Viernes 27 de julio de 2001
 

El río se “tragó” dos bombas del sistema de agua potable de Neuquén

 

Se las llevó pese a las previsiones del EPAS. Hubo corte de suministro en el oeste de la ciudad. Los ríos seguirán estables hasta el lunes o martes. La situación es complicada en las zonas ribereñas.

  El río “se llevó” dos bombas de la toma de agua que suministra el líquido a toda la zona oeste de la capital neuquina. La fuerza de la corriente arrancó las cañerías de acero de lo que quedaba de costa sobre el Limay en la zona de la boca toma. Sin embargo, a primera hora de ayer el suministro fue restablecido.
Con el caudal del Limay estabilizado no hubo nuevas evacuaciones. No obstante, entre Senillosa y Neuquén, unas 200 perso- nas permanecen fuera de sus ca-sas. La posibilidad de que la crecida se mantenga preocupa a los vecinos.
Los caudales de los ríos aguas abajo de los compensadores de Arroyito y El Chañar seguirán estables hasta el lunes o martes, sujetos a las precipitaciones que desde el fin de semana se abatirán sobre las altas cuencas.
Hoy, mañana y el domingo el Limay tendrá un caudal de 1.800 metros cúbicos por segundo como máximo, 640 el Neuquén y 2.440 el Negro.
“Están hablando de que nos vamos a tener que quedar hasta diciembre”, afirmó Domingo Ca-ro, unos los evacuados que está en el centro Nayahue de Neuquén capital.
Por ahora, no se esperan mayores erogaciones en el Limay y la principal preocupación pasa por asegurar el servicio de distribución de agua.
El gerente de ingeniería, obras y servicios del Ente Provincial de Agua y Saneamiento, Luis Mingolo, dijo que un equipo del organismo que preventivamente esperaba el “golpe de agua” no pudo evitar el desastre.
Por la mañana el cauce ya ha-bía disminuido en tres centímetros en ese lugar.
El funcionario dejó en claro que el EPAS sólo podrá mantener en funcionamiento el sistema de captación si el caudal “se mantiene”, ya que “si sube más no se si podemos hacerlo”.
El miércoles las dos bombas ubicadas a unos 500 metros río arriba de la calle Gatica desaparecieron bajo la furia de la corriente del Limay. Las otras zonas de captación están -sobre el Limay- en Leguizamón al fondo y Río Grande. En la de Leguizamón uno de los tres pozos debió ser detenido “porque peligraba”.

“Sin parar”

Por la noche había operarios del EPAS trabajando en el lugar donde las bombas salieron del sistema porque “ya se veía venir un golpe de agua; el río sube de a poquito pero sin parar”, dijo ayer Mingolo. La noche anterior “el río fue subiendo” y sumergió las dos bombas, arrastró las cañerías que habían quedado sobre el cauce, descolocó el cilindro de hormigón de unas 8 toneladas -que protege el sistema- y terminó por arrancar las cañerías de acero de la costa.
Esto provocó el corte de agua en toda la zona oeste. Los traba-jos de reparación comenzaron a las 5 de ayer, se evitó que el desperfecto obstruyera el resto del bombeo, se dispusieron nuevos tramos, se colocaron tapas ciegas y se soldaron nuevos caños para que dos bombas de repuesto continuaran con la captación. Alrededor de las 9 se puso nuevamen-te en funcionamiento el servicio.
“No hubo muchos reclamos porque en esta época se consume poca agua y el corte fue durante la madrugada. El servicio ya está restablecido”, dijo Mingolo. La zona afectada está en la costa del Limay a la altura de Anaya, un lugar donde el río “ya se comió dos metros de costa cuando comenzó la crecida”, dijo.
En estos días se habían vertido camionadas de ripio en el lugar para asegurar la captación, pero el embate del agua pudo más que todos los resguardos.
En total, la provincia cuenta con unas 30 bombas para mantener el suministro de agua para la capital neuquina. Sin embargo sólo funcionan todas a pleno en el verano, ya que en esta época la ciudad consume un tercio de lo que demanda en época estival.
Mingolo ilustró que en la zona de Las Perlas, el EPAS debió paralizar una obra de toma porque entre el martes y el miércoles el río subió unos 15 centímetros. El funcionario aseguró que la potabilización del agua que consume la capital neuquina no está en riesgo por la crecida, y que de registrarse nuevos inconvenientes involucrarán sólo el suministro.

En Allen

En Allen la crecida del río Negro continúa complicando la situación en algunos barrios costeros. Hasta el momento unas 20 personas fueron evacuadas y ya más de una treintena de familias ha debido dejar sus viviendas ante el avance de las aguas.
Ante este panorama, fueron acondicionados centros comunitarios y capillas para albergar más gente en caso de que se produjeran nuevas evacuaciones, se informó desde el municipio.
Además se iniciaron diversas campañas solidarias para juntar alimentos y ropas de abrigo para los damnificados. Una de ellas está siendo llevada a cabo desde la capilla San José Obrero.
Las zonas afectadas en algunas áreas ribereñas se han incrementado en los últimos días, fundamentalmente debido a las filtraciones. (AN/AC/AA)
   
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