Viernes 6 de julio de 2001

 

Las colectividades inician sus festejos en Bariloche

 

Durante cuatro días habrá música, baile, comida y bebida europea.

  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Hace varios meses un funcionario nacional señaló que los inmigrantes tenían "un sentimiento con dos latitudes", y definió a la inmigración como "el gesto fundacional de la Argentina".
Fue en ocasión de la celebración del Día del Inmigrante, pero desde hace 22 años en Bariloche el mayor festejo de los inmigrantes se realiza en torno al 9 de julio, en la Fiesta de las Colectividades Europeo-Argentinas.
Como si durante esos días todo Europa fuera una única nación, e ignorando las divisiones y fracturas que se producen en el viejo Continente, los inmigrantes visten sus trajes de gala o de campesinos y actúan como anfitriones de sus vecinos barilochenses, y de los cientos de turistas que llegan cada noche hasta el estadio Pedro Estremador. Por cuatro días los inmigrantes son "dueños de casa" y el homenaje principal es para la bandera argentina y para el ballet Tolkeyén, encargado de interpretar el Pericón Nacional en los primeros minutos de cada 9 de julio.
Los inmigrantes no piden subsidios, ni declaraciones de interés para esta celebración que distingue a Bariloche, porque la Fiesta siempre está asegurada por una organización que demanda una inversión de 50.000 pesos y varios meses de preparación y esfuerzo.
Los asistentes podrán disfrutar de la música, danzas y canciones de las distintas regiones de Europa, con la participación de los grupos invitados y unos 400 bailarines locales. Este año llegarán desde Buenos Aires los croatas y ucranianos, dos conjuntos bien conocidos por los barilochenses porque ya participaron en otras ediciones de la Fiesta, y los grupos locales interpretarán danzas de las once colectividades representadas en la fiesta.
Además, todos tendrán la posibilidad de probar comidas y bebidas típicas, en algunos casos rodeadas de tradiciones ancestrales que los inmigrantes conservan en la diáspora.
Los vecinos inmigrantes y sus descendientes olvidan sus actividades habituales y durante la fiesta todos se convierten en artistas o gastronómicos. Visten los trajes representativos de sus países de origen y se emocionan cuando se interpretan sus danzas o se representan sus tradiciones.
En la fiesta están representadas las colectividades de España, Italia, Eslovenia, Alemania, Austria, Dinamarca, Suiza, Rusia, Hungría, Croacia y el País Vasco. Sin embargo, la comisión organizadora suele invitar a conjuntos musicales y de danzas de otros países. En esta ocasión se repite la visita del grupo ucraniano, y en anteriores actuaron también los griegos, pese a que son pocos los oriundos de ese país que viven en Bariloche.
En el puesto de los vascos hay callos, rabas, sidra y vino en bota. Los rusos enseñan a beber el vodka con suvrodka, y ofrecen sus canapés de caviar.
Los suizos y austríacos se distinguen por la calidad de su repostería y sus cafés con licores y especias. Son imperdibles los arenques de los daneses y su aguardiente de papa, y la caña de duraznos y el gulash de los húngaros.
Los croatas ofrecen unos chorizos muy especiales, y los eslovenos también son fuertes en postres y salchichas, pero se distinguen por la slivovica. Las auténticas paellas, gambas al ajillo y cazuela de mariscos, son la especialidad del stand de España, y también la queimada que se sirve pasada la medianoche.
Los italianos preparan sabrosas pizzas de muzarella, y los alemanes sirven cerveza y salchichas con chucrut.

Los gringos en su nuevo hogar

Desde los orígenes de su colonización Argentina siempre fue receptora de inmigrantes, en la Constitución de 1853 y en las sucesivas se mantuvieron las garantías para que todos los extranjeros pudieran ejercer su industria comercio y profesión, poseer bienes raíces, navegar los ríos y ejercer su culto.
También desde la primera Carta Magna se mantuvo para el gobierno federal el deber de fomentar la inmigración europea, con la prohibición de imponer gravámenes al ingreso de aquellos que tuvieran por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias e introducir y enseñar las ciencias y las artes.
El primer decreto del gobierno argentino sobre el fomento de la inmigración fue publicado el 4 de setiembre de 1812.
Ese documento, que suscribieron Feliciano Chiclana, Juan Martín de Pueyredón y Bernardino Rivadavia, definía a la población como "el principio de la industria y el fundamento de la felicidad de los estados", y convenía en proponerla "por todos los medios posibles". Así les facilitaban derechos para adquirir y trabajar la tierra, entre otros. Cada 4 de setiembre se conmemora el Día del Inmigrante.
   
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