Entrevista exclusiva: Un don nadie entre las noticias

Enrique Pinti continúa su vertiginosa e intensa carrera actoral. Acaba de estrenar "Arregui, la noticia del día", donde comparte cartel con la actriz española Carmen Maura, dirigido por Ma-ría Victoria Menis. Por otro lado, terminó de fil-mar el largometraje de Aníbal Di Salvo "Chúmbale", sobre la obra teatral del mismo nombre de Oscar Viale. Vivimos "una tragicomedia en un país impredecible", le dijo a "Río Negro".

Ya terminó de filmar el largometraje de Aníbal Di Salvo, "Chúmbale", sobre la obra teatral del mismo nombre escrita por Oscar Viale, cuyo elenco integran María Rosa Fugazot, Paulina Rachid y Marcelo Mazzarello, una trama de autoritarismo, frustraciones, amor, humor y conflictos de una humilde familia porteña.
El personaje de Enrique es el padre "un tipo malhumorado, despótico, con los peores vicios del machismo argentino". Además está estrenando "Arregui, la noticia del día", su primer protagónico junto a Carmen Maura, dirigidos por María Victoria Menis "Arregui es un don nadie hasta que se transforma en noticia cuando le anuncian su inminente muerte, parte de la tragicomedia que vivimos en este país impredecible que devora al hombre sin ninguna misericordia", define el actor.
Desde el año pasado, también viene haciendo "Pericón.com.ar" en el Teatro Maipo y ahora lo lleva de gira por las principales capitales de Argentina, un diagnóstico claro y al minuto de nuestra realidad política en emergencia continua.
"Suena disparatado que un espectáculo tuviera que decirle a la gente qué hacer; sería colgarle el último cartel de inútil al gobierno nacional y a los provinciales. Realmente, los humoristas sólo servimos, los analistas en general y el análisis humorístico que es fundamentalmente arte, para diagnosticar. Hasta ahí se llega. Uno puede hacer una labor medianamente didáctica y de difusión sobre lo que le parece es el diagnóstico, porque concientiza. Se puede despertar conciencia al decir: Si los militares te arruinaron, (Raúl) Alfonsín te arruinó, lo mismo hizo (Carlos) Menem y su política, (Domingo) Cavallo y la suya, te arruinaron (Fernando) De la Rúa, (Carlos) Chacho (Alvarez) y su administración y vuelve a arruinarte Cavallo II -la revancha del pelado- a esa gente hay que archivarla, no votarla. Lo que digo (acelera Pinti) en mi espectáculo es que esos que ya nos jodieron, no tienen que volver a hacerlo, por lo tanto hay que votar a uno nuevo; si éste nos jode, por lo menos nos quedará la tranquilidad de pensar que hasta ahora no lo había hecho, lo cual no arregla el problema, pero sí la conciencia. Aquí vivimos en movimiento pendular: ahora Menem parece bueno si lo comparan con el actual presidente, de la misma manera que De la Rúa parecía bueno al lado de Carlos" (pronuncia en riojano).
- Hay afiches en las calles de Buenos Aires con su foto y el texto ¡Volvé, te perdonamos!
-¿¡Qué te perdonamos!? lo tenemos que obviar, que olvidar como chiste y como verdad. Parece broma pero la gente lo siente. A los que añoran a los militares, hay que recordarles sus negociados más el genocidio, la desaparición y el secuestro y apropiación de bebés; el horror de la guerra de Malvinas y el espanto económico que produjo (José Alfredo) Martínez de Hoz con la clase media tirada en el tacho de la basura, como publicó la revista Gente, en aquella época oficialista, en tapa. En el 81, eso decían de su política los mismos que lo habían defendido. Hay que recordarle todo eso al que hable bien de los milicos.
-Una historia cinematográfica. 
-Hay que recordar el descontrol de Alfonsín, la pérdida de nuestra entidad monetaria prácticamente con una hiperinflación y un golpe económico que lo hace entregar el gobierno seis meses antes, después de declarar que no se iba a ir... Estamos todos como en un thriller de (Alfred) Hitchcok, desde hace muchos años, esperando que hable pero no para dar consejos de cómo gobernar, cuando no pudo concluir su mandato; esperamos que nos diga qué sucedió en Semana Santa, cuáles Pascuas fueron felices, qué casa estaba en orden, qué empresarios, banqueros o lobbys de poder le dieron el golpe económico que produjo el final abrupto de su período gubernamental, qué relación hubo entre los levantamientos militares y las leyes de Obediencia Debida y Punto Final? Nada... Sólo habla de cómo gobernar el país hoy."
 "Entonces acá hay una falta de moralidad, no porque roben o no -que eso ya son millones de pesos aparte- no tienen siquiera la decencia de callarse después que pasan por la función pública tan desastrosamente. En Estados Unidos, serán lo que serán, pero los presidentes –desde los más pintorescos como (Richard) Nixon o (David) Eisenhower, hasta los más carismáticos como (Jimmy) Carter, (Ronald) Reagan y Bill Clinton, no hablaron después de su administración. Terminan, se van y se olvidan de hablar. Acá, el que nos jodió sigue hablando. Entonces, no podemos menos que manifestarlo, que dar un diagnóstico para ayudar a que la gente no diga ¡Carlitos, volvé que te perdonamos! o ¡Cavallo es el único que puede salvarnos! Yo aporto mi granito de arena en medio del desierto del Sahara para que alguna vez se reflexione y se aplique realmente el voto castigo a quienes no saben hacer las cosas a favor del país." 
Enrique nació en Buenos Aires en 1939, fue profesor de historia, latín y castellano pero desde los 60 es actor y dramaturgo. Tenía 17 años cuando le dieron el primer texto en teatro: "¡Queremos que venga!", pero se lo quitaron porque no se oía y su dicción era mala.
En febrero del 58 hizo su primer papel importante en "El Burgués Gentilhombre", de Molière. Nueve años después, ganó el premio Mejor Actor -compartido con Pepe Soriano y Ulises Dumont- por su labor en "La Chinche". Ha escrito y estrenado seis obras para chicos; una para adultos; treinta y seis sketches en "Casino" de Canal 13; ochenta y nueve cuentos infantiles para "La Luna de Canela" por el 7; treinta y cuatro monólogos en "Pacheco Café Concert" en el 9; ocho colaboraciones con otros tantos autores para varios espectáculos; setenta y cinco episodios de "El Mono Relojero" publicados por la revista "Billiken"; tres adaptaciones de obras extranjeras "Chicago", "Yo quiero a mi mujer" y "Filomena Marturano"; y nueve galas junto a Antonio Gasalla. Especializado en unipersonales, sostuvo éxitos como "Historias Recogidas" (73, 74 y 75); Historias Recogidas II" (78, 79) o "El Show de Enrique Pinti"" (80, 81). En ese último año tuvo una breve aparición cinematográfica en "Sentimental" de Sergio Renán.

