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Sábado 25 de agosto de 2001 | |
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Nuevos sonidos sin límites |
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"Un nuevo chico llegó al barrio" es el primer CD que edita el grupo roquense Canabislito Funk. En él mantienen el mismo diálogo de sonidos sin limitaciones que muestran en sus actuaciones en vivo, lo que los llevó a no realizar la grabación separada de los instrumentos. Hoy presentan la placa en Casa de la Cultura. |
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| ROCA.- Los límites de Canabislito Funk no son precisamente los del lenguaje. Está abierto a varios idiomas posibles dentro de la música. Nadie tiene voz en la banda roquense. Sólo hablan los acordes de los instrumentos que inauguran historias conocidas en cada presentación nocturna, entre el vino, la cerveza y todos, los de siempre. El espectador escucha, retiene ese habla sonoro en los precipicios íntimos de la memoria y entonces el tango aparece ahí. En la nebulosa verde de los semáforos tendida en el asfalto de Flores. ¿Acaso también en el silencio de los adoquines de calle Trelles? Sí, pero también resuena acá. Muy cerca de los rieles de la vieja estación del tren, a un costado de la caída del sol de las 19, a dos minutos de Tucumán y Roca. Es eso lo universal donde los territorios de cualquier género musical quedan infértiles, dispuestos a germinar con otras emociones. Corre por las arterias de la banda ese lenguaje que no se sabe dónde tiene su magma y que ya fue sepultado en el cementerio de la lengua. Es posible entonces tocar en nombre de otra cosa, sin saber que la improvisación ya está hecha en algún intersticio de la historia. Por eso puede haber en la Patagonia, una banda mitad funk mitad tango, con una literatura sonora que relata la cíclica cultura de los pueblos. Y más allá de él, el barrio. La bienvenida de "Un nuevo chico llegó al barrio", es la materialización de tantas lucubraciones nocturnas, el nacimiento oficial de Canabislito Funk en el formato de disco compacto, que hoy después de la medianoche lo presentarán Casa de la Cultura de Roca. "El disco lo grabamos en vivo en la chacra donde siempre ensayamos, con la ayuda de varios amigos que les estamos pagando de a poco. Nada de instrumentos por separado. Somos una banda de amigos", dicen todos. Y ellos son Martín Zárraga en la guitarra; Enrique Caneo (nuevo integrante de la banda) también en la viola; Gustavo Giannini en el bajo, Hugo Piriz en batería y Juan Fredes en la percusión. La química que tienen los músicos en vivo hizo que no pudieran grabar los instrumentos por separado. Un oído muy sutil, tal vez se daría cuenta, pero eso no importa más que disfrutar de "No me pegues Anthony" o del creciente galope de "Don Astor", un homenaje al mítico Piazzolla. Y también de "La inmortal esperanza sobre el amor", un título que redunda en la idea porque el bajo de una melodía lenta nos transporta al hueco de las caricias perdidas, a un recorrido por el contienete del sexo. Todo hermoso y triste a la vez. Una placa con diez temas que de tanta corrección, horas y ensayo, salió y no murió en el intento para volver a pensar en la siguiente. (AR). |
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