Domingo 22 de julio de 2001

 

Basura y turismo, un contraste que debe resolver SAO

 

Los residuos diseminados y un basurero que no tiene una planta de tratamiento son dos aspectos que conspiran contra el perfil turístico de la ciudad. Hay proyectos para hacer mejoras.

  SAN ANTONIO OESTE (ASA).- El extremo noroeste del golfo San Matías se ofrece a sus visitantes como un paraíso natural, con playas extensas en cercanías del puerto, arenas doradas y aguas cálidas en Las Grutas. Pero, paradógicamente, esas bellezas se enmarcan en un territorio donde las bolsas de nailon, los papeles y las chatarras adquieren un protagonismo tan importante que desluce todo el colorido que brindan los atractivos turísticos.
La basura es desde hace mucho tiempo una problemática que las sucesivas administraciones municipales no han podido controlar.
Proyectos de distinta implicancia y con diferentes alcances circularon por las áreas comunales, pero ninguno resolvió aún esta grave situación que perjudica a la principal actividad productiva de la zona y, lo que es más grave aún, a la calidad de vida de sus habitantes.
El diagnóstico acerca de este grave problema es coincidente según los diferentes interlocutores.
También lo son los rasgos generales de las medidas a tomar para empezar a revertir el flagelo. Pero falta el puntapié inicial firme que genere conciencia, que tenga continuidad y que defina de una vez por todas una cuestión que excede claramente los parámetros normales.
"Limpiar como lo estamos haciendo y llevar los residuos al actual basurero municipal, dejándolos allí sin realizarle ningún tratamiento es como esconder la basura bajo la alfombra", ejemplificó el intendente Adrián Casadei, admitiendo que la situación no puede continuar como hasta ahora.
En el repositorio, ubicado a unos cinco kilómetros de la localidad, no existe más que un alambre perimetral, unos grandes montículos de basura que de tanto en se tapan con tierra y perros vagabundos que merodean hambrientos por el lugar.
En ese sitio, unos 15 personas recogen lo que pueda servir para venderse e intentar en ese marco infeccioso y antihigiénico, sobrevivir.
En las tierras inhabitadas ubicadas entre los distintos centros urbanos que conforman el ejido municipal local la basura puede verse por doquier. Pero hay puntos clave. Por caso, detrás del cementerio, en cercanías del arbolito de Salas por la zona de canteras -camino a Punta Verde, un importante atractivo turístico de la localidad-, en los alrededores del cerro Banderita, cerca de Las Grutas, entre otros enclaves en los que los residuos se han transformado en un elemento más del paisaje.
Los basureros clandestinos aparecen como por generación espontánea. Detrás de un terraplén que sirve para contener las mareas extraordinarias, frente a la calle Santa Cruz, algunos vecinos acostumbran a arrojar sus residuos. Otros, en sus camionetas cargan la "mugre" y la depositan tras el autódromo, para que luego el viento la desparrame por cada rincón de la ciudad.
Hoy las bolsas de nailon parecen florecer bajo muchas arterias de ripio. Flamean con el viento, tras el paso de la máquina vial que empareja la tierra de las calles.
"Incorporamos recientemente 20 personas del PER -plan de empleo rionegrino- para la limpieza de la periferia", dijo Sergio Migone, secretario de Obras Públicas del Municipio.
Pero, ya es sabido que la ciudad más aséptica no es la que más limpia, sino la que menos ensucia.

El principal proyecto es hacer una planta de tratamiento de residuos

En la pasada gestión de Wálter Zonco, el entonces presidente de la comisión de Ecología y Medio Ambiente, el ex concejal Luis Curtolo elaboró un proyecto para la construcción del basurero municipal que se unificó en el sitio donde está actualmente.
A ello sumó la creación de un refugio para perros vagabundos con un anexo en el que funcionaría la vivienda del cuidador y un salón veterinario.
A pesar del esfuerzo de los primeros tiempos, las nuevas instalaciones quedaron postergadas y hoy tras menos de cuatro años, la obra pasó al olvido.
Ahora, el intendente Casadei tiene nuevas ideas en mente. Afirma que antes del verano estará comenzando a poner en práctica algunas de ellas, que tienen como objetivo final la construcción de una planta de tratamiento de los residuos domiciliarios y una reconversión plena de la conciencia de los habitantes de la zona con respecto a preservar la limpieza de la ciudad.
"San Antonio vivió siempre del tren, el puerto, la pesca y soñó con Alpat. El turismo es una actividad nueva, por lo que no existe aún profunda conciencia sobre la basura", expresó Casadei. No obstante, existe un dato positivo que es la importancia que en los últimos años ha tenido la concientización de los alumnos de las escuelas primarias sobre las problemáticas ambientales, a través de sistemáticos proyectos pedagógicos relacionados con la ría, las aves playeras, las tortugas terrestres y la basura.
"Tenemos que empezar generando conciencia y haciendo obras al mismo tiempo. Por lo pronto antes del verano pensamos trasladar los galpones en desuso de la ex Escuela Industrial al predio donde definitivamente instalaremos la planta de tratamiento de los residuos e iniciaremos este camino hacia una ciudad limpia", confió el jefe comunal. (ASA)

El ejemplo a seguir es Laprida

San Antonio tiene como ejemplo a Laprida, ciudad de la Provincia de Buenos Aires catalogada como la más limpia del país.
El intendente Casadei visitó ese lugar en varias oportunidades para conocer cómo trabajan allí la cuestión de la basura. Alfredo Irigoín, ex intendente y actual senador provincial que construyó la planta de tratamiento y transformó Laprida en una ciudad revelación por su limpieza, dio charlas hace unos meses en San Antonio; en tanto, su ex mano derecha y partícipe del gobierno que permitió la reforma de la localidad bonaerense, Héctor Larregui, es hoy el secretario de Hacienda de la comuna sanantoniense, invitado especialmente por Casadei para que lo acompañe en su gestión.
"Laprida era como San Antonio, con un basural común, a cielo abierto con bolsitas de nylon volando, con quemas y cirujas yendo ahí a sacar lo que tenía valor", recuerda Larregui. En el "83, Irigoín ganó las elecciones y en su mente tenía el proyecto de una ciudad limpia. Pero recién a fines de los "80 pudo empezar a concretar algo de lo que había planeado. Tras 16 años de gestión, Irigoín entregó el municipio en el "99 con una planta de tratamiento con tres galpones, un horno pirolítico, una cinta transportadora, convenios para venta de residuos inorgánicos a empresas de reciclado y una ciudad muy limpia..
El proyecto de Casadei contempla instalar frente al Centro Minero una planta de tratamiento de residuos e iniciar la separación domiciliaria de la basura. "Para empezar, no hace falta plata, sino la voluntad política de dar inicio a los trabajos, y vamos por ese camino", afirmó Larregui. (ASA)

foto: Desde el municipio de San Antonio se pretende mejorar la recolección de residuos y el tratamiento de la basura en la ciudad.

   
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