Lunes 2 de julio de 2001

 

Cultivan la tierra, y cosechan nuevas capacidades

 

En Paso Córdoba, el centro EMETA funciona desde 1990.Enseñan técnicas agrícolas para promover a la familia rural.El recorte educativo los privó de cursos para mujeres y carpintería.

  El tractor hiende la tierra, lo mismo que el conocimiento fertiliza los surcos del intelecto. Dos tareas que parecen muy diferentes pero que en el centro EMETA de Roca, profesores y alumnos han aprendido a aunar.
Desde1990, en la zona de Paso Córdoba, en la chacra 172, a apenas dos kilómetros del río Negro funcionan las instalaciones, transferidas en 1995 a la provincia, de lo que fue el programa nacional "Expansión y mejoramiento de la educación técnica agropecuaria". Pero quienes conocen de su labor silenciosa, llaman al lugar EMETA, a secas, aunque ahora tenga otro nombre, más largo aún que el que le dio origen.
El centro no está solo en Río Negro. Hay otros similares en Viedma, Pomona, El Bolsón y Jacobacci y todos dependen del Consejo Provincial de Educación como espacios de integración comunitaria para el desarrollo rural. Una función, como se ve, eminentemente social, donde tanto el punto de partida como la meta se hallan junto a la producción de la familia rural.
Bajo esa consigna, el EMETA supo conocer de tiempos mejores cuando la asignación de recursos les permitía complementar la capacitación en labores agrícolas con el dictado de talleres de costura y pintura en tela para las mujeres, y carpintería.
El agrónomo Juan José Santamaría, coordinador del centro se lamenta al respecto con un escueto cálculo:
- Mantener esos instructores costaba sólo 750 pesos mensuales, durante ocho meses"
Pero después llegó el recorte para todo y lo primero que se perdió fue el transporte que ampliaba el radio de beneficio y atraía cuando funcionaba a 70 u 80 personas, mayormente jóvenes, de chacras, barrios periféricos de Roca y aun de localidades vecinas. "Las madres venían con sus bebés, a aprender, y después se quedaban y hacían su propia ropa. Lo mismo ocurría en la carpintería. Nosotros les prestábamos -y lo seguiremos haciendo- la maquinaria para que tras la clase, manufacturen elementos que eventualmente pueden vender"
Desde ya que la producción agrícola, única que continúa por el momento, es comercializada en la zona y de su utilidad salen el combustible, los repuestos y otros insumos. La provincia abona los sueldos de cinco personas de la planta permanente. (Ver recuadro)
Pragmático tal vez por su profesión, Santamaría deja de recordar lo que se fue y pasa sin transición a las tareas que actualmente realizan en las 50 hectáreas del centro, dotadas de cómodas instalaciones, talleres y aulas.
Una treintena de adolescentes, también adultos, asiste a los dos niveles de los cursos de técnicas agrícolas, que comprenden capacitación en poda, cosecha, injerto, horticultura y apicultura, entre otros.
Otra actividad que desarrolla el equipo de planta de EMETA es la vinculada a Desur, el plan de desarrollo sustentable para Roca. En estos momentos, junto a la Pastoral Social y Mujeres en Lucha, se hallan elaborando una propuesta que tiene como eje la capacitación rural y de microemprendimientos.
Por último, hace tres semanas comenzaron a dar charlas en las escuelas primarias de Roca, a instancias de un programa diseñado por la Asociación de Desarrollo Cívico y Social (ADECS) que procura el cuidado del arbolado urbano y la forestación.

