Lunes 20 de agosto de 2001
 

Generación Internet

 
  Sé de un chico roquense de cuatro años que aprendió a leer mirando cómo su padre usaba la computadora. La primera palabra que dijo mi sobrino de 14 meses no fue mamá ni agua. Dijo "hola", mientras levantaba el tubo del teléfono. Su juguete preferido es el mouse de las computadoras, aunque todavía no sabe para qué sirve ese pequeño plástico que lo acompañará toda su vida.
Es la Generación Internet. Son aquellos chicos para quienes la computadora existe desde que tienen memoria y que crecerán usando la Red como algo natural. La primera vez que le escriban a alguien lo enviarán por email, y tal vez nunca manden una carta por correo postal.
¿Qué pasará con ellos y con el mundo dentro de 20 años? Algunos pensadores vaticinan un futuro no muy atractivo.
"Estamos creando la primera generación de androides. Hemos consentido que las computadoras invadan las escuelas sin que haya estudios sobre su verdadero impacto en los cerebros en desarrollo. Los niños de hoy viven atrapados en una caverna virtual", dice la psicóloga estadounidense Jane Healy.
Para Savater, "una idea no es lo mismo que una imagen, y estamos educando para el manejo de imágenes, de íconos y con poca familiaridad con las ideas. Estamos ante un problema serio, que es la dificultad cada vez mayor de un pensamiento abstracto. Esto es lo que a mí, desde el punto de vista educativo, más me preocupa".
Jeremy Rifkin dice que celulares, fax, email, Internet, mensajería instantánea, generaron lo que llama la "sociedad a la velocidad de la luz", que donde más impacto tiene es en los chicos. En un reciente artículo que escribió para el diario español El País, Rifkin dice que en EE.UU "a millones de niños se les diagnostica Alteración Hiperactiva por Déficit de Atención (AHDA), y el fenómeno está comenzado a aparecer en Europa y en otras partes del mundo". Son chicos incapaces de centrar la atención, muy impulsivos y que se frustran con facilidad. "Si un niño crece en un ambiente rodeado por el rápido ritmo de la televisión, los videojuegos, las computadoras y constante estimulación de los medios, y se acostumbra a esperar una gratificación instantánea, tiene muchas posibilidades de que su desarrollo neuronal lo condiciones a un lapso de atención corto. Si aumentamos el ritmo, nos arriesgamos a aumentar la impaciencia de una generación", remata Rifkin.
Una publicidad gráfica de estos días sugiere a los padres que compren las computadoras con el último y ultra potente microprocesador del mercado para permitir que sus hijos desarrollen su potencialidad. "Su hijo también puede ser Beethoven, si hoy compra el microprocesador", es el mensaje del aviso.
Es una mentira muy burda, pero quién se lo explica a los padres. La híper competencia laboral también afecta a los chicos, que son saturados con cursos cuando deberían estar jugando. Todo sea por el futuro.
Tal vez ya sea hora de dejar que los chicos disfruten de su infancia. Que jueguen en la plaza, corran detrás de una pelota, vean el sol y, sobre todo, lean libros por placer.

Lucio Boggio
lboggio@rionegro.com.ar

   
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