Sábado 28 de julio de 2001
 

El agua ya afectó entre 7 y 8 mil hectáreas de fruta de calidad

 

Las pérdidas podrían llegar a los 40 millones.Hay cientos de hectáreas al borde del anegamiento.El sector inundado es de tierras de elevado valor.

  Entre 7.000 y 8.000 hectáreas en plena producción frutícola, con especies de primera calidad y cosecha de exportación fueron afectadas hasta la fecha por la enorme crecida de los ríos en la región, originada en parte por los elevados niveles de agua que están erogando las represas en la actualidad.
Un significativo porcentaje de ese número ya sufrió daños de los que no se podrán recuperar en lo que resta de la temporada y que en caso de salvarse, tendrán por lo menos dos o tres años para volver a ser lo que eran.
La franja afectada es la de tierras de mayor calidad y se encuentra entre el río y la ruta 22, donde las primeras especies en sufrir los efectos de la crecida son las de carozo, siguiendo en orden la manzana y por último la pera. El caso de las uvas, también sensible a los efectos del agua en demasía, también es preocupante, aunque el área afectada es mucho menor que la de otros frutales.
Del total de hectáreas, unas 1.200 son de forrajes y horticultura que también quedaron bajo agua. Al mismo tiempo, varios profesionales coincidieron en que hay unas 2.000 hectáreas más con daños que todavía no se ven pero que también serán afectadas por la subida de la napa y por la creciente salinización que están sufriendo y que terminará con muchas raíces podridas. Gráfica- mente, en algunas chacras no hay agua en la superficie, pero apenas enterrando una pala se puede llegar a ella.
De mantenerse constantes estos caudales de agua sobre los ríos durante la primavera, las pérdidas económicas para la producción alcanzarían entre los 32 y 40 millones de pesos.
Esta cifra se eleva aún más, si se consideran los efectos secundarios que genera en el tiempo semejante nivel de agua sobre las explotaciones frutícolas. Y ni hablar de lo que podría ocurrir si en la primavera coincide un período de lluvias con el deshielo: directamente sería un desastre.

Las tareas que vienen

Por ejemplo, según el ingeniero Enrique Scholz, en 10 días más se debería comenzar con el tratamiento prefloración en los ciruelos, tarea que no se podrá realizar en estas condiciones y que traerá casi con seguridad la presencia de hongos en las plantas. Igual trabajo les espera para dentro de unos 15 días a duraznos y pelones y si tampoco se hacen correrán la misma suerte.
Uno de los daños secundarios de mayor importancia, se da fundamentalmente en aquellas tierras aledañas al río donde la napa freática se encuentra a menos de 20 centímetros de la superficie, ya que restringe la respiración radicular de las plantaciones.
“Sobre este tema no hay estadísticas, pero estudios señalan que es mayor la cantidad de tierras afectadas por efecto de la napa que aquellas que se encuentran inundadas”, señaló un técnico del INTA ante una consulta telefónica de este medio.
La fuente señaló asimismo que poco se sabe de los efectos, inmediatos y mediatos, que puede generar una crecida como la que hoy sufre la región.
“Lo que está claro es que las grandes crecidas, anteriores a la construcción de las represas, que podían llegar a los 6000 m3/segundo eran invernales y duraban no más de 45 días. Hoy tenemos el agua al cuello con 3000 m3/segundo, valor que genera un daño a la producción similar al de un caudal de 6000 m3, pero con la diferencia que ahora el agua está en las chacras mucho más tiempo, y por ende es mayor el daño que se produce”, aclaró el técnico.
Varias opiniones recogidas por “Río Negro” tienen un punto en común: semejante desborde se podría haber evitado o cuanto menos atenuado.
Otro de los daños secundarios, hoy difícil de medir, es el efecto que genera el agua una vez que esta se retira de las explotaciones.
Las lesiones en raíces -por la falta de oxígeno- se podrán cuantificar recién cuando se produzca el cuaje y crecimiento del fruto. Si la planta está débil, muchos de los frutos no cuajarán o, en caso de que lo hagan, crecerán en forma deficiente por la debilidad que presenta la plantación.
En este sentido, es importante recalcar que el efecto perjudicial del anegamiento es mayor en plantas jóvenes, que están en plena expansión sus raíces, que en aquellas plantas adultas.

La visión de Cuencas

Desde la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC), este punto se desestimó ya que “teniendo un buen sistema de drenaje el agua deja la superficie en forma muy rápida y no afecta el sistema radicular una vez que este comienza a trabajar”, aclaró un técnico de la institución al ser consultado por el tema.
Sin embargo, las chacras más bajas serán las que más lentamente se desagotarán en caso de bajar el nivel del río y a esta altura el daño es inevitable.
Hay que recordar que la puesta en marcha de todo el complejo hidroeléctrico en la región amplió la superficie cultivable del valle en más de 18.000 hectáreas, es decir que se avanzó más sobre la zona que antes era parte del cauce. Parte de estas mismas hectáreas son las que hoy están siendo afectadas por el río.
Si bien no está definido qué caudal llevará el río en las próximas semanas, y menos aún, en los meses siguientes, los servicios meteorológicos de corta duración, que son los más efectivos a la hora de pronosticar un horizonte hídrico, muestran que el clima continuará la línea de los últimos meses.
En este sentido los servicios meteorológicos señalan que no existirán cambios positivos que permitan prever una disminución del caudal de los ríos en los próximos siete días.
La falta de estudios y estadísticas que certifiquen fehacientemente los daños por anegamiento, es una de las asignaturas pendientes en la región y en especial de aquellos organismos que están íntimamente ligados con la producción primaria.
En todo este marco queda una luz de optimismo, exagerada en algunos casos, que indica que todavía hay tiempo para salvar plantas y cosecha.
Si el agua bajara abruptamente y dejara las chacras libres, de todos modos hay daños que serán inevitables. Sin embargo, la realidad dista de ser esa y por ahora el agua es la que manda. (AR, AC, AA, AVR, AVM)

Foto: El agua tiene más de un metro en esta chacra de Roca. Cuánto deberá bajar el río para que el agua baje, es la gran pregunta. El tiempo apremia.

   
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