La fascinación de manejar un "poderoso"

En la esquina de un cuadro donde la tierra está siendo preparada para recibir la semilla, un puñado de adolescentes sigue atentamente con la mirada la concéntrica evolución de un tractor. Algunos, casi muchachones, otros mucho menos, se codean con cierta rudeza y una que otra risa indisimulada.
Su profesor, Héctor Podlesch, salta al suelo para que uno de los aprendices tome su lugar en el vehículo, que por lo visto es un atractivo en sí mismo, a juzgar por los testimonios.
Cristian tiene 15 años, vive en Guerrico, hace la secundaria nocturna en Gómez y aprende las labores rurales en el EMETA. Para él, el dominio de la técnica de los injertos es lo más útil. "Si sabés cómo hacerlos y sos rápido, tenés más posibilidades de que te busquen", razona con madurez, pero admite que "lo más lindo es manejar la maquinaria, el tractor, y lo mismo la poda". Cuenta que cuando sus padres lo inscribieron, no estaba muy contento pero ahora reconoce que también viene "para estar con los otros chicos".
José Alberto, de 19, coincide sin vueltas que "aprender a andar el tractor" es lo más atractivo. Ya es el segundo año que asiste y vive con su padrastro, que es chacarero en el lugar.
Decidido, César, de 15, se adelanta para declarar sacando pecho que "quiero aprender todo lo que sea trabajo rural" y también empezar con el secundario. -"El año que viene" , corrige con una sonrisa su joven tío, que también concurre a los cursos. Se reciben chicos de alrededor de 13 años aun cuando no hayan cursado completa la primaria. Las clases, teóricas y prácticas, se imparten dos veces por semana desde las 14. A la finalización de los dos años se otorgan certificados de aprobación o asistencia.

El contacto con la comunidad

Conscientes de que en su cometido, la comunicación juega un papel fundamental, a la planta de personal del EMETA, la integran, además de un agrónomo y tres peritos agrícolas, una comunicadora social.
El ingeniero Juan José Santamaría es el coordinador; a él lo acompañan Domingo Melani, Francisco Alcázar Héctor Podlesch y Marta Marilef.
Sin embargo, la tarea cotidiana de estar en contacto con la gente del medio rural, los ha hecho olvidar un poco de hacerse conocer por el resto de la comunidad.
Para difundir las fechas de comienzo de los distintos cursos de técnicas agrícolas que comprenden los dos años de capacitación utilizan la comunicación interpersonal y también colocan afiches en los colectivos de línea, los centros comunitarios, las salitas de primeros auxilios.Es bueno subrayar que cada especialidad -por ejemplo "poda" o "injertos"- pueden cursarse solas, es decir que no hace falta completar toda la secuencia de enseñanza, si la persona no puede o no quiere.
Actualmente, una treintena de internos de la Alcaidía de Roca tiene su propio espacio dentro de la chacra de EMETA, donde además viven y aprovechan los talleres, máquinas y herramientas, con lo cual escapan del insalubre hacinamiento carcelario. Cultivan su huerta y tienen animales de granja. Muchos de los presos, comenta Santamaría, se han entusiasmado tanto que ya piensan en tener su propia chacra cuando salgan en libertad.
En estos momentos, junto con la dirección de la Alcaidía, se estudian las posibilidades para que los presos puedan ingresar en los programas de capacitación agrícola de EMETA.

Socios para reforestar la ciudad

De la iniciativa de otra entidad roquense -ADECS- que promueve la forestación, nació una prometedora asociación con EMETA. Desde hace tres semanas, Juan José Santamaría y Domingo Melani, realizan charlas en los sextos y séptimos grados de la escuelas para explicar a los chicos, los cuidados que hay que prodigar a los árboles.
La Asociación de Desarrollo Cívico y Social ha puesto en marcha un programa para reforestar la ciudad que tiene por protagonistas a alumnos y maestras. La comuna aporta los ejemplares del vivero municipal que se plantarán hasta el 15 de agosto.
La participación del personal de EMETA es complementaria del maestro. Instruyen sobre nociones básicas y prácticas para el plantado y cuidado de los árboles, explican el proceso de fotosíntesis e ilustran sobre la importancia ecológica del aporte de oxígeno de las plantas, a la atmósfera .

foto: De las tareas rurales, la más atractiva resulta ser el tractor. También es la herramienta fundamental para muchas tareas.

   
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