Domingo 26 de agosto de 2001

 

La pasión que mueve a los artistas

  Maximiliano Guerra conversó con "Río Negro"
  Maximiliano Guerra regresó al país para preparar una gira junto al Ballet Del Mercosur –integrado por jóvenes entre los 17 y 23 años- que él mismo creó y dirige desde 1999.
El recorrido comenzó el 23 de julio con once funciones al aire libre en diferentes ciudades del verano italiano. El 8 de agosto, en Rosario, abrió su etapa nacional que durante casi tres meses lo llevará desde Salta a Tierra del Fuego, de Mendoza a Entre Ríos y pasará por nuestra región; actuando también en Montevideo. Del 2 al 5 de Octubre, realizará cuatro Galas benéficas en el Teatro Nacional Cervantes y el 15 del mismo mes, bailará en la apertura del V Festival de Danza del Mercosur en Mar del Plata.
Guerra está presentando dos nuevas coreografías, "By Pass" en homenaje a René Favaloro, que ofreció solamente en el Festival de Cosquín; y "Arms", un solo que estrenó en Europa con música hindú y coreografía realizada por el italiano Mauro Bigonzetti, especialmente para él. A su paso por Santiago del Estero, "Río Negro" interrumpió su desayuno, a poco de levantarse, relajado, distendido, a un día y medio de la próxima función en esa tibia ciudad norteña de inviernos primaverales.
"Vivimos en un país donde prácticamente todo lo que sucede, tiene que pasar en Buenos Aires, dentro de los límites de la General Paz, el Riachuelo y el Río de la Plata. Y no es así, tenemos otra realidad totalmente distinta fuera de ese perímetro y cuando llegás a las provincias. Las más ricas, están más pobres que hace unos años atrás, y las que siempre fueron pobres están prácticamente quebradas", dice.
- Estas cuestiones los afectan en el momento de bailar, pueden abstraerse del medio e interpretar por ejemplo, obras de otras épocas y otras circunstancias?
- Tenemos siempre presente que nosotros somos los entretenedores, entre comillas, digamos. Personas que salen al escenario y deben dan el cien por ciento de sí y pasárselo al público de modo inconsciente e inocente. Inocente, en el sentido de puro, de pureza. Tratamos de que no nos afecte, pero obviamente como seres humanos nos afecta. Como artista debemos saber esconderlo bien para que no se note".
Cuando lo encuentran por la calle, en algún restaurante, a la salida del teatro, le acercan flores -es habitual- pero también cartitas con pedidos de ayuda, direcciones para enviar ropa o útiles escolares y otras urgencias. "Más allá de lo que pidan, la gente lo único que quiere es hacer; déjenla hacer y vas a ver que va a funcionar. La gente espera. Está esperando que los gobiernos y los políticos vean un poquito más allá de sus narices y comiencen a decir: no tanto para mi bolsillo, sino para los demás".
- Los artistas son un modelo de ese hacer. Particularmente, estás trabajando en una extensa y costosa gira, están bailando, entregándose a una realidad artística atravesada por la Argentina que estás describiendo.
- Sí, pero es una obligación moral que tenemos los artistas. Somos esa clase de gente que hacemos que quienes están sufriendo, la pasen un poquito mejor aunque sea por un rato en el teatro. Muchas presentaciones de este recorrido, las estamos haciendo nosotros a pulmón, como producción nuestra. En otros casos, son el resultado de productores locales que realmente se esfuerzan y no tienen un gran margen de ganancia. Y en otros, como en Neuquén, con gestión del gobierno; nos lleva el gobierno y lo hace seguramente, espero, para el pueblo. Creo, te decía, que es obligación moral decir yo soy artista y tengo que devolverle algo a mi pueblo, de todo lo que me dio cuando era chico. Esto se lo transmito a mi ballet, a quienes me acompañan.
Soy una persona, me creo, muy comprometida socialmente, por lo tanto trato de educarlos en lo que refiere a su formación artística, en cuanto al escenario, a su formación creativa, a lo que puedan hacer más allá, y en lo referente a su situación social también. Trato que todos estemos en el mismo bote para remar hacia el mismo lado. Me parece que ya la clase dirigente, los políticos, no tienen más credibilidad. Por todo lo que han hecho mal. No estoy diciendo que no hagan cosas bien, sino que hicieron muchas mal. La gente ya no les cree más y empieza a buscar alternativas, respuestas en otros lados, por eso nos preguntan sobre política. En realidad, de políticas partidistas no sé nada. Sí de política de vida, de cómo yo llevo mi vida que es una política; de cómo entrego mi arte, de cómo trabajo en mi sociedad. Eso es política pero no partidaria, no hago para que me voten. Hemos dejado de creer en la dirigencia y hay que cambiar. Hay que cambiar. 
- Creer también en quienes entregan noblemente lo suyo, sea la especialidad que fuere.
-Los artistas somos gente más pasional. Los políticos son mucho más mentales. Nosotros nos movemos a través del corazón y ellos a través de la cabeza o de la plata.
- ¿Qué recepción les va brindando el público?
-Muy buena. Estoy muy contento porque a pesar de las dificultades económicas la gira está teniendo mucha repercusión, alta recepción de la gente que muchas veces hace sacrificios grandes para vernos, no todo el mundo tiene la facilidad de sacar la entrada para ir a un teatro. Sé de personas que pagan en cuotas su entrada y eso me emociona por el sacrificio que representa, pero también me duele por lo que implica. 
Eduardo Rouillet
   
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