Domingo 15 de julio de 2001
 

Ni místico ni trabajador; sí ético, sensible y profesional
 
  Etico, sensible e inteligente. Así tiene que ser el director de la nueva escuela según las nuevas tendencias que se manejan en educación a nivel mundial y que han llegado a la región para quedarse. De poseer estas tres virtudes, los recientemente designados directores deberán convertirse en líder de una organización con:
-pensamiento sistémico: es la nueva forma de pensar que no se queda en la anécdota si no que va a la reflexión que capta la totalidad; no concentra sus esfuerzos en analizar las partes o fragmentos sino que construye una visión globalizadora de una situación problemática, analiza los síntomas, pero actúa sobre las causas que les dan base de sustentación;
-manejo de la opinión pública: es básico saber comunicar y llegar a la sociedad con información precisa y básica;
-fuertes vínculos con la comunidad, especialmente con las ong"s;
-cambio de modelos mentales: ahora, el que no arriesga no gana, no cosecha. Por lo tanto, habría que superar las rutinas burocráticas (esas que se han arraigado tan maliciosamente en la imaginario social). Se impone, entonces, crear espacios que posibiliten la emergencias de nuevas conceptualizaciones;
-la construcción de una visión compartida: generar compromisos genuinos para el futuro, para lograr luego acciones con organicidad;
-aprendizaje en equipo: abrir espacios de diálogo que posibiliten el flujo de los significados individuales para crear un "pensamiento de conjunto";
-dominio personal: pretender liderar ahondando la visión personal, desarrollando la paciencia, estudiando con método, ver la realidad de un modo objetivo (científico).
Quien no se canse en este intento, tendrá éxito, adelantan desde el Consejo Provincial de Educación de Río Negro y dentro de cuatro años "podrá revalidad con tranquilidad su cargo".
Algo queda clarísimo para todos, dijo Mázzaro a "Río Negro" horas atrás: "el docente tiene que tener claro que no está en un lugar para siempre, para toda la vida".
"No nos podemos quedar con la imagen del apóstol ni con la del trabajador que sale a batir el parche cada vez que le pasa algo. Acá se necesita un profesional que sepa evaluar, que sepa qué hacer, cómo hacer, cuyo objeto de trabajo es primordialmente el chico. Y los directores, particularmente, deben priorizar la tarea pedagógica y ver la parte administrativa del sistema".
-¿No es significativo que a este docente que se lo quiere profesional se le pague poco, con tanto retraso y después de los policías y porteros?, le consultó este diario.
-Esta es una contingencia. No cobran último porque son docentes sino porque la masa docente es infinitamente superior a la de cualquier otra área del Estado.
   
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