Viernes 24 de agosto de 2001

 

Goya para todos en Neuquén
 

Se trata de una muestra excepcional e imperdible. Hoy a las 20.30 se abrirá en el Museo del Parque, la exposición de ciento sesenta obras del genial artista barroco Francisco de Goya.

  NEUQUEN (AN).- Se ha dicho que con la excepción de Ribera -que vivió toda su vida en Italia, en un medio enteramente italiano-, y de ciertos modestos tanteos casi aislados de algunos pintores barrocos, Francisco de Goya es el único grabador de la historia del arte español. Ellos: los españoles, dicen que debería considerárselo uno de los más grandes de la humanidad, a la par "quizás sólo de Durero, de Rembrandt entre los antiguos, y de Picasso -otro español fuera de España- entre los modernos".
Ahora Goya, a través de dos series de grabados de inestimable valor, estará por dos meses en Neuquén. La exposición de ciento sesenta obras, se abrirá hoy, a las 20.30, en el Museo del Parque, con la presencia del intendente local Horacio Quiroga. No podrá estar el titular del Museo Nacional de Bellas Artes, entidad con la cual, merced a un convenio se pudo tener la filial Neuquén y de este modo acceder a muestras de grandes nombres nacionales e internacionales.
El público verá ochenta grabados al aguafuerte y aguatinta "Caprichos", e igual número de obras que conforman la serie Estragos o desastres de la guerra.
La obra de Goya (1746-1828) comienza en Zaragoza, orientada hacia la temática religiosa. En 1774 se instala en Madrid donde realiza cartones para tapices con escenas costumbristas de inspiración rococó, en respuesta al gusto cortesano. Su carrera de ascensión social y artística se inicia en 1780, cuando es designado Académico de Bellas Artes, y posteriormente Pintor del Rey (1786) y pintor de Cámara (1788). La sordera que adquirió en 1792, tras una grave enfermedad, y la invasión napoleónica (1808-13), determinaron una nueva etapa, en la que se distancia de la Corte para abocarse a una creación libre. Cuando es restaurado el absolutismo monárquico, debe soportar persecuciones, y en 1824, agobiado por la situación política y social, se radica en Francia.

Caprichos. La serie de estampas

Adquiere Goya una notoria maestría como aguafuertista . Pero, como se explica en un material del MNBA será en Caprichos, la primera de las series de estampas concebidas como un todo, como obra completa y cerrada, dotada de un sentido y provista de una evidente intención crítica y aleccionadora, donde introduce al aguafuerte, la técnica relativamente nueva del aguatinta, o de la resina, con la cual se obtiene efectos de fondos sobrios de un negro o de un gris uniforme, como de tintas planas, sobre las cuales se recortan las siluetas blancas con intensidad y eficacia enteramente modernas. Es la primera colección de grabados preparada por el afamado español para ser vendida como conjunto. Probablemente la génesis de los Caprichos fue lenta y hay que verla ligada a las crisis de su enfermedad de 1792, que le hizo refugiarse en sí mismo y dar suelta al "capricho y la invención", como lo afirma en ocasión de los "cuadritos presentados a la Academia - y quizás al episodio aún no definitivamente aclarado, de su estancia en Sanlúcar de Barrameda con la duquesa de Alba, en 1797.

Dramatismo en "desastres de la guerra"

En la publicación brindada a "Río Negro" por el Museo Nacional de Bellas Artes, se destaca que "Desastres" constituye "la serie más dramática, la más intensa y la que mejor nos informa sobre el pensamiento de Goya, su visión de la circusntancia angustiosa que le tocó vivir, y en último extremo -pues la serie rebasa con mucho la simple peripecia inmediata de la guerra- de su opinión última sobre la humana condición.
Nada hay de heroico, de noble o de aleccionador en la guerra que Goya muestra. Es sólo, como se ha dicho: ´la trastienda de la guerra, la obra espantosa de los instintos, desencadenados para ejercitarlos en el choque detrás de la línea de fuego: la parte hipócritamente pasada por alto en los relatos históricos y en las descripciones épicas. Las impresiones de la guerra comenzaron a ser pasadas a las planchas de cobre en 1810 y presentadas en los dos años siguientes. Pero cuando concluye la contienda, nada cambia y Goya guarda sus láminas. Recién en 1863 se dispondrá de una edición. ´Desastres´ será uno de los más profundos testimonios del mensaje goyesco y uno de los más sinceros y graves actos de contricción del género humano ante su miseria y su barbarie".
   
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