Lunes 13 de agosto de 2001

 

A Saladino no hay forma de poder pararlo

 

El piloto del Torino tuvo la suerte del campeón. Logró un gran triunfo. Está cada vez más firme en el certamen.

  "No había forma de manotearle la punta". La reflexión pertenece al experimentado Mario Gallego y sirve para resumir cómo Pablo Saladino consiguió un espectacular triunfo en el autódromo de Centenario en la sexta fecha del certamen anual del TC Neuquino y quedó a un paso de lograr el ansiado título con su rendidor Torino. Salió una prueba de trámite espectacular, en un piso complicado por las lluvias de los últimos días.
Era una prueba clave para el certamen y como tal así encararon este nuevo desafío los candidatos al título. Pero una vez más, a Saladino le salió todo redondo, hasta si se quiere contando con la "suerte del campeón".
Ya desde la clasificación había demostrado Emilio Cimolai que contaba con un gran auto, lo mismo que Mario Gallego y Rubén Cáceres.
En su serie de ordenamiento, Cimolai hizo ilusionar a los aficionados -llegaron en buen número sobre la hora al circuito de Centenario, donde los dirigentes del club organizador y el TC Neuquino también festejaron el "Día del Niño- con un buen triunfo, escoltado por Gallego, quien recuperó mucho después de irse afuera, mientras que Cáceres se pasó en una curva y quedó afuera.
Apenas cuatro pilotos terminaron, en un espectáculo apenas discreto. Menos mal que fue sólo en el comienzo de una serie donde hubo muy pocos participantes.
La segunda serie fue mejor, aunque mucho más lenta que la primera. Parecía que la ganaba Saladino, pero se equivocó en la parte nueva y lo pagó caro. Terminó tercero y salvó algunos puntos. Ganó Luis Urrutia, demostrando tener un buen auto, escoltado por Ricardo Mangini.
La suerte de Saladino quedó demostrada en el inicio de la final. Se tocó con Mangini, mientras que adelante se escapaba Cimolai, y después quedó trabado porque adelante se le cruzó el auto de Leonardo Camelli.
Pero apareció la bandera roja, porque volcó Alfredo Muñoz, y se tuvo que volver a largar.
Lo aprovechó Saladino y ¡cómo!. Movió bárbaro y al llegar a la primera curva ya estaba detrás de Cimolai, a quien se le movió el auto en el curvón y entró en trompo.
Fue suficiente para que Saladino manoteara la punta y no la dejara hasta el final. Tiró todo su talento en la pista y apoyado en un auto que aceleró bien desde abajo a pesar del lastre, se las arregló para aguantar a Gallego, quien lo buscó durante quince giros, pero nunca encontró un hueco por donde meter su auto.
La definición de Gallego acerca que "no había forma de manotearle la punta", sirve más que mil palabras para tratar de explicar lo que fue una prueba donde el perdió mucho el local Cimolai, quien terminó tercero en la pista, pero por un recargo quedó quinto. Apenas, alcanzó a mantener la segunda posición en el certamen, pero a cuarenta puntos del líder. Cosechó muy poco alguien que apostaba todo a ganador.
Así, Saladino cerró un negocio redondo con su cuarta victoria en un certamen que lo tiene como amplio dominador y donde su camino al título parece ser un simple trámite en el TC Neuquino.
Ahora, habrá que ponerse a trabajar en el próximo desafio de la categoría, que será en el "Mosconi" allense.

Un triunfo que resultó especial por varios motivos

"Este triunfo es para "Machín" López (la prueba se disputó en su homenaje), quien soldó toda la jaula de este Torino. Seguro que desde arriba me fue guiando y ahora debe estar festejando. Se lo quiero dedicar a su memoria". Entre lágrimas Pablo Saladino, muy emocionado y aún sin bajarse del auto, comenzó a hablar de su notable victoria en la sexta fecha del certamen anual del TC Neuquino, que lo dejó muy cerca del título.
Un rato después, más tranquilo, comentó que "tuve suerte, porque en la primera largada me quedé enganchado y cuando volví a acelerar estaba casi último. Después apareció la bandera roja y me favoreció".
Reconoció que "en la segunda largada hice todo bien y el problema que tuvo Emilio (por Cimolai), quien se fue afuera en la última curva, me favoreció, porque llegué a la punta casi sin pensarlo. No tenía un auto contundente como en otras pruebas, pero así son las cosas y acá estamos otra vez festejando".
En relación al duelo que mantuvo hasta la última vuelta con el presidente de la categoría Mario Gallego, comentó que "fue muy entretenido. No me permitió distraerme un instante, me exigió hasta el final. La pista estaba complicada y los autos sufrieron mucho. Estoy muy conforme, en especial por la gente de mi equipo y por mi viejo (por Cayetano Saladino), quienes tanto trabajan en el Torino. A pesar del lastre, sigue siendo competitivo".
Por último, se negó a hablar del título, señalando que "vamos a seguir prueba a prueba. Todavía quedan muchos puntos en juego. Ahora, sólo tenemos que pensar en la que se viene, que será en Allen, en setiembre".
Otro conforme fue Rubén Cáceres. Apuntó que "regalé buena parte de mis posibilidades en la serie, cuando me fui afuera y tuve que abandonar. Después costó mucho avanzar, no esperaba este tercer puesto".
El piloto local señaló que "fue una prueba muy dura, en especial porque las lluvias de los últimas días afectaron al circuito".
Expresó que "vamos a seguir luchando por el título mientras tengamos posibilidades, por más que Saladino ya consiguió una muy buena ventaja. Igual, en nuestro equipo tenemos claro que pelearemos prueba a prueba hasta que termine el torneo".

No dramatizó porque no pudo llegar adelante

Mario Gallego no dramatizó porque, si bien estuvo casi quince vueltas buscando encontrar el lugar por dónde pasar a Pablo Saladino, terminó segundo una prueba que podía haber ganado. "No había forma de manotearle la punta", afirmó.
Después explicó que "luché por la primera posición hasta donde pude, yo nunca voy a apelar a un toque o una maniobra fuera de lugar para ganar una posición".
Reconoció que "me voy conforme porque demostramos que seguimos teniendo un auto competitivo, pero también sabiendo que debemos trabajar un poco más para estar a la altura de Pablo (por Saladino), quien tiene un medio mecánico de primer nivel".
Mientras, más serio que de costumbre se lo vio a Emilio Cimolai. Señaló que "tenía auto para ganar, pero así son las carreras. Se desacomodó en el ingreso a la última curva y nada pude hacer. ¿Si la prueba estuvo bien parada? Creo que sí, porque los auxiliares de pista tenían que trabajar con tranquilidad. En relación con el recargo, tengo una interpretación de que volví por el lugar que me fui. El comisario deportivo lo vio diferente y tiene la última palabra. Ya está, a pensar en la próxima".

foto: Pablo Saladino negocia como puede una de las partes más complicadas del circuito de Centenario, seguido a lo largo de toda la final por Mario Gallego.

   
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