Lunes 2 de julio de 2001
 

No saben qué hacer con los residuos

 
  Luis Núñez es un mendocino del Valle de Uco, quien vive hace 24 años en la colonia cercana a Viedma y ya echó raíces. Su vida junto a los agroquímicos no ha sido del todo benévola.
Cuando joven sufrió una intoxicación con insecticida mientras cargaba mochilas en Mendoza. Ahora es más cuidadoso, pero nunca nadie pasó por su chacra a recoger los envases y los cuelga embolsados en su galpón. Los envases vacíos datan de más de una década. Hasta hay una antiquísima botella que en su etiqueta se ve "Parathion Royal".
Dice que existe cierta desorganización en el operativo de recolección. "Yo no sé si nosotros, que tenemos poco estudio entendimos o nos explicaron mal, pero mi vecino sacó (hace poco) los envases a la tranquera y allí estuvieron como un mes ahí, quizá habrá pensado que alguien pasaría y los llevaría a un basurero, después no sé que pasó", reflexionó el hombre.
En la actualidad, no hay mucho para gastar. Estimó que un funguicida sistémico e insecticidas cuestan 35 pesos, mientras que un herbicida ronda entre los 12 y 15 pesos, pero "estamos usando muy poco, porque estamos fundidos".
Dijo desconocer qué pudo haber ocurrido con las siete muertes que se le endilgan al Parathion y qué hacen los medieros (se les atribuye este nombre a los que lavan las pulverizadoras en las acequias de las que luego sacan el agua para lavar verdura). "Yo como verdura, si fuera así, tendría que estar bajo tierra", concluyó.

Otros testimonios

Don Miguel Maurandi, otro de los veteranos de la colonia, explicó que cuando cura la siembra usa caretas, guantes, botas de goma y hace el triple lavado de los envases. No obstante, advirtió que la deposición final de los envases "es un gran problema, pues allí tendrá que ponerse a trabajar el Idevi, y nosotros tenemos que apoyar la campaña".
Por su parte, Juan Carlos Velázquez, un "mediero" de origen boliviano dijo no usar demasiados pesticidas porque para el zapallo "Anko" se emplea úrea aunque "no usamos guantes porque no nos hace nada". (AV)

Admiten que en Viedma no se efectúan inspecciones

La subdirectora de Política Ambiental, Nélida Gazia, del Consejo Provincial de Ecología y Medio Ambiente admitió que el organismo tiene injerencia en la habilitación de comercio pero no se controlan en Viedma por falta de la aplicación del convenio con los ingenieros agrónomos. Tanto Gazia como la bióloga Edith García, forman parte del PURA. "Nosotros, no podemos estar en las chacras" pero "nadie les dijo a los chacareros que saquen las cosas a la calle", indicaron.
El ingeniero Enrique Alliot, titular de la delegación zonal del Consejo Profesional de Ingeniería Agronómica reveló que en la región Este no hay controles porque la subvención para solventar los gastos de inspecciones de empresas expendedoras y distribuidoras, y efectuar controles a fraccionadores y el uso de agroquímicos autorizados fueron a parar al Alto Valle, y en consecuencia "estamos esperando que nos envíen un profesional del Valle Medio".
Dijo no tener una denuncia formal sobre el uso de Parathion, sin embargo advirtió sobre los efectos acumulativos por uso de agroquímicos permitidos.
Sobre esto, el médico Luis Nievas, un hematólogo de profesión que investigó casos, señaló tres tipos de intoxicaciones. Las agudas y subagudas que reúnen a pacientes que tuvieron contacto con órganos clorados y fosforados. Ambas no pasan, según el médico de cefaleas, inapetencias, dolores musculares y cierta irritabilidad en su conducta "lo que se puede interpretar como gripes o stress".
Sin embargo reparó en que los pacientes crónicos son los más graves. Observó que de 4 a 10 o 15 años después de la exposición ante agroquímicos y aunque no sean dosis importantes, empiezan a aparecer los problemas.
Esta intoxicación tendría como consecuencias mutaciones (en sangre, espermatozoides y óvulos), procesos tumorales (melanomas y lesiones en la sangre), esterilidad masculina, modificaciones y alteraciones hormonales.
La población en general estaría expuesta cuando el agroquímico ingresa a la cadena alimentaria.
"Dicen que el piretroide no tendría efectos perjudiciales a la salud, pero aún no se sabe", concluyó.
Por su parte, Manuel Bustamante de la Agrupación de Estibadores y Trabajadores Rurales 8 de octubre, dijo no estar en contra de los productores pero reveló que hay obreros y familias que viven en galpones hacinados conviviendo con los agroquímicos, y además "algunos tienen ranchitos al costado de un cuadro y cuando pasa la fumigadora se rocía todo, mientras que otros usan envases vacíos (de agroquímicos) para llevar agua a su casa".
En cuanto al Parathion, dijo no haberlo visto pero señaló que habría otros productos similares llamados "Malathion" que entrarían de contrabando desde Bolivia.
El presidente de la Cámara de Productores, Irineo Guerra, dijo que la entidad "no tiene control" sobre esto y "escapa a nuestras posibilidades". (AV)

   
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