Martes 24 de julio de 2001
 

Temen que colapse la toma de agua que abastece a 50.000 neuquinos

 

Quedaría fuera de servicio si crece el caudal del Limay.

  NEUQUEN (AN).- La estabilidad que alcanzaría el caudal del Limay esta semana trajo un poco de tranquilidad a las autoridades neuquinas, que ahora están con los pelos de punta ante la posibilidad de que la crecida afecte las tomas de aguas del EPAS.
Es que de quedar fuera de servicio, por ejemplo, la toma ubicada en la calle Leguizamón, por lo menos 50.000 neuquinos de la zona oeste quedarían sin agua.
Una verdadera paradoja en estos días en que la crecida del Limay hace estragos en esta ciudad.
A este problema se suma el desborde de los pozos ciegos y de las cloacas e incluso el colapso total de la planta de tratamiento de líquidos cloacales del barrio Confluencia, que desde hace varios días arroja miles y miles de litros de efluentes crudos al río Limay.
Luego de la catástrofe que sufren los ocupantes de la zona del arroyo villa María ayer la municipalidad y la provincia avanzaron sustancialmente para mudar a los vecinos de ese lugar a un predio cercano.
Se trata de un amplio terreno ubicado junto al barrio Confluencia donde está la base del grupo antimotines de la policía provincial, la Despo. El asentamiento ubicado junto al arroyo villa María se levanta sobre tierras fiscales y está en permanente riesgo sanitario. El tema podría resolverse en el transcurso de esta semana.
Por ahora el problema inmediato es la crecida y el posible colapso de la distribución de agua a la zona oeste.
El presidente del Ente Provincial de Agua y Saneamiento (EPAS), Luis Mingolo, dijo que la intención no es alarmar a la población "pero es importante que esté al tanto de cual es la situación y de las posibles consecuencias".
Los barrios del oeste de la ciudad serían los más perjudicados, dado que de haber un problema sería imposible acceder para realizar la reparación.
"La bomba funciona automáticamente; pero si se para, en este momento no podemos llegar", agregó Mingolo. Por eso, el EPAS solicitó a la AIC que construya un camino que permita el acceso.
La ciudad de Neuquén llegó ayer a las 180 personas entre evacuadas y autoevacuadas. Del total, 90 permanecen en el centro Nayahue, ubicado en el barrio Belgrano de esta ciudad.
Las heladas que cayeron en la cordillera cambiaron las perspectivas aguas abajo. "Hoy nos mantuvimos en 1750 metros cúbicos por segundo y este caudal se mantendrá por lo menos hasta el sábado. Es una muy buena noticia dado que desde mayo que el río (por el Limay) no deja de subir", explicó Fabián Pelliza, el subsecretario de Gobierno de la municipalidad de Neuquén.
En Neuquén, ante el riesgo de que el agua "se meta" por la avenida Olascoaga, la comuna y la provincia -con enormes camiones capaces de cargar 25 metros cúbicos de material- construyeron un terraplén a lo largo de toda la calle Democracia, en la zona de Río Grande.
También se cerró con una defensa al club El Biguá y se hizo un terraplén sobre las escalinatas del balneario municipal.
Pelliza dijo que de mantenerse el caudal "podremos avanzar con las obras de defensa".
Entre los trabajos incluyó las tomas de agua del río Limay.
Las zonas centro oeste norte y Alta Barda no están exentas del peligro.
El EPAS informó que el agua del río ingresó directamente en los pozos filtrantes que abastecen a esos sectores, lo que podría afectar la calidad del suministro.
Los pozos de bombeo cloacal de la calle Olascoaga y del balneario municipal están desbordados por el agua de las napas.
"Sabíamos que esto podía pasar, desde hace varios días estamos monitoreando la situación. Como el panorama no mejora, decidimos alertar a la población sobre las consecuencias", señaló Mingolo.
Desde hace dos semanas, el EPAS trabaja en conjunto con la AIC para defender las plantas de bombeo de agua, y para traspasar las instalaciones eléctricas amenazadas por la crecida.

Tampoco alcanzó con ubicar las camas arriba de la mesa

NEUQUEN (AN).- Con 40 centímetros de agua cloacal dentro de la casilla, Julián Palomiño se vio obligado a llevar la cama de sus dos hijos arriba de la mesa. Y advertirles que no se muevan mucho, que no bajen sin ayuda y que eviten cambiarse de lugar.
Los hijos de Palomiño, Lucas (de 8 años) y Ezequiel (de 3) dejaron su casilla de villa María el sábado, cuando la situación se volvió insostenible. La vivienda de cartones, cantoneras y chapas tiene en el fondo al hediondo arroyo villa María y, un poco más atrás, la colapsada planta de tratamiento de líquidos cloacales del Ente Provincial de Agua y Saneamiento (EPAS).
Desde ayer sólo Julián permanece en la casa, donde también vive-sufre su suegro de 82 años, quien además de los achaques lógicos de la edad sufre de asma.
"No me voy, si te vas te afanan todo, el otro día salimos un ratito a buscar leña y me anduvieron manoteando la puerta", explicó el hombre de 28 años.
La familia de Palomiño vive en riesgo sanitario total los 365 días del año. Y para colmo Lucas tiene la misma enfermedad de su abuelo. El frío y la humedad criminal "lo tienen remal al nene, necesitamos un tubo de oxígeno para cuando le dan los ataques", explica-reclama Verónica, la esposa de Julián.
"Nos dijeron que en Calf podíamos conseguir uno, pero como no tenemos medidor no nos lo dan; plata tampoco tenemos, la casa prestada y "más encima" está inundada, así que no conseguimos nada", agrega.
La situación de esta familia es similar a muchas otras a lo largo del asentamiento villa María, el rincón más pobre del muy humilde barrio Confluencia. El lugar es muy poco amable y a partir de esta catástrofe hay vecinos que esperan que se consume la entrega de terrenos de un sector que ocupa la policía provincial. Palomiño explica que su suegro no avanzó con una construcción de ladrillos porque "no sabemos cuándo nos van a sacar".
A pesar del frío y de la impresionante cantidad de agua que lleva el canal los olores pesan.
"Para sacar a la gente nos hundimos en el barro, y quedamos pasadas de un olor que no se iba", explicó Alba Retamal. Entrada la tarde, la mujer miraba hacia uno y otro lado esperando la llegada de los camiones que Defensa Civil, de la municipalidad o de la provincia: "Que venga cualquiera pero que venga, si me dijeron que iban a venir".
Cuando las sombras ganaban las calles, sólo una camioneta de la Policía auxiliaba a los vecinos.

Foto: El avance del agua hace crecer la cantidad de evacuados y autoevacuados en los distintos barrios costeros de Neuquén.

   
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