Domingo 8 de julio de 2001 | ||
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Arnaldo, un ejemplo de vida desde el silencio |
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Arnaldo Rodríguez será el único rionegrino entre los noventa sordos argentinos que serán recibidos por el Juan Pablo II en Roma para los Juegos Mundiales de Deportes Silenciosos. |
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Sus 2,03 metros le permiten "volcarla" con facilidad. La pelota está segura en sus inmensas manos. Con pocos pasos recorre de uno a otro lado de la línea de triples. Sólo son algunos pasos de los tantos que dio en una cancha de básquet. Sólo algunos de los tantos y difíciles que dio en la vida, desde que 21 inyecciones en una semana lo dejaron sordo al año de vida y en consecuencia no le permitieron aprender a hablar. Arnaldo se ríe, entra a la cancha y le cambia la cara. "Entra en su mundo", dicen sus familiares. Vive en el barrio Villa Obrera de Roca, pero en una semana estará recorriendo las calles de Roma, la capital italiana. Será el único rionegrino que integrará el seleccionado argentino de hipoacúsicos que competirá en los "Juegos Mundiales de Deportes Silenciosos". Junto a un joven neuquino, que no pudo ser contactado por este diario pero debe tener una historia digna para contar igual que la de Arnaldo Evaristo Rodríguez, serán los únicos representantes de la Patagonia en Roma. Las alegrías para Arnaldo no pararon de repetirse en las últimas semanas. Luego de que lo vieran jugar en Neuquén fue convocado por la Federación Argentina de Básquet Silencioso para entrenar en Córdoba. Allí le confiaron la responsabilidad de "pivotear" para la selección en el mundial. Como si fuera poco, días atrás recibió una carta desde El Vaticano con un mensaje del mismísimo Juan Pablo II en el que -además de las felicitaciones por su esfuerzo- le anunciaban que serían recibidos por el Sumo Pontífice al llegar al país europeo. La emoción suya y el orgullo de su familia no impidieron que doblara la apuesta y entrenara más duro para llegar en la mejor forma. A decir verdad, no le costó mucho, porque el básquet se convirtió en su pasión cuando apenas tenía unos 12 años y ya lleva una década pasando "la naranja" entre mano y mano. Hay que destacar que en el camino deportivo tuvo referentes importantes. "Le debe mucho a Mario Spada y Mariano Aguilar (técnico y jugador del Deportivo Roca), que lo apoyaron constantemente y además de enseñarle en lo técnico le permitieron integrarse a algunos entrenamientos del equipo profesional", comentó Emilia, su madre, una mujer que a simple vista transmite fortaleza. Junto a su marido criaron cinco hijos y luego de la neumonía que originó la discapacidad a Arnaldo, recorrió una infinidad de consultorios en busca de ayuda. Su tesón la llevó a cruzar la Cordillera de los Andes y hacer revisar en Chile a Arnaldo, donde encontró una luz de esperanza. Allí le dijeron que un implante coclear podría lograr que su hijo recupere la totalidad de la audición en un oído. Sin embargo, hasta hoy todo es un anhelo, porque la operación cuesta 48.000 dólares y no los consiguen. Emilia dice que no abandonará la lucha. Ahora consiguió que el Consejo Provincial del Discapacitado y la municipalidad de Roca aporten los fondos que necesitaba Arnaldo para su estadía en Roma durante el mundial. También le dieron ropa y paseará por las calles italianas con el eslogan "Río Negro, capital nacional del deporte". El jueves pasado fue un tanto complicado para el joven. En un par de horas pasó del despacho del intendente Ricardo Sarandría a estudios radiales y de allí al polideportivo para las fotos con "Río Negro". "No está acostumbrado", intenta justificarlo su hermano. Es comprensible, porque tal vez esté más cómodo en la Escuela especial 12, donde terminó la primaria hace poco, o en la Escuela Laboral 2, en la que aprende diversos oficios. Es en esas instituciones donde convive con otros chicos discapacitados, para los que hoy es un verdadero ejemplo de lo que puede lograrse a pesar de las vueltas de la vida. Arnaldo no se muestra hoy preocupado por esos problemas. En pocos días más tiene que responder ante un nuevo desafío. Entra a la cancha y se ríe, se suelta. Sabe lo que es luchar contra las adversidades. Y va ganando por varios dobles de diferencia. No todos cumplirán el sueño de competir Hugo Alonso Foto: Arnaldo y su amistad con "la naranja" en el polideportivo de las 827 Viviendas, donde aprendió y desarrolló sus cualidades. |
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