Miércoles 25 de julio de 2001 | ||
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Quiere ir a clases y no sabe por qué no lo dejan |
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Ocurrió en la escuela 98 de Plottier. Jonatan padece del síndrome de Down y, pese a las normas del CPE, la supervisión le prohibió continuar asistiendo regularmente al establecimiento. |
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NEUQUEN (AN).- "Yoni (sic), hoy te deseo que sigas siendo mi amigo y mi compañero siempre". La frase la escribió la pequeña Iquén en tinta negra detrás de un señalador escolar. Iquén era hasta el lunes una de las compañeras de tercer grado de Jonatan Geremía, un niño con síndrome de Down a quien de un día para otro le dijeron que no podía seguir concurriendo a la escuela primaria 98 de Plottier. El nene no entiende qué pasa y cuando llega la hora de ir a la escuela reclama a sus padres con la mochila encima. Ayer, volvió con la cabeza gacha cuando su mamá le dijo que no podía quedarse. "Yo quiero ir con mis chicos", le advirtió a su mamá, que quedó atragantada. Mónica y Daniel, un matrimonio cordobés que llegó el año pasado a Plottier, no recibieron ninguna notificación escrita sobre los motivos que llevaron a la directora de la escuela a cerrarle a Joni las puertas de tercer grado. Sólo les informaron oralmente que luego de un seguimiento la supervisión decidió que el chico no está en condiciones de concurrir a una escuela normal. El niño, de diez años, no es agresivo ni tiene problemas de relación con sus compañeritos. Al contrario, el chiquito, que destila ternura en cada movimiento, tiene una excelente relación con los demás alumnos. Ayer a las seis de la tarde, este diario llegó hasta la escuela del barrio Tagliaferri donde la vicedirectora se limitó a decir que la decisión fue tomada por la supervisión escolar. A esa hora, la directora Claudia Maiaru no estaba en el edificio. "El sentido de que Joni vaya a una escuela normal es, por sobre todo, integrador. Si el resto de los chicos va a mil, él va a 10, sabemos que es así. El tiene tareas distintas que no están sometidas a la misma evaluación que la de un chico normal. Por eso, sólo tiene clases dos horas diarias y cuatro en vez de cinco días a la semana", explica la mamá. El año pasado Joni cursó segundo grado "sin problemas" en la escuela donde ahora lo rechazan. Antes fue al jardín de infantes y primer grado de una escuela de Villa María, en la provincia de Córdoba. Guillermina, la madre de Juan Manuel, un compañerito de Joni, comentó que el lunes la maestra le dijo a todo el grado que el chico "no iba a venir más". "No les explicó mucho más que eso", comentó Guillermina. La asistencia de chicos con necesidades educativas especiales a escuelas comunes está reglamentada y en plena vigencia en Neuquén. La resolución 21 del CPE, aprobada en la anterior gestión de gobierno, alude directamente a su integración. La norma expresa que las acciones "apuntan a la no segregación y marginalidad" de esos alumnos. En la misma resolución, entre otras consideraciones, se deja en claro que debe haber una producción de las adecuaciones curriculares necesarias para el mejor desempeño del alumno integrado. Los establecimientos deben tener "consideración especial y asistencia al grupo en que se integra un alumno con necesidades especiales, a fin de lograr adaptaciones mutuas". Para cumplir con la norma se dispone de una maestra integradora que estuvo yendo hasta que empezaron las vacaciones. Los padres de Joni esperan alguna comunicación especial por parte del CPE y ayer -para dejar constancia de la situación- fueron con una escribana a la escuela 98. "Vamos a reclamar por todas las vías que sea necesaria, queremos una justificación por escrito", dijeron los Geremía. Foto: Jonatan quiere volver a clases en la escuela del barrio Tagliaferri de Plottier, y no entiende por qué no se lo permiten |
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