Pinti "dixit": esencia y raíz de nuestro mal

"Hasta 1983 teníamos el changüí, la chance de decir ¡perdoname, siempre me pusieron el gobierno de prepo y cuando elegí no lo dejaron terminar! Me queda la duda de saber que hubiera sido si (Juan Domingo) Perón continuaba hasta el 58, si no hubieran derrocado a (Arturo) Frondizi, a (Arturo) Illia o a Isabel Perón. Desde hace 18 años elegimos lo que nos gobierna; estamos eligiendo mal, pero sólo se aprender camino al andar... Tenemos que ir tachando a los que nos han hecho daño. Ahora también nosotros somos responsables. Cada uno, desde adentro, debe decir: no voto a éste. Y cuando se vote en blanco o por paridos minoritarios, los políticos se van a preguntar qué pasó? Sin apoyo tampoco pueden gobernar, sin apoyo el riesgo-país aumenta", dice el actor.
- ¿En lo personal, tenés esperanza que esto va a ir moderando, corrigiendo, modificándose para bien?
-Sí, pero no creo que llegue a verlo. El argentino es duro para aprender, pero cuando lo hace, no hay más tu tía... Veinte años me parecen una vida -en el 83 tenía 42 y ahora voy a cumplir 62- pero quizás no sean suficientes para un país con tan poca tradición de continuidad democrática. En realidad, el único gobierno que traspasó el mando normalmente, fue el de Menem a De la Rúa, hasta ahora. No tenemos la sucesión del poder cada cuatro años, de un modo suficiente aún. Alfonsín venía bien en el plano institucional, mal en el económico, pero si hubiera completado su período, otra sería la sensación. El hecho que haya debido anticipar el final, indica que sigue habiendo golpes, pero ya no del ejército sino de los banqueros. Eso debe acabarse en Argentina, como se terminaron las dictaduras militares o los golpes de Estado; y a lo mejor, si las dictaduras tardaron más de cuatro décadas en hacer su paso por nuestro país, quizás la de los bancos se llevará dos o algo así. Pero pasa que se te va la vida."
Observador crítico, es uno de los mejores humoristas argentinos, obsesivo buceador en las inmensas posibilidades de la ironía y el toque ácido. En el 83, tiene gran suceso con una gira por todo el país y Uruguay; en 1984 es invitado al Festival Latinoamericano de Teatro de Nueva York. En el 85 estrena "Salsa Criolla" para recorrer nuestra historia desde el descubrimiento de América hasta hoy, y logra el récord de 3 mil representaciones en ocho temporadas seguidas. (E.R.)