Domingo 5 de agosto de 2001
 

Combinaciones peligrosas en el deporte

 

Dos muertes en una semana hubo en el fútbol americano. El sobrepeso y el calor, dos factores que actuaron en contra.

  Rashidi Wheeler se convirtió ayer en la segunda víctima en tres días de la combinación del calor con los duros entrenamientos a los que son sometidos los jugadores de fútbol americano, tanto amateurs como profesionales.
Wheeler, de 22 años y quien sufría de asma, se desvaneció durante una práctica del equipo de la Northwestern Univerity de Chicago, cuando la temperatura alcanzaba los 30 grados centígrados, y murió a poco de ingresar en un hospital.
La muerte de Wheeler se sumó a la de Korey Stringer, jugador de los Vikings de Minnesota de la liga profesional de fútbol americano (NFL) que falleció el miércoles después de un duro entrenamiento realizado bajo una temperatura de 34 grados centígrados.
"Es una enorme tragedia para su familia y para nosotros, su equipo. Fue una pérdida imprevista y difícil de comprender", afirmó el técnico del equipo universitario de Chicago, Randy Walker.
"Rashidi sufría de asma, pero el viernesse sentía bien", dijo Linda Will, madre de Wheeler. El cadáver del atleta será sometido a una autopsia.
Wheeler, de más de cien kilos de peso y casi dos metros de estatura, efectuaba una prueba de agilidad cuando sus compañeros de equipo lo vieron caer y perder el conocimiento.
"Buscaba aire desesperadamente y luego, de improviso, se desmayó. Cuando el entrenador llegó y se inclinó sobre él, ya no respiraba", ilustró Alan Berkowsky, vocero de los socorristas que ingresaron una ambulancia al propio campo de juego.
El deceso de Wheeler reavivó más que nunca las polémicas sobre la combinación letal, al menos en estos casos, del calor y los duros entrenamientos en el fútbol americano, cada vez más exigentes.
En Estados Unidos, desde 1995 hasta hoy suman 19 los jugadores de fútbol americano de equipos universitarios que murieron como consecuencia directa del esfuerzo y el calor.
A fines de julio, en Florida, Eraste Autin, una de las mayores promesas de la Universidad Estatal de Florida, murió una semana después de entrar en estado de coma por un golpe de calor durante uno de los habituales entrenamientos.
Hasta ahora, la NFL parecía prácticamente inmune a este tipo de situaciones: sólo dos jugadores habían muerto por problemas similares en la década del "70. El miércoles, sin embargo, se vio sacudida por la muerte de Stringer, de 27 años.
Según William Roberts, un reconocido médico deportivo de Estados Unidos, "los equipos tienen tendencia a llevar los entrenamientos más allá del límite de lo razonable".
"Un leopardo corre hasta que la temperatura de su cerebro llega a un cierto nivel, pero el ser humano no tiene esa capacidad fisiológica", explicó días atrás el mismo Roberts, tras la muerte de Stringer.
La mezcla de esa tendencia con el calor demostró ser demasiado para atletas que están muchas veces por encima de los 150 kilos de peso y que, por la propia filosofía de este deporte, se ven forzados a ir cada vez más allá de los límites.
Stringer, de 150 kilos de peso y dos metros de estatura, sucumbió durante un duro entrenamiento realizado con 34 grados centígrados de temperatura y un alto índice de humedad que elevó su temperatura corporal por encima de los 40 grados y resultó letal.
"Todos los clubes deberán reexaminar las reglas y procedimientos para que este tipo de tragedias no se repitan", anticipó Paul Tagliabue, titular de la NFL. Deberán ser, sin embargo, los entrenadores y los propios jugadores quienes cambien la mentalidad para evitarlo.

Cuando el trabajo va más allá del esfuerzo

Cuál es el límite de la exigencia en el deporte de alta competencia. Hasta cuándo un jugador puede aguantar y soportar para llegar a lo más alto. Tres preguntas que muchas veces tienen respuestas y, otras, no.
No sólo en el fútbol americano hay víctimas de esa exigencia. En el fútbol, básquet, boxeo y el rugby, por citar algunos, hay largas listas de infortunados deportistas, que, por querer llegar a la cima apagaron sus vidas en pos de conseguirlo.
En esta oportunidad la muerte trágica y repentina de dos jugadores del fútbol americano reanudó la polémica de este rudo deporte. Tras el deceso de Korey Stringer se abrió una gran polémica en Estados Unidos.
Sociólogos y psicólogos hablaron al respecto. Ken Sylvestri, sicólogo deportivo de Los Angeles, comentó: "Como los jugadores de este deporte se ganan el pan de cada día empleando su cuerpo, hasta la más mínima alteración es capaz de afectarlos, más que a la persona común".
Esto crea un sentimiento de que, como equipo y como individuos, son vulnerables. El querer llegar a lo más alto codearse con los mejores los lleva a la sobre exigencia, que suele ser muy peligrosa y mucha veces incontrolables, para deportistas que no están preparados o controlados como se debe.

   
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