian González (6): Le costó mucho entrar en ritmo, pero cuando lo hizo cumplió con creces.
Hernán Crespo (6): Obligó siempre con su gran enjundia para ir a buscar todas arriba y tuvo la virtud de la serenidad y precisión en la ejecución del final.
Ariel Ortega (6): Jugó poco más de media hora y volvió a demostrar que es un jugador puramente desequilibrante. Lástima que no tuvo serenidad para rematar el partido en esas tres clarísimas chances de que dispuso sobre el final.

La expectativa se reflejó en un escenario colmado

Se sabía de antemano que la expectativa por el partido era enorme. Pero el furor de los ecuatorianos superó todos los cálculos de los organizadores.
A las 8 de la mañana, ya se habían reunido diez mil personas en los alrededores del estadio para intentar conseguir el mejor lugar para ver el encuentro. Cuando faltaban tres horas para el inicio del juego, el estadio lució completo, con 44.000 personas que pintaron de amarillo, azul y rojo la tarde de Quito.

Vuelvan rápido: La Lazio dio una nueva y clara prueba de su espectacular poderío económico ya que envió desde Roma un avión privado alquilado para buscar a sus jugadores Hernán Crespo, Diego Simeone y Claudio López.
Lazio necesita a los argentinos para preparar el partido del martes próximo, en el estadio Olímpico de Roma, con Football Club Copenhague, desquite del que perdió por 2 a 1 en Dinamarca por la clasificación para la Liga de Campeones. El avión, que tiene amplias camas, empleará 17 horas para unir Quito con Roma, donde llegará hoy tras realizar escalas técnicas en Caracas y en Cabo Verde.

Regreso triunfal: El seleccionado argentino volvió a jugar en Quito después de cinco años, cuando en las Eliminatorias para Francia "98 perdió por 2-0.
El 2 de junio de 1996, Argentina formó con Carlos Bossio; Javier Zanetti, Fernando Cáceres, Roberto Sensini y José Chamot; Diego Simeone, Matías Almeyda, Hugo Morales y Ariel Ortega; Claudio Caniggia y Gabriel Batistuta. Luego ingresaron Claudio López, Rodolfo Cardoso y Hernán Crespo.
Aquel día, Daniel Passarella inmortalizó la frase "la pelota no dobla" para explicar los efectos que causan los 2.840 metros de altura sobre el nivel del mar.

El empuje de De la Cruz, para destacar en el local

Geovanni Ibarra (5): Se quedó muy estático y sin reacción en el gol de Verón. De todos modos, tapó alguna pelota importante.
Ulises De la Cruz (6): Empujó a sus compañeros hacia el arco argentino, especialmente en el segundo tiempo. Escaló por el lateral derecho en más de una ocasión, para una reacción que nunca se concretó.
Iván Hurtado (5): Fue presentado como una de las figuras de Ecuador. Sin embargo, apenas redondeó un trabajo discreto.
Geovanny Espinoza (4): Muy errático; su principal falla fue el mal pase que dio en la jugada que desembocó en el primer gol.
Raúl Guerrón (5): Cumplió una labor con intermitencias. De a ratos se destacó pasando al ataque, per en otras ocasiones se reiteró en imprecisiones.
Jorge Guagua (4): Una floja tarea en la contención, que motivó al "Bolillo" Gómez a cambiarlo, a poco de comenzar la etapa complementaria.
Juan Carlos Burbano (5): Comenzó bien, pero a medida que Argentina se fue adueñando de la pelota, su tarea se diluyó. También fue reemplazado.
Cléber Chalá (4): Tuvo la misión de crear juego, per falló casi recurrentemente.
Wellington Sánchez (5): Muy movedizo en el arranque, luego le ocurrió lo mismo que a casi todos sus compañeros: cuando Argentina comenzó a mandar y dejó de ser importante.
Agustín Delgado (5): Estuvo bien controlado por los defensores albicelestes y le costó llegar a posición de gol.
Iván Kaviedes (4): Se esperaba mucho más de él. Dispuso de una chance clarísima para empatar, pero tiró muy alto.
Juan Francisco Aguinaga (5): No respondió y fue escaso lo que pudo ofrecer ante la superioridad de la visita.
Alexander Aguinaga (5): Apenas aportó buen criterio con el balón, para hacerlo circular con prolijidad. Estuvo lejos de ser el jugador desequilibrante que lo llevó a convertirse en el emblema del representativo local.

   
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