Domingo 5 de agosto de 2001

 

De caprichos y desastres

 

La muestra de originales de Goya se verá por espacio de dos meses en el ex museo Gregorio Alvarez de la ciudad de Neuquén y consta de 160 grabados que se dividen en dos series: "Caprichos" y "Los desastres de la guerra". Cuando finalice se expondrá la segunda parte de la I Bienal de Arte Internacional.

  NEUQUEN (AN).- El 24 de agosto a las 20.30 se inaugura la muestra con originales de Goya en la sede neuquina del Museo Nacional de Bellas Artes, ubicada en el ex museo Gregorio Alvarez.
La exposición consta de 160 grabados originales del artista español. Está dividida en dos series: una de ochenta obras con la serie los "Caprichos" y la otra llamada "Los desastres de la guerra", con los grabados restantes.
Se verá durante dos meses, habrá folletos explicativos que se repartirán en forma gratuita y visitas guiadas para los colegios de esta ciudad y se brindarán charlas y conferencias explicativos sobre la obra de este reconocido artista. Una de las charlas estará a cargo de Samuel Dombeck y el día, lugar y hora se confirmarán en unos quince días, adelantó el titular de la cartera de Cultura, Oscar Smoljan.
Los analistas de la obra de Goya, explican que la serie de los "Caprichos" fue la primera colección de grabados perpetrada por él para ser vendida en su conjunto. Sobre el origen de la obra, y cómo fue concebida se explica que "consciente seguramente de su arriesgado carácter crítico y para prevenir las indudables suspicacias que había de provocar en ciertos círculos, dotó a las estampas de unos rótulos a veces precisos, pero otras un tanto ambiguos que dan carácter universal a ataques o alusiones en ocasiones muy concretos".
"Aquí -se destaca- emplea con maestría absoluta el aguafuerte, pero insiste sobre todo en los fondos, en el empleo del aguatinta, con la que obtiene efectos maravillosos de oscuros aterciopelados y de sombras de rara profundidad, de la que emergen unos blancos puros de subyugante intensidad en las zonas iluminadas, que unas veces se definen con exacta rotundidez monumental y otras como simples superficies luminosas".
Probablemente -se infiere- "la génesis de los Caprichos fue lenta y hay que verla ligada a las crisis de su enfermedad en 1972 que le hizo refugiarse en sí mismo y dar rienda suelta al `capricho y la invención`, según el mismo describe..."
En el caso de "Los desastres de la guerra", se trata -para los especialistas- de la serie "más dramática, la más intensa y la que mejor nos informa sobre el pensamiento de Goya, su visión angustiosa de la circunstancia que le tocó vivir y el último extremo de su opinión última sobre la humana condición".
Haciendo historia, se cuenta que "las tremendas impresiones de la guerra directamente vividas comenzaron a ser pasadas a las planchas hacia 1810. Los horrores, la crueldad desatada en unos y otros, la violencia y la muerte hechas una cosa diaria, la amargura de la contradicción honda entre las esperanzas depositadas en lo que Francia y los franceses representan para un `ilustrado` y lo que la presencia de los soldados de Napoleón franceses invasores suponía para quien amara su tierra..."
En sus pinturas se asegura que "Goya no adopta una posición partidista o `patriotera`. No ve la guerra como algo en que los papeles de buenos y malos estén claramente repartidos. Lo que censura, lo que le duele en lo más hondo, es la guerra misma, la violencia en sí, venga de donde venga. Tan odiosos le parecen los franceses como algunos españoles a los que despacha en una ocasión con el vocablo despectivo e hiriente de populacho".

   